Bahía Blanca | Lunes, 29 de abril

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La hora de la verdad, a 500 días del calvario

Se pone en marcha el juicio oral a Jonathan Luna, acusado por el crimen de la adolescente bahiense.
Foto: Arte LN.

Por Redacción La Nueva.

   Diez marchas de silencio, el ofrecimiento de una recompensa de 200 mil pesos, los insólitos llamados extorsivos a la familia de la víctima, rastrillajes con drones y perros en distintos lugares de Bahía Blanca, Pedro Luro y hasta Puerto Madryn. Que está con vida, que se fue sola, que la vieron.

   Las reveladoras imágenes del Centro Único de Monitoreo, que mostraron a Micaela caminando por última vez aquella mañana del 23 de abril de 2016 junto a su asesino; el compromiso personal de la gobernadora en el mano a mano con Mónica Cid y las notables dificultades para avanzar con el análisis de las comunicaciones.

   De todo pasó en un mes y cinco días de búsqueda. La incertidumbre minó las esperanzas y dio paso al estupor. Fue otro sábado, el del 28 de mayo. Una noche que cambió la vida de casi todos los bahienses.

   El impacto fue masivo. A medida que corrían las noticias crecía la desolación y la bronca.

Diez días antes de lo de Micaela, Luna habría abusado de otra menor

   La detención de Jonathan Luna y la manera en que captó a la menor, haciéndose pasar por una chica de su edad a través del Facebook, indignaron. Pudo ser cualquiera. Fue Micaela.

   De manera espontánea, cientos de bahienses -con la carga emocional del caso de Katherine sucedido un año antes en Monte Hermoso-, se agolparon en el centro para transformar el silencio de las manifestaciones en ruido.

   Recorrieron las calles con bombos y carteles que pedían "Basta de femicidios", aunque está a la vista que fue solo a modo de desahogo. La problemática de la violencia de género se mantiene sin solución de continuidad. Lo pueden decir hoy los familiares de Mónica Esteban, la mujer a la que mató su expareja en Villa Mitre.

Insólito: libre para "estimular sus redes sociales"

   De aquella noche negra de mayo del año pasado a hoy, el esperado día de inicio del juicio, pasaron exactamente 500 días.

   En el medio del dolor por la pérdida irreparable, la investigación, en este año y medio, descubrió algunos detalles que solo sumaron irritación.

   Por ejemplo que Jonathan Luna asesinó a Micaela estando prófugo de la justicia de Río Negro. El 20 de diciembre de 2014 le dieron su primera salida transitoria -cumplía una condena por robo calificado- y se fugó, para instalarse luego en Bahía Blanca.

   Es evidente que nadie lo buscaba, porque se mostraba de manera permanente por las redes sociales -la misma vía por la que conoció a la menor-, a través de perfiles propios y con nombres falsos, pero siempre con las fotos reales de su fisonomía.

   ¿Por qué Luna había obtenido la libertad en Río Negro? Porque los peritos que analizaron su conducta concluyeron que era "merecedor" de la confianza depositada en él. Y, lo peor del caso, que necesitaba "estimular y fortalecer sus redes sociales".

Una relación sexual no consentida, el presunto móvil

   Un cuerpo de criminólogos de la Superintendencia de la Policía Científica, con asiento en Mar del Plata, concluyó que una frustrada relación sexual, "probablemente no consentida", habría disparado el móvil del homicidio.

   Los especialistas analizaron el lugar elegido para cometer el ataque, las condiciones del hallazgo del cuerpo y la diferencia física entre la víctima y el acusado, entre otras características.

   Esa hipótesis, según los analistas, prevalece por sobre la del robo (Luna le sustrajo el teléfono celular, una planchita de pelo y ropa), teniendo en cuenta la forma en que se produjo el contacto a través de Facebook. A su vez, "no se explicaría por qué recorrió 9,4 kilómetros hasta llegar a un terreno de difícil acceso y abandonado".

  "Las redes sociales generan libertad, primando el sentimiento de omnipotencia: 'todo lo puedo, nada me va a suceder'. Estas emociones confluyen con la necesidad de emancipación de los padres y colocan al adolescente -en este caso la víctima- en posición de alta vulnerabilidad", explicaron los peritos en ese informe.

   También tuvieron en cuenta los testimonios de otras chicas a quienes Luna, con un perfil falso, haciéndose pasar por una adolescente, pretendió engañar.

   Citaron el caso de M.I.U., a quien le mandó solicitud de amistad por Facebook. Comenzó a hablarle por esa vía y por WhatsApp, le preguntaba la edad, si había tenido relaciones sexuales y quería contactarla en una plaza o en una escuela de White. “Me dijo que tenía 18 años”, dijo la joven, cuando Luna tenía 26.

   Los peritos además marcaron que Micaela vivía "una situación familiar y personal conflictiva, consecuencia de la etapa vital que atravesaba, la adolescencia. Su meta era el escape".

   Por otra parte, no descartaron un escenario de lucha o huida, por el hallazgo de un gorro negro a unos 6 metros del cadáver.

