Bahía Blanca | Domingo, 10 de diciembre

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Preocupa la presencia de aves en la aeroestación civil Comandante Espora

La presencia cada vez más numerosa de gaviotas y loros en la zona aledaña a la aeroestación civil Comandante Espora conforma una verdadera amenaza para los vuelos que utilizan esa terminal aérea. La situación se agravó debido a que la Armada Argentina, propietaria del terreno donde se asienta la estación, alquiló, para siembra, cerca de 250 hectáreas que rodean la terminal, generando puntos de atracción para miles de gaviotas.
Preocupa la presencia de aves en la aeroestación civil Comandante Espora. La ciudad. La Nueva. Bahía Blanca


 La presencia cada vez más numerosa de gaviotas y loros en la zona aledaña a la aeroestación civil Comandante Espora conforma una verdadera amenaza para los vuelos que utilizan esa terminal aérea.


 La situación se agravó debido a que la Armada Argentina, propietaria del terreno donde se asienta la estación, alquiló, para siembra, cerca de 250 hectáreas que rodean la terminal, generando puntos de atracción para miles de gaviotas.


 "La presencia de aves en el aeropuerto es un serio problema, que se agrava de acuerdo con la época. Afortunadamente, hasta ahora, no ha habido mayores problemas", señaló Eduardo Medrano, director comunal de Terminales.


 En rigor, esta situación se observa en los aeropuertos situados más allá de nuestras fronteras, habida cuenta que, según los datos suministrados por organismos que estudian el fenómeno, en 2000, hubo cerca de 8.500 colisiones de este tipo en 120 estados y territorios del mundo; el 70 por ciento de ellas ocurrido durante las operaciones de despegue y aterrizaje.


 El choque de un pájaro con un avión o la absorción involuntaria en las turbinas puede provocar incidentes peligrosos a la hora de maniobrar, además de ocasionar daños en los cristales y en los estabilizadores, o una súbita perdida de potencia.


 "En nuestro aeropuerto, ha habido inconvenientes, vuelos afectados e incidentes. No puede decirse que la presencia de aves es un tema siniestro o terrorífico, pero sí delicado y que, además, representa un alto costo para las empresas", explicó un directivo de una compañía aérea relacionada con nuestro medio.


 En los últimos diez años, se han registrado, en la estación local, varios eventos de roturas de turbinas, que han requerido reparaciones en el orden del millón de dólares, dinero que, en parte, es cubierto por las compañías aseguradoras.

Loros y gaviotas




 Si bien son varias las aves que frecuentan la zona del aeropuerto bahiense, los especialistas señalan que los loros y las gaviotas son las más numerosas, aunque no se dispone de datos concretos sobre la cantidad.


 "En cierto momento, los responsables del aeropuerto nos pidieron asesoramiento e, incluso, mantuvimos reuniones con la UNS, para organizar un estudio sobre la cantidad y clase de aves. Giramos, entonces, un informe y un convenio de estudios, pero, al final, no se hizo nada", explicó el ingeniero Norberto Postemsky, de Saneamiento Ambiental municipal.


 Las gaviotas pueden volar hasta 50 kilómetros, desde su sitio de descanso hasta el de alimentación. Una colonia de gaviotas con un vaciadero de basura a 25 kilómetros puede causar que miles de ellas crucen, dos veces al día, las áreas de navegación cercanas, causando un incremento en la posibilidad de una colisión.


 En el caso de Bahía Blanca, los motivos por el que las gaviotas frecuentan esa área son varios. Por un lado, la existencia de un relleno sanitario a pocos metros y la descarga de basura detrás de Punta Blanca son dos focos que motivan a estas aves a dejar la ría para buscar alimento.


 El otro punto de atracción son las tierras aledañas al aeropuerto, propiedad de la Armada, alquiladas a particulares y destinadas a tareas de agricultura.


 "El roturado de esas tierras para la siembra de cereales atrae a las aves, que comen los gusanos allí existentes", indicó Postemsky.


