Bahía Blanca | Jueves, 02 de mayo

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Condena por abuso sexual de una niña

Un sujeto fue condenado a la pena de siete años de prisión, al ser hallado culpable de abuso sexual de una niña con retraso mental, en Coronel Pringles, pero permanecerá en libertad hasta que el fallo quede firme. La sentencia fue dictada por el Tribunal en lo Criminal Nº 2, integrado para este caso por los jueces Hugo Adrián De Rosa, Eduardo d'Empaire y Mario Lindor Burgos y recayó en Juan Carlos Vallejos, procesado por abuso sexual con acceso carnal, en los términos del artículo 119, 3º párrafo, del Código Penal.




 Un sujeto fue condenado a la pena de siete años de prisión, al ser hallado culpable de abuso sexual de una niña con retraso mental, en Coronel Pringles, pero permanecerá en libertad hasta que el fallo quede firme.


 La sentencia fue dictada por el Tribunal en lo Criminal Nº 2, integrado para este caso por los jueces Hugo Adrián De Rosa, Eduardo d'Empaire y Mario Lindor Burgos y recayó en Juan Carlos Vallejos, procesado por abuso sexual con acceso carnal, en los términos del artículo 119, 3º párrafo, del Código Penal.


 La pena recaída coincidió con la solicitada por el fiscal Sebastián Foglia, de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 9, mientras que el defensor oficial, Pablo Radivoy, había reclamado la absolución del imputado por considerar que no se demostró su responsabilidad.


 Los jueces dieron por acreditado que el 8 de febrero de 2008, aprovechando que la víctima (entonces tenía 10 años) se encontraba en la casa de Vallejos, éste la sometió sexualmente.


 Entre los elementos de prueba se tuvo en cuenta el testimonio del padre de la niña, quien dijo que ese día fue a la casa del encausado para retirar a sus dos hijos, que habían sido dejados allí por su ex expareja.


 Expresó que a la niña la notó "rara y angustiada" y que al regresar a su casa ésta le dijo a su mujer que el acusado le había hecho sacar la ropa y tenderse en una cama, para luego subirse encima suyo.


 Agregó el testigo que al día siguiente, sin haberla bañado y con la misma ropa, la llevaron al Hospital Municipal de Coronel Pringles, donde una médica la examinó y comprobó que observaba huellas de un presunto abuso sexual, por lo que decidieron efectuar la denuncia.


 Por último, dijo que la víctima estuvo en tratamiento psicológico durante dos o tres años, aunque luego abandonó.


 En el mismo sentido declaró después la pareja del denunciante.

Otras pruebas.




 La doctora Diana Sol declaró, por su parte, que al examinar a la menor advirtió que evidenciaba huellas de una relación sexual de poco más de veinticuatro horas antes de la consulta.


 También dijo que la niña presentaba hematomas en la cara interna del muslo y en la rodilla derechos y que tomaron muestras de una sustancia compatible con semen, que se envió para analizar.


 Una asistente social de la escuela especial a la que concurría la menor, dijo que mantuvo con ella varias entrevistas y que le contó lo sucedido, asegurándole que había sido "sólo una vez".


 Además, la psicóloga María Soledad Schoefer, describió que la víctima presentaba falta de contención y necesidad de escucha, refriéndole luego la situación de abuso sexual.


 En cuanto a la posibilidad de fabulación por parte de la niña, la profesional aseguró que la dificultad en el aprendizaje que la misma manifestaba, resultaba un claro obstáculo para que pudiera inventar una historia de ese tipo.


 La licenciada Beatriz Forclas, en tanto, indicó que la chica efectuó un relato lógico y coherente, no encontrando características fabuladoras.


 En su indagatoria, Vallejos negó los cargos y afirmó que nunca estuvo solo con la niña y que la denuncia fue consecuencia de un problema por la tenencia de los hijos, entre el padre de la menor y su expareja.

Resolución.




 Los jueces entendieron que los dichos del sujeto no lograron "contrarrestar los elementos de cargo colectados por el fiscal".


 Al momento de resolver la pena a imponer, el tribunal valoró como atenuante la falta de antecedentes del acusado, mientras que como agravante se mencionó el retraso mental que padece la niña, circunstancia de la cual se valió Vallejos para cometer el hecho.


 Sin embargo, los magistrados disintieron en cuanto al monto de la sanción, ya que De Rosa y D'Empaire coincidieron en fijarla en siete años de cárcel, mientras que Burgos lo hizo en diez años.


 Igualmente los dos primeros dijeron que no correspondía detener al procesado, quien llegó en libertad al juicio, pero Burgos se pronunció en contra.


 En definitiva, por mayoría, Vallejos fue sentenciado a siete años de prisión, pero seguirá libre hasta que la resolución quede firme, ya que existen aún instancias de apelación.