   "Las características previamente descriptas permiten inferir que el homicidio resulta consecuencia de haber querido concretar una relación sexual, probablemente no consentida", remarcaron en el informe, que será de vital importancia para la acusación en el juicio.

Mónica Cid: "Va a ser el final de todo"

   El doctor Osvaldo Raffo, reconocido médico forense, sostiene que "la vinculación de la estrangulación con delitos sexuales siempre debe sospecharse, especialmente cuando se trata de mujeres y de menores".

Casi 100 testigos

   El juicio oral y público tradicional -no será por jurados- al cual someterán a Luna estará a cargo del Tribunal en lo Criminal Nº 2. De los tres jueces, dos son mujeres: Claudia Fortunatti y María Elena Baquedano. El restante cargo lo ocupa Eugenio Casas.

   La sala principal del Palacio de Tribunales, en el quinto piso de Estomba 34, será escenario del debate, que prevé una duración de 5 días, aunque podría reducirse ese plazo en caso de que las partes, eventualmente, desistan de algunos de los 97 testigos previstos.

Fernanda Petersen: "Si sale, va a volver a cometer el mismo delito"

   Desde la acusación actuarán el fiscal Rodolfo De Lucia -estuvo a cargo del caso desde la desaparición de Micaela- y la abogada María Fernanda Petersen, representante de los padres de la chica, Mónica Cid y Claudio Ortega. A Luna lo asistirá el defensor oficial Sebastián Cuevas.

   Por el delito que le imputan (homicidio calificado por haber sido cometido con alevosía, para procurarse la impunidad y habiendo mediado violencia de género, además de grooming y robo), de confirmarse el pedido del fiscal, el acusado recibirá prisión perpetua.

   Al ser reincidente, por contar con una condena por robo en la provincia de Río Negro, podría no recuperar la libertad jamás, aunque esa situación está atada a eventuales cambios legales.

   En el otro extremo, de creer el tribunal que no existen pruebas para vincularlo con el delito, se dictaría su absolución.

   El punto intermedio (posible estrategia de la defensa) es que no se ataque su autoría pero sí el tipo de delito (que sea considerado homicidio simple). En ese caso la escala penal es más atenuada: va de 8 a 25 años de cárcel.

   El fallo del tribunal una vez concluida la ronda de testigos y los alegatos, se conocerá la semana próxima.

El "perfil" de Luna

por licenciada Guillermina Rizzo

   "El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra" es una frase que solemos emplear para ejemplificar la reiteración de conductas, se trate de situaciones indeseadas, elecciones, bloqueos, inhibiciones, experiencias y expresiones que parecieran estar moldeadas por un mismo patrón.

   Especialistas cognitivos hacen referencia a la reiteración de circuitos de comunicación, reiteración de formas de interacción; Sigmund Freud acuñó el concepto de "compulsión a la repetición", siendo el inconsciente una fuerza propulsora que impulsa a la elección. De esta manera, para el Psicoanálisis, una de las características del inconsciente es esa fuerza que nos impulsa a reiterar activamente y desde la primera infancia, el mismo tipo de vínculos y de separaciones.

   Ante la repetición sana, el inconsciente se manifiesta como pulsión creativa, traducida en conductas adaptativas, que estructuran, brindan sostén, seguridad, contribuyendo al crecimiento y la maduración.

   Cuando la repetición es patológica, el inconsciente se lanza como pulsión destructiva, inmanejable, compulsiva; remite a situaciones anteriores no resultas, que retornan y se manifiestan una y otra vez; traducida en formas inadecuadas o patológicas de abordaje a un problema no resuelto, a un asunto o "piedra" "no digerido" que surge y surgirá sin fin, tal es el caso del psicópata.

   Para la Sociología el psicópata es quien presenta una deficiencia en la habilidad para establecer relaciones sociales, adquirir roles, ponerse en el lugar del otro; conoce los valores sociales, pero es incapaz de adaptarse a ellos, a su vez no registra el daño que produce a otras personas. Una definición criminológica, establece que el psicópata es consciente de sus actos en todo momento, con un estilo de vida "desviado" en el sentido de actos impulsivos e irresponsables, carece de remordimiento y sentido de culpa. Manipuladores que esgrimiendo engaños y "perfiles" muestran lo que no son para ganarse la confianza de sus víctimas, manipulación que se despliega también cuando están en prisión.

   Desde la Psicología, la Sociología, la Biología, la Psiquiatría, la Criminología, se pueden esbozar perfiles para describir a Luna, mientras tanto Luna en prisión, opera con un arma letal, en este caso las redes sociales, para crear y recrear nuevos perfiles.

   En el Seminario de la Identificación, Lacan trabaja el tema del nombre propio y tal vez el gran interrogante sea ¿el nombre nos representa?

   Luna ¿Casualidad? En apariencia la luna modifica sus perfiles y contornos, nace, crece, se llena, mengua, pero siempre es la luna, ciclos reiterados, repetidos, infinitos, compulsivos. Luna es un psicópata, repite y repetirá conductas; ruego la Justicia no tropiece dos veces con la misma piedra.