 De acuerdo con consultas realizadas, el alquiler de esas tierras es una forma de generar ingresos que permitan mejorar su presupuesto a la Armada.


 Se estima que unas 250 hectáreas aledañas a la aeroestación están dedicadas a siembra, lo cual genera recursos a costo de un peligroso crecimiento aviario.


 Respecto de los loros barranqueros, su presencia tiene que ver con el vuelo que estos realizan cada día desde nuestra ciudad hasta la zona de Las Oscuras, adonde acuden de madrugada, en búsqueda de alimentos y agua.


 Sobre la tarde, se produce el regreso hasta las bardas de calle Sarmiento, donde tienen sus crías.

Sistemas de combate




 De acuerdo con lo informado por Medrano, la Fuerza Aérea realiza algunas intervenciones para disminuir el impacto aviario, recurriendo a empresas privadas, aunque su eficiencia es limitada.


 Los sistemas para ahuyentarlas son diversos y, la mayoría, onerosos, utilizándose, por caso, sistemas de ultrasonido, además de soltar halcones o disparar sobre las aves que se posan en la pista.


 "Los ruidos pueden lograr que las aves no se posen en la pista, pero no disminuyen la población ni las alejan del entorno. Una de las alternativas inmediatas es eliminar los puntos que las atraen", dijo Postemsky.


 A nivel mundial, las medidas de control están orientadas a modificar los hábitats de los alrededores, para así disminuir la presencia de aves.


 Si bien algunos organismos consideran a los rellenos sanitarios y a los cultivos de granos como usos de suelos compatibles con las operaciones aeroportuarias, se transforman en un riesgo si no existe un control metódico en la aeroestación.

Espacio compartido




 Ubicadas a 10 kilómetros de Bahía Blanca, las 350 hectáreas que ocupa la aeroestación civil Comandante Espora son propiedad de la Armada Argentina, siendo la Fuerza Aérea la responsable de controlar el tráfico aéreo. El movimiento actual de aviones se reduce a tres vuelos diarios a Buenos Aires y uno semanal a Comodoro Rivadavia.

LADE suspenderá los vuelos hasta Comodoro Rivadavia




 La empresa Líneas Aéreas del Estado (LADE), una de las dos que operan en nuestra ciudad, ha dispuesto, a partir del 12 de este mes y hasta el 30 de junio de este año, suspender el tramo final, a partir de Viedma, del único vuelo que mantiene en nuestra ciudad.


 Actualmente, cada jueves, a las 10.10, llega a Bahía Blanca un vuelo procedente de Paraná, con escalas previas en Aeroparque y Mar del Plata y con destino final en Comodoro Rivadavia (lugar al que arriba a las 18.05).


 Con la modificación del plan de vuelos, la nave tendrá como punto final la ciudad de Viedma, quedando interrumpida, de esta manera, la comunicación aérea con San Antonio Oeste, Puerto Madryn, Trelew y Comodoro Rivadavia.


 Para viajar a esa última ciudad, a partir del 12 de abril, se dispondrá de un vuelo desde Buenos Aires (vía Esquel), los viernes, a las 7.


 Quienes deban seguir viaje a Comodoro Rivadavia desde Viedma podrán abordar allí un ómnibus, a un costo promedio de 60 pesos, que demora casi 13 horas en llegar a la ciudad chubutense.


 Curiosamente, la suspensión de vuelos entre nuestra ciudad y Comodoro Rivadavia ocurre a 75 años de la inauguración de la Aeroposta Argentina.


 Esa línea aerocomercial, de capitales franceses, abrió, en noviembre de 1929, la ruta al "lejano sur" con sus aviones Laté 25 y Laté 28, capaces de desarrollar velocidades de hasta 240 km/h, uniendo nuestra ciudad con Comodoro Rivadavia, dos veces a la semana, en 7 horas de vuelo, con escalas intermedias en Trelew y San Antonio Oeste.