Robert Duvall se nutre de la pasión de los argentinos
BUENOS AIRES (Télam) -- El actor estadounidense Robert Duvall, protagonista y director de Assassination tango, que rodó hace dos años en Buenos Aires y se verá desde el 4 de sepiembre en las salas locales, y que en el filme encarna a un matón contratatado para asesinar a un militar en la Argentina, sostuvo que conoce muy poco acerca de la época de la dictadura, pero "uno puede ver que la repercusión de ese momento se siente ahora".
Confeso amante de la música ciudadana y de Buenos Aires desde hace unos 14 años --"para mí es la ciudad número 1 en el mundo", remarcó--, Duvall dijo que después de su tercera visita al país (en total vino más de 30 veces) "tuve ganas de hacer una película de tango, estaba atravesando un período emocional difícil, una situación del corazón de mi vida personal".
Acerca de la trama de la película en la que también se desempeña su mujer, la joven salteña Luciana Pedraza, quien lo acompañó en su visita al país, el actor comentó que el tema de la dictadura militar en principio lo usó como excusa porque "necesitaba que mi personaje viniera a la Argentina".
"Los '70 fueron durísimos para el país y todavía se puede ver que la repercusión de esa época se siente ahora, que hay como una reapertura de todo ese tema", expresó el actor de Apocalipse now, El precio de la felicidad, El padrino e Impacto profundo, antes de aclarar que su personaje no viene a hacer de una suerte de justiciero sino que "mata sólo por dinero".
Margen de improvisación
Producido por el cineasta estadounidense Francis Ford Coppola, el filme, cuarto dirigido por Duvall, se sumerge en el mundo de la canción porteña, que --como se sabe-- Duvall frecuenta con admiración desde hace más de una década.
Assassination... es la historia de un asesino a sueldo que es contratado por una familia argentina para matar a un general retirado que vive en la ciudad de Buenos Aires. El retraso en cumplir su objetivo lo obliga a hacer tiempo en la ciudad y su curiosidad lo lleva a cultivar el tango.
Acerca del guión del filme, el intérprete comentó que "lo escribí en seis semanas, lo metí en un cajón y de ese cajón no salió en 10 años", la misma cantidad de años en que tardó en tomar la decisión de filmar El apóstol.
"En esos años había trabajado como actor profesional en distintas películas, además no tenía financiación. A la segunda persona a la que le mostré el proyecto fue Francis Ford Coppola y él enseguida quiso producirla", agregó.
La película, rodada íntegramente en exteriores e interiores porteños (inclusive las escenas que transcurren en Nueva York fueron filmadas en Buenos Aires por un tema de costos), tiene por protagonista al mismo Duvall, escoltado en el elenco por su esposa, el músico portorriqueño Rubén Blades, Kathy Baker y las argentinas Natalia Lobo y la bailarina María Nieves.
"Acá los actores son excelentes", subrayó con énfasis Duvall, quien con la intención de que los personajes sean más "reales" trabajó a partir de la improvisación.
"Yo en realidad no los dirigí, dejé que ellos sacaran las cosas que tenían dentro, por eso, con un poco de suerte, la dirección de actores desaparece acá en el sentido clásico", indicó.
Una mirada personal
Con relación a cómo fue la experiencia de trabajar junto a su bella mujer, Luciana Pedraza, de 31 años, en su debut actoral, Robert Duvall apuntó: "Improvisamos y practicamos durante un año. Le di mucha libertad, y ella tuvo muy buenas ideas en el momento del montaje de la película. Es muy inteligente, y ahora, por su cuenta está haciendo tres documentales".
Desde una mirada personal y con conocimiento de causa, Duvall se introdujo en el mundo del tango cuando vio el espectáculo Tango argentino, destaca en su filme al tango argentino por sobre cualquier versión internacional, a la vez que distingue con claridad las variantes de estilo: el tango de salón y el milonguero.
"Los milongueros son los que hacen tango de salón, de alguna manera representan la arista más tradicional, y ellos puden bailar de las dos formas", indicó el actor, quien, por otra parte, definió al tango de salón "como un poquito mas perezoso, más cansino, más relajado y fluido. Se baila caminando; el principio y el final del tango consisten en caminar".
En cuanto a cómo vive la experiencia de dirigir y actuar al mismo tiempo, Duvall señaló: "Cuando un actor trabaja con otro director, ambos se consultan. Yo ya tengo tanta experiencia que ya no necesito tener esa persona de afuera que me esté diciendo las cosas, yo solo me doy cuenta, y lo más importante es seguir adelante, avanzar, porque siempre podés hacer nuevas tomas".
El actor prevé quedarse un mes en la Argentina, donde continuará presentando la película y visitará los parientes de Luciana Pedraza en Salta para luego descansar en la ciudad uruguaya de Carmelo.