Misión cumplida para la Sonda Stardust
PASADENA (Télam-SNI) -- Tras realizar un viaje de cinco años a lo largo de unos 3.200 millones de kilómetros y cruzar regiones heladas y cargadas de radiación, la sonda espacial Stardust de la agencia estadounidense NASA alcanzará hoy el principal objetivo de su misión: el encuentro cercano con el cometa Wild-2 para tomar muestras de su núcleo.
El objetivo de la misión es recoger muestras del polvo que se desprende del cometa y luego traerlo a la Tierra para su estudio, ya que los científicos creen que en este polvo podrían hallarse las claves de los orígenes del Sistema Solar.
Los científicos del Jet Propulsion Laboratory (Laboratorio de Propulsión a Chorro, JPL en sus siglas en inglés) de la NASA dijeron que la sonda espacial tiene programado zambullirse en la "cola" de gas y restos que expele el cometa Wild-2, situándose a unos 300 kilómetros de la estela de pedazos de rocas y hielo.
La sonda Stardust alcanzará velocidades de casi 22.500 kilómetros por hora mientras tome fotos, recopile datos y recoja partículas de polvo destinadas a ser las primeras muestras de cometas que llegarán a la Tierra para su estudio.
El cometa Wild-2 es un gigantesco iceberg cósmico, una mole de unos 5,4 kilómetros de diámetro, constituido por hielos diversos, aunque el de agua es mayoritario en su composición.
Fue descubierto en 1978 por el astrónomo Paul Wild y orbita el Sol cada 6,39 años, permaneciendo confinado en una órbita que le mueve desde las cercanías de la órbita de Júpiter hasta regiones algo más lejanas al Sol que Marte.
"Literalmente vamos a recopilar muestras preservadas de componentes esenciales de nuestro Sistema Solar y nuestra Tierra, e incluso de nosotros mismos", afirmó Donald Brownlee, astrónomo de la Universidad de Washington y responsable científico de la misión.
"Estos componentes esenciales fueron preservados a bajas temperaturas y están, básicamente, en un estado prístino", agregó Brownlee durante una conferencia de prensa en el centro de comando de la misión, en el JPL, en Pasadena (California).
El histórico "encuentro veloz" ocurrirá mañana a la 16:40 hora de la Argentina, a unos 390 millones de kilómetros de la Tierra, y el paso a través de la zona más intensa dentro de la cola del cometa Wild-2 durará unos ocho minutos.
En ese punto, los restos estarán cayendo sobre la sonda espacial --del tamaño de una estantería de libros de unos cinco metros-- a seis veces la velocidad de una bala, pero los paneles solares de la sonda y los instrumentos sofisticados "estarán protegidos por dos barras de protección, como dos paragolpes, situados especialmente en el frente de la nave", dijeron los científicos de la NASA.
Diminutos puntos de materia de 10 a 330 micras de diámetro, hasta tres veces el ancho de un cabello humano, será recogidos en el "guante receptor de cometa" de la nave, un panel de forma de raqueta de tenis revestido con un material super-mullido y liviano llamado "aerogel," que consiste de dióxido de silicio puro y 99,8 por ciento aire.
El aerogel tiene suficiente amortiguadores para detener las partículas sin alterarlas sustancialmente. Después del encuentro veloz, el panel recolector se recogerá en una cápsula como una almeja para un vuelo de regreso a la Tierra a bordo de Stardust, que durará dos años.
La cápsula se separará finalmente de la nave espacial y reingresará a la atmósfera de la Tierra para aterrizar en el desierto de Utah, en Estados Unidos, en enero del 2006, mientras Stardust virará de nuevo al espacio.
Secretos de un maravilloso amanecer
Los científicos sostienen que las muestras de polvo, que contienen partículas acumuladas por el cometa desde su formación en el amanecer del Sistema Solar y durante su larga andanza interplanetaria, guardan las claves de cómo se formó el Sistema Solar y la vida en la Tierra.
"Uno de los mantras de nuestro proyecto es que somos polvo celestial, pues antes de que se formaran el Sol y el Sistema Solar, éramos en realidad granos interestelares", afirmó Brownlee.
Cerca del Sol
Stardust fue lanzado a bordo de un cohete Delta desde Cabo Cañaveral, en Florida, el 7 de febrero de 1999, y desde entonces ha realizado tres gigantes órbitas alrededor del Sol en ruta a su encuentro con Wild-2.
Los científicos creen que el cometa Wild-2 deambuló entre los planetas externos (entre Júpiter y Plutón) hasta hace unos 30 años, cuando un roce cercano con Júpiter arrojó al vagabundo celestial a un nuevo sendero a través del Sistema Solar interior, del Sol hasta el cinturón de asteroides que se encuentra entre Marte y Júpiter.
Los cuerpos más puros
Los cometas son probablemente los cuerpos menos alterados del Sistema Solar, razón por la cual son un muy interesante objeto de estudio para los científicos, ya que en ellos se esperan encontrar las claves de los orígenes del Sistema Solar y de la vida en la Tierra.
Al formarse el Sistema Solar, el medio interestelar en forma de gas y polvo se agregó en cuerpos mayores que constituirían luego los planetas, mientras que infinidad de cuerpos menores fueron masivamente eyectados hacia el exterior del sistema a distancias de alrededor de un año-luz.
A esa distancia del Sol, estos cuerpos son muy fríos y están formados en gran parte por hielos, y se encuentran en una región esférica poco definida llamada la nube de Oort.
De vez en cuando la nube sufre perturbaciones, o por su propia dinámica, uno de estos cuerpos helados se desliza hacia el Sistema Solar interior, el espacio comprendido entre el Sol y Marte. Al acercarse al Sol, y debido al aumento de la temperatura, los cometas se transforman a veces en espectaculares antorchas cósmicas.
Los cometas fueron formados por tanto en zonas alejadas del Sol, pues de otra manera sus hielos no podrían haber sobrevivido, y constituyen la materia prima de la que se formó es Sistema Solar.
Pero no todos los cometas son tan espectaculares ni visibles a simple vista. De hecho, la sonda Stardust visitará uno más discreto, que no se acerca tanto al Sol y que aunque tiene un origen algo distinto es bastante similar a sus famosos parientes Hyakutake o Hale-Bopp.
Un cometa es en esencia una "bola de nieve sucia" en palabras del experto Fred Whipple. Es básicamente un agregado de hielos y polvo, que al acercarse al Sol y sublimarse sus hielos libera el polvo que se convertirá en su cola, que en algunos casos puede llegar a extenderse a cientos de miles de kilómetros del núcleo cometario.
Los planetas del Sistema Solar están expuestos a los impactos de cometas y no son exclusivos del pasado. Hace un par de años, el cometa Shoemaker-Levy se estrelló espectacularmente contra Júpiter, impacto que liberó gigantescas cantidades de energía, y la explosión fue catalogada por los científicos como "la mayor que haya sido jamás presenciada por el hombre".
También puede recordarse la catástrofe de Tunguska, en Rusia, en 1908. Allí, probablemente un pedazo de cometa rebotó contra la atmósfera por encima de Siberia, liberando energías equiparables a una bomba de hidrógeno y devastando grandes áreas de bosques afortunadamente poco pobladas.