Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

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Bayer fue acusada de vender a la Argentina fármacos con VIH

Una investigación del diario "The New York Times" reveló que el laboratorio Bayer AG vendió a la Argentina, a mediados de la década del 80, un coagulante para hemofílicos con alto riesgo de contagio de sida, mientras que a los Estados Unidos y países de Europa central les suministraba una droga más segura.


 BUENOS AIRES -- Una investigación del diario "The New York Times" reveló que el laboratorio Bayer AG vendió a la Argentina, a mediados de la década del 80, un coagulante para hemofílicos con alto riesgo de contagio de sida, mientras que a los Estados Unidos y países de Europa central les suministraba una droga más segura.


 Lo expuesto fue corroborado por especialistas argentinos, quienes manifestaron que, en esos años, no existían normas internacionales que obligaran a inactivar el virus en los fármacos.


 "Los coagulantes que llegaban a la Argentina, cualquiera fuera su origen, para tratar a hemofílicos, tenían la capacidad de transmitir el virus del sida, debido a que, en ese momento, no había elementos para detectarlo", afirmó Miguel Tezanos Pinto, asesor científico de la Academia Nacional de Medicina y de la Fundación de la Hemofilia.


 También precisó que el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) se descubrió el 20 de mayo de 1983 y que, anteriormente, los pacientes hemofílicos recibían tratamientos con concentrados antihemofílicos, sin reglamentaciones internacionales que obligaran a una inactivación del virus en la sangre utilizada para fabricar el fármaco.


 Sin embargo, los concentrados que la investigación de "The New York Times" menciona fueron vendidos por Cutter Biological, una división del laboratorio Bayer, a la Argentina, Japón, Malasia, Singapur e Indonesia, mientras que, en los Estados Unidos y en Europa, entregaba una nueva medicina "más segura".


 "Un año después de comprobarse que la medicina estaba infectada con el virus, continuaron vendiéndola", según demuestran los documentos a los que accedió el diario, que menciona un informe de Cutter Biological (una división de Bayer) de marzo de 1985, el cual indica que, en la Argentina, se habían vendido 300.000 unidades o quizás más.


 La directora de Servicio Social de la Fundación de la Hemofilia, Diana Careri, recordó que, hacia 1985, se "discontinuó la entrega de los coagulantes por parte de Bayer, al sospecharse que portaban el virus del sida", pero, para entonces, muchos ya estaban contagiados.


 "La contaminación en pacientes hemofílicos con el VIH fue la etapa más triste de la historia de la enfermedad en el país", sostuvo Tezanos Pinto, y agregó que "fue el drama más grande que he conocido, porque más del 50 por ciento de los infectados con sida murieron.


 "Paradójicamente --dijo el especialista--, aquellos pacientes que vivían alejados de centros urbanos y que no accedían a los tratamientos fueron los menos afectados por el sida".


 Los pacientes de hemofilia, que padecen problemas de coagulación sanguínea, necesitan de los concentrados para utilizarlos ante episodios de hemorragia y como tratamiento profiláctico para evitar llegar a esas crisis.


 Por esos días, las características del VIH y sus formas de contagio eran poco conocidas y existían personas infectadas que donaban su sangre para elaborar los concentrados inactivados.


 "Cuando supimos de las sospechas sobre el concentrado, realizamos una asamblea con los pacientes y explicamos el riesgo, así como también se decidió la suspensión de las operaciones y los tratamientos profilácticos de los enfermos", explicó Careri.


 En 1985, se comenzaron los estudios de inactivación del virus del sida en los concentrados, como norma internacional, mediante la implementación de estudios serológicos para evitar la propagación del virus.

Los orígenes




 El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) llegó a los Estados Unidos y se propagó entre la población 13 años antes de que se diagnosticaran los primeros casos de sida, en 1981, según apunta una investigación realizada con las escasas muestras de sangre que todavía se conservan de los ocho primeros pacientes diagnosticados en California, Nueva York y Georgia.


 Todas las evidencias apuntan a que el VIH surgió en Africa, cuando un virus muy similar fue transmitido a los humanos por una especie de chimpancé; probablemente, a través del consumo de carne infectada.


 Sin embargo, aún persisten dudas sobre cómo y cuándo se introdujo en los Estados Unidos, país donde se detectaron los primeros casos clínicos de la nueva enfermedad.


 Ahora, en un estudio publicado en "Journal of Virology", un grupo del Centro para el Control de Enfermedades Infecciosas (CDC) aporta información reveladora, tras comparar la secuencia genética de las cepas del VIH-1, aisladas de los primeros pacientes, y aplicar un modelo matemático que permite dilucidar cuánto ha cambiado y se ha propagado el virus.


 Una de la hipótesis indica que el virus llegó a Norteamérica a principios de los 80, por la implicación de una sola persona, el auxiliar de vuelo canadiense Gaetan Dugas, a quien se atribuyeron numerosas relaciones homosexuales en ciudades de ese país y otras del Caribe.


 Sin embargo, al estudiar la secuencia genética del VIH-1 que propagó Dugas con la de las cepas que infectaron a siete de los primeros pacientes, el equipo dirigido por Kenneth Robbins concluyó que el virus llegó de forma independiente, a lo largo del tiempo, a distintas ciudades de los Estados Unidos.


 Estos científicos creen que la primera entrada del virus se produjo en 1968, para propagarse, después, rápidamente.

Defendiendo lo indefendible




 La denuncia del "Times" fue rechazada ayer por Bayer, tras calificarla como una vieja historia resucitada.


 "Es desafortunado que una reciente cobertura de prensa haya reabierto esta vieja tragedia de hace casi 20 años", dijo en una declaración Gunnar Riemann, presidente de la división de productos biológicos de Bayer.


 Recordó que el medicamento en cuestión, un concentrado del Factor VIII, fue elaborado con varias unidades de plasma sanguíneo en un momento en que los científicos no contaban con una prueba para detectar el VIH, el virus que causa el sida.


 Posteriormente, una versión más segura del concentrado fue sometido al calor, eliminando el VIH.


 Bayer manifestó que Cutter se había "comportado responsable, ética y humanamente", al vender el viejo producto en países de Asia y América Latina.


 "Cutter continuó vendiendo la vieja medicina --agregó la declaración-- porque algunos clientes dudaban de la efectividad de la nueva droga y porque algunos países eran lentos para aprobar su venta.


 "Las decisiones tomadas hace unas dos décadas se basaron en la mejor información científica de ese tiempo y fueron consistentes con las regulaciones en el lugar". agregó.


 Michael Diehl, un portavoz de Bayer en Alemania, declaró anoche que la unidad estadounidense del grupo pagó alrededor de 300 millones de dólares en los Estados Unidos como parte del arreglo por un total de 600 millones de dólares que abonaron compañías productoras de coagulantes sanguíneos en 1997.


 En vista de eso, los analistas dijeron que era improbable que el informe de ayer tenga un efecto duradero en las acciones de la compañía.


 Cutter es ahora la unidad de negocios de los productos biológicos de la industria farmacéutica de Bayer y tiene su sede en Research Triangle Park, Carolina del Norte. (Reuters y Télam)

30% de infectados




 Según registros de la Fundación de la Hemofilia, que atiende a enfermos desde 1944, durante la década del 80, en la Argentina, unos 211 pacientes hemofílicos fueron infectados con sida, lo que representó el 30% de las personas que permanecían en tratamiento y que recibían los coagulantes sin el virus desactivado.