Bahía Blanca | Domingo, 05 de mayo

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Declararon psicólogos en el juicio oral a un depravado

Los profesionales entrevistaron a las víctimas y aseguraron que los relatos de todas fueron coherentes. Finalmente, el acusado de ultrajar a cuatro nietas y otras niñas no declaró.
En el Palacio de Justicia llega a su fin la etapa de debate en el juicio a un sujeto acusado de ultrajar a varias niñas.

En el marco del juicio oral que se sigue a un sujeto acusado de abusar sexualmente de ocho menores de edad, entre ellas cuatro nietas y una sobrina, declararon ayer los psicólogos que entrevistaron a las víctimas, quienes sostuvieron que sus relatos fueron coherentes y sin indicios de fabulación.

Los relatos cerraron la etapa testimonial del debate que está a cargo del Tribunal en lo Criminal Nº 2, integrado por los jueces Hugo Adrián de Rosa, Eduardo d'Empaire y María Eloísa Errea de Watkins.

Por la acusación interviene el fiscal Mauricio del Cero, titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 14, de delitos sexuales, mientras que el procesado, del que no se brinda la identidad para preservar a las víctimas, es asistido por el defensor oficial Pablo Radivoy.

En primera instancia declaró la licenciada María Eugenia Pintos, quien refirió que en el año 2002, mientras se desempeñaba como perito en el Tribunal de Menores Nº 1, se entrevistó con una de las víctimas, sobrina del imputado, pero a quien éste reconoció legalmente como su hija.

Dijo que la chica se encontraba angustiada y que su relato cumplía con los criterios de veracidad establecidos, hallando en ella indicadores que presentan las víctimas de delitos sexuales, tales como estrés postraumático y un estado de alerta muy alto, asegurando además padecer recuerdos de los episodios sufridos y temor a encontrarse con el depravado.

Pintos sostuvo que junto a otros profesionales evaluaron también al sospechoso, manifestando que se detectaron en él “indicadores habituales” en imputados por este tipo de hechos contra la integridad sexual.

Afirmó que el sujeto presentó un discurso egocéntrico, características narcisistas y no reconocía “errores personales”.

La psicológa describió que demostró una desvaloración de la mujer en general, exceptuando sólo a su madre.

A preguntas del defensor, la profesional admitió que las características enunciadas “no son exclusivas” de los abusadores, aunque reiteró que “es muy común encontrarlas en ese tipo de sujetos”.

Posteriormente testimonió la psicóloga Beatriz Forclaz, quien, entre 2010 y 2013, se entrevistó con cinco de las menores abusadas.

Señaló que todas ellas realizaron relatos coherentes y que a algunas las volvió a entrevistar dos o tres después y se manifestaron de la misma manera.

Recordó que dos de las niñas presentaban una afectación mayor, sufriendo aislamiento, llanto, angustia, retraimiento social y un mecanismo disociativo.

Finalmente, el licenciado Enrique Borgarelli manifestó que evaluó a dos de las menores, a las que halló “normales y con actitudes acordes a su edad”.

Afirmó luego que encontró coherencia y congruencia en sus relatos, sin hallar “elementos de fabulación o distantes de la realidad”.