El dique está repleto y desborda al vertedero

Redacción de La Nueva.

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Adrián Luciani / aluciani@lanueva.com

El llenado y rebalse del dique Paso de las Piedras, un evento que sólo se produjo dos veces en 43 años, está a punto de repetirse.

Si bien el embalse ya no tiene capacidad para almacenar más agua y se producen desbordes, por ahora resultan interminentes, producto del viento que empuja el agua hacia el vertedero de hormigón, vía de escape diseñada para evacuar grandes volúmenes hídricos hacia las cuencas media y baja del río Sauce Grande, en caso de necesidad.

Si bien las últimas mediciones publicadas por la Autoridad del Agua daban como resultado que el nivel del embalse se encontraba a 20 centímetros de su cota máxima (165 metros sobre el nivel del mar) la realidad indica que los desbordes ya se produjeron y que con otra lluvia más o menos importante el agua generará inconvenientes en los cursos medio e inferior del río Sauce Grande.

El evento sólo se produjo en dos oportunidades: la primera ocurrió en octubre de 1984, al haber llegado a la cota 165,16 y la segunda, en noviembre de 2002, con una cota de 166,05 metros sobre el nivel del mar. Ambas marcas obligaron a erogar un importante caudal, que motivó no pocos inconvenientes en los campos de la zona.

Frente a este escenario, la Autoridad del Agua, organismo a cargo del dique, tiene dos opciones operacionales para manejar semejante caudal hídrico: deberá optar entre abrir las compuertas y posibilitar un desembalse controlado hacia el río Sauce Grande o bien dejar que alguna nueva lluvia, como las que se pronostican para miércoles, jueves y viernes próximos haga que grandes caudales desborden por el vertedero hacia el río.

No se trata de una decisión fácil, sobre todo porque hace diez años el Comité de Cuenca decidió bajar la cota a 163,50 metros y lograr margen suficiente para absorber nuevas crecidas y evitar inundaciones aguas abajo de la presa.

Sin embargo, dicha postura resultó negativa por cuanto la temporada de lluvias no sólo no se tradujo en aportes importantes, sino que la sequía de años posteriores hizo bajar la cota a niveles peligrosos para el abastecimiento de Bahía y Punta Alta.

Si se opta por dejar que el dique rebalse, la decisión también puede ser arriesgada, porque en las últimas tres décadas la zona serrana sufrió en varias oportunidades lluvias excepcionales que generaron verdaderos torrentes de agua y lodo en dirección al dique y que fueron contenidas porque el embalse no tenía una cota alta.

Un hecho se produjo la noche del 28 de febrero de 2001, cuando casi 200 milímetros de lluvia se descargaron sobre la cuenca alta del río Sauce Grande, haciendo que el curso llegara a alcanzar un caudal de 500 m3 (500.000 litros) por segundo.

También en diciembre de 1994, el río Sauce Grande registró una de las crecidas más importantes de los últimos 50 años, según confirmaron pobladores serranos, y las aguas también se dirigieron al dique, donde fueron contenidas, sin causar víctimas ni daños graves.

Con un dique lleno, lluvias de esta magnitud seguramente generarían graves consecuencias en las explotaciones agropecuarias ubicadas aguas abajo del embalse.