Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

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Dos noches de una existencia dedicada al tango

Maestro. Más que una categoría, el término implica una definición cuando se trata de Mariano Mores. El hombre parece estar más allá de eso y de otras cuestiones. Tiene 86 años cumplidos el último febrero, un currículum profesional que supera las siete décadas y un legado que trascendió fronteras externas e internas. ¿Qué más puede pedir, excepto disfrutar?






 Maestro. Más que una categoría, el término implica una definición cuando se trata de Mariano Mores. El hombre parece estar más allá de eso y de otras cuestiones.


 Tiene 86 años cumplidos el último febrero, un currículum profesional que supera las siete décadas y un legado que trascendió fronteras externas e internas. ¿Qué más puede pedir, excepto disfrutar?


 "¿Cuándo voy a estar por allí?", pregunta desde el otro lado de la línea cuando se le anuncia una llamada telefónica desde la redacción de un diario en Bahía Blanca. Y a poco de conversar aclara que, para él, viajar a Europa --como hará en dos meses más--, a Mar del Plata, a nuestra ciudad o Chivilcoy significa exactamente lo mismo.


 "No sé cuánto tiempo voy a estar en cada lugar. Es parte del trabajo y de eso no me encargo yo sino la gente que organiza mis conciertos", señala el autor de Cuartito azul y Taquito militar entre tantos éxitos. El papá del recordado "Nito", el padre de Silvia, y abuelo de Gabriel y de Mariana Fabiani.


 Cualquier sitio da igual, porque Mores no repara en geografías y sólo se entera del efecto que producen los característicos acordes de su piano en el público, por el cariño que le devuelve la gente.


 "Son 71 años que llevo con la música y, desde que empecé hasta hoy, con un gran éxito", sintetiza.


 "Tuve este año el placer de estar en Mar del Plata, haciendo la temporada de verano y el cariño del público me llevó a que recorrar el país todo el tiempo que pueda, dentro de estos dos meses, antes de cumplir mis compromisos en Europa", aclara.


 "¿La fórmula de ese éxito? Se la preguntaría a ustedes porque siempre tuve la infinita suerte de compartir mis expresiones, tan particulares, con el público. Eso creo que fue uno de los motivos por los cuales llegué a verme premiado con el aplauso constante de mi pueblo argentino, además de toda la gente del mundo que visito", dice.


 "Es cierto que también atraigo a los jóvenes, y que tengo oportunidad de trabajar con los jóvenes de mi familia", admite y califica a esos dones de maravillosos.


 "Compartir el escenario con hijos y nietos es un regalo que me envía Dios, aunque me falta la presencia de mi querido `Nito' --cantante, fallecido en mayo de 1984 tras una penosa enfermedad--. Pero él me dejó el regalo que es mi nieto, Gabriel, quien además de muy buen músico es un fiel intérprete y me hace acordar de cuando cantaba él", asegura sin dejar grieta a la nostalgia.


 "El público se va a llevar una sorpresa con él, además de la presencia de mi querida hija Silvia, que es coautora del espectáculo", sostiene el maestro.


 "No quiero contar más nada, porque quiero que lo vean", dice, cuando se le indaga sobre los detalles, aunque se encarga de prometer una puesta "muy agradable" y de la calidad que la marca registrada de Mores requiere.


 "Puedo asegurar que es así, por el éxito que constituye este show desde que me inicié con él", insiste.


  Las entradas se encuentran a la venta en la sala de calle Rondeau y por teléfono al 451-2998, desde los 15 pesos.




* Premio a la trayectoria









 Una vida para el tango recibió en el último verano el premio Estrella de Mar que reconoció, además de la puesta, la trayectoria de su protagonista.


 "Y bueno... Es lo de siempre: un estímulo mayor", expresa Mores acerca del premio.


 "Me da mucho ánimo. Pero es el pueblo el que merece ese respeto, el mismo que desde que me inicié pude profundizar y que me permitió, haciendo música, llegar a su corazón".


* Familia de artistas







 "Que algunos de los Mores trabajemos en el medio artístico se debe a la posibilidad que Dios nos dio de brindar un mensaje al pueblo y a la alegría con que recibimos esa semblanza", señala Mores.


 "Mi gente, dentro de su humildad, vive atenta a lo que el público quiere, algo que denota mi propia carrera. Yo sigo bregando, manteniendo un espíritu joven, nada más", revela.


 "Estoy plenamente satisfecho de que mis hijos y nietos se desarrollen en el medio artístico, porque es el ámbito en el que viví, y tuve la suerte de poder ampararme en el aplauso de mi pueblo querido, al que todavía no le pagué lo que recibí. Arrepentirme de algo de lo hecho sería traicionar mis sentimientos", señala.










 Flores y Peretz. La hermana de "la Faraona", la españolísima Carmen Flores volverá presentarse en nuestro medio, como lo hiciera el año pasado, con un show de flamenco, rumba y boleros. Será en el Teatro Don Bosco, el domingo 16, a las 20.30.


 "Es muy andaluz y muy flamenco", anunció la cantante acerca de la rutina que ofrece al público argentino en forma consecutiva desde 1996.


 En tanto, el sábado 15, las tablas del Municipal recibirán a Linda Peretz. La actriz ofrecerá No seré feliz pero tengo marido.


 "Si pensás casarte, vení a verla. Si querés separarte, no te la pierdas", propone el afiche de promoción, prometiendo "las mayores carcajadas desde que se inventó el matrimonio".


 Las entradas para ambos espectáculos están a la venta en la boletería de la sala o llamando al 451-2998.