Firmenich burla a la Interpol
-
- copiado al portapapeles
-
- copiado al portapapeles
BUENOS AIRES (DyN y Télam) -- La Interpol sospecha que el ex jefe montonero Mario Eduardo Firmenich ya abandonó España, según informó ayer la agencia internacional de noticias AFP.
La mujer del prófugo ex guerrillero, María Elpidia Martínez Agüero, aseguró que, al momento de librarse la orden de detención, su marido se hallaba en un centro veraniego de ese país europeo.
"Por supuesto, no sé dónde está ahora", se excusó el abogado Gustavo Maradini Drago, quien representa los intereses de Firmenich, en la Capital Federal.
El letrado pedirá hoy a la sala II de la Cámara Federal porteña que lo exima de prisión. En caso de obtener un fallo favorable, se presentará ante la justicia para no violar la legalidad.
En los últimos años, Firmenich residió en España con su mujer y tres hijos.
Según el diario "El País", su último domicilio fue en Vilanova i la Geltrú, municipio costero situado a unos 40 kilómetros de la ciudad de Barcelona.
Sobre Firmenich pesa una orden de captura librada por el juez federal porteño Claudio Bonadío, quien rehusó otorgarle una eximición de prisión que, ahora, será apelada ante la Cámara.
El magistrado, además, dispuso los arrestos de Fernando Vaca Narvaja y Roberto Perdía, que también integraron la cúpula de la organización armada y ya están arrestados en la División Unidad Investigativa Antiterrorista (DUIA) de la Policía Federal.
"Se tramita un expediente absurdo... Hace veinte años hubo una causa-madre por los mismos hechos. No se puede juzgar dos veces por lo mismo", opinó Patricia Vaca Narvaja, hermana del ex guerrillero y hoy funcionaria de la administración kirchnerista.
Tiempo atrás, Bonadío había dictado la prisión preventiva de algunos jefes militares retirados por su presunta responsabilidad en el secuestro de una veintena de montoneros que, en 1979 y 1980, regresaron a la Argentina para participar de una contraofensiva, pero fueron descubiertos y ejecutados. Sólo una mujer logró sobrevivir.
El juez cree que Firmenich, Vaca Narvaja y Perdía alentaron el retorno de sus cuadros y sospecha que hubo una complicidad del trío con el aparato castrense.