Bahía Blanca | Viernes, 03 de mayo

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Tras el asalto en Patagonia: "A los políticos sólo les interesa el puesto que van a agarrar"

Los ladrones estaban armados y encapuchados. Durante 2 horas los encerraron y y los hombres les ataron las manos con alambres.
“Estuvimos dos horas a merced de ellos”, admitió Eduardo Martín sobre el episodio.

Unas 27 personas entre las que se hallaban referentes de distintas actividades de la ciudad y que participaban de una reunión en una vivienda del barrio Patagonia, resultaron víctimas de dos audaces y violentos delincuentes que fuertemente armados ingresaron y tras mantenerlos privados de la libertad por dos horas, lograron apoderarse de diversas pertenencias para luego darse a la fuga.

La odisea comenzó alrededor de las 0.15 de la víspera, cuando los desconocidos accedieron al quincho del domicilio de Eduardo Martín, ubicado en Yapeyú al 3700.

Según la información suministrada por fuentes allegadas al caso, las sospechas apuntarían a que los autores del asalto serían policías, ya que actuaron con “profesionalismo” y palparon de armas a los presentes.

“Estábamos cenando cuando repentinamente aparecieron dos personas encapuchadas y nos encañonaron con sus armas. Me dijeron que tenían dos pistolas cada uno, yo alcancé a ver una 9 milímetros y una 45”, comentó el damnificado al ser consultado ayer por un cronista de La Nueva.

“Parecía que era una broma, pero enseguida nos dimos cuenta que no. Estuvimos dos horas a merced de ellos”, agregó el hombre y dijo que los asaltantes tendrían unos 30 años y actuaron con los rostros cubiertos.

Aclaró que los delincuentes accedieron al inmueble por el portón del frente, ya que “estábamos esperando a una persona que iba a llegar más tarde, por eso estaba abierto”.

Martín admitió que los sujetos obligaron a los hombres a trasladarse al baño, donde los revisaron y despojaron de relojes, teléfonos celulares, dinero y otros elementos.

“Nos hicieron ir de a uno, a varios nos golpearon y nos sacaron todo lo que teníamos encima. A las mujeres las dejaron sentadas, pero sin poder mirarlos”, mencionó el informante.

Los ladrones en todo momento apelaron a la violencia física y verbal para amedrentar a sus víctimas, incluso a los hombres los ataron con alambres.

“Nos amenazaban constantemente. El que dirigía todo le decía al otro: 'al que se dé vuelta, quemalo'. Nos llegaron a decir que nos iban a llevar a nuestras casas para buscar más cosas. Eran todas frases para intentar minar nuestra voluntad”, reconoció el hombre.

Y recordó que antes de escapar los individuos arrojaron algunos efectos a la pileta de natación de la casa.

Mientras exhibía las marcas que quedaron en sus muñecas, Martín reiteró que la mayoría de los hombres fue maniatada con alambre que "ellos habían traído, lo tenía cortado y preparado para atarnos. Después nos dejaron a todos encerrados en una habitación”.

Se supo que para intentar cubrir la fuga, los asaltantes dejaron en marcha un automóvil que se encontraba estacionado dentro del predio.

“Primero prendieron la radio del vehículo, aunque luego la apagaron y encendieron un televisor. También cerraron las cortinas y apagaron las luces de adentro”, detalló el damnificado y aseguró que no pudo ver la forma en que huyeron.

“Se los notaba muy profesionales. Realmente es una situación indescriptible la que pasamos, hay que vivirla para saber lo que se siente”, expresó el damnificado.

Y a su criterio los malvivientes "actuaron 'al voleo'. La policía nos dijo que el modus operandi de estas personas es ese: andan dando vueltas y esperan la posibilidad para entrar”.

Por último, el hombre se refirió a la forma en que la problemática de la inseguridad golpea a la sociedad.

“Veo a los políticos que hace un año que están en campaña y lo único que les interesa es ver qué puesto van a agarrar, pero no hay nadie del Poder Ejecutivo o Legislativo que tenga intenciones de hacer algo respecto de este flagelo”.

“Estamos a pocos minutos del centro y que ocurra esto es increíble. Siempre pensé que me podía pasar, porque estamos dentro del cubilete y te puede tocar, pero nunca de esta forma”, aclaró Eduardo Martín.