Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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"Antes de la vacuna todo fue angustia y después, tranquilidad"

Cuatro personas contaron cómo vivieron el proceso de vacunación y su presente. Alivio es el común denominador.

Fotos: Archivo La Nueva.

   Alicia nació en Algarrobo, tienen 93 años y lleva 57 en Bahía Blanca, ciudad a la que llegó para iniciar una vida en familia, tras un breve paso por Ingeniero White.

   La pandemia la sorprendió en el barrio Pedro Pico, donde comparte terreno con su hijo. Ella vive en un departamento construido en la parte superior, lo que le permitió mantenerse cerca de algunos de sus afectos. Aunque claro, extraña el mate compartido, el beso y el abrazo con sus nietos.

  Cuando se enteró de la vacuna la recorrió una inmensa alegría. Siempre estuvo dispuesta a ponérsela: "¿Miedo? No sentí ningún miedo", asegura Alicia.

   Por audio de WhatsApp, mientras comparte patio con su hijo, cuenta que él la anotó en la campaña, le informó del turno y la llevó a vacunarse.

   Alicia recibió su primera dosis de la Sputnik V en marzo y no sintió "nada, ningún problema". Ahora espera por la segunda, aunque aún no tiene fecha.

—Estoy contenta de habérmela puesto. Después de que me vacuné, mi hijo y mi nuera me compraron facturas y comimos facturas. Así que, ¡imagínese!

   La abuela remarca que su familia también está muy contenta. Hay alivio y alegría por la inmunización, y los cuidados se mantienen.

—Me sigo cuidando como todos. Seguimos estando un poco lejos uno del otro y en el patio. Paso mucho tiempo sentada ahí [...] Espero que cambie este desastre de enfermedad para poder salir un poco. Como nos cuidamos tanto, estoy encerrada... Esperemos que esto cambie para todos.

***

   Aquiles tuvo durante todo 2020 mucho temor de contagiarse. Veía la cantidad de casos y fallecidos, y se ponía muy triste.

   Cuando se enteró de la vacuna dio un poco de vueltas para anotarse: estaba inseguro por todo lo que se decía, pero finalmente dio el sí.

—Le dije a mi hijo que me anotara y también lo hizo mi señora. Me anoticié del turno de la primera dosis por mi hijo, ¡fue una alegría! —recuerda el hombre de 85 años.

    Recibió las aplicaciones en el Centro Vacunatorio de Coronel Rosales, con la compañía de su hijo. La primera dosis a comienzos de abril y la segunda al mes.

—No tuve ninguna sensación extraña luego de vacunarme. Sigo cuidándome y tomando recaudos, todavía no es seguro hacer una vida normal —reconoce el puntaltense, quien define la inoculación como "una mediana tranquilidad para todo el ámbito familiar".

   Aquiles sabe que la vacuna protege de cuadros graves y de la muerte, pero que existe el riesgo de contagio. Por eso, no cambió los hábitos ni cuidados de 2020.

—Espero que se siga con la vacunación y así poder doblarle el brazo al bicho este [sic]. Cuando haya muchos vacunados, recién ahí podremos controlar la enfermedad y, aunque vivamos o convivamos con el virus, podremos andar más tranquilos porque ya no nos afectará tanto.

***

   Sergio y Mónica se casaron hace más de 35 años en Bahía Blanca. Él tiene 62 y ella cumplió este año los 60, límite a partir del cual la edad ya se considera un factor de riesgo.

   Les llegó el turno para la vacunación con una semana y media de diferencia: él recibió la primera dosis de la Covishield el 29 de abril y a ella le pusieron la Sputnik el 7 de mayo.

   Ambos se registraron y asistieron solos. Y las sensaciones fueron similares.

—Antes de la vacuna todo fue angustia; después de la vacuna, tranquilidad. Cuando me dieron el turno, ¡emoción! —describe el bahiense.

—El 2020 fue muy estresante para mí por miedo al contagio, pero me cuidé mucho. También me emocioné cuando tuve el turno —dice Mónica, quien nació en Pringles pero lleva 37 años acá.

   A la espera de la segunda dosis, cuentan que después de la aplicación no tuvieron malestares importantes, solo un pequeño dolor en el brazo de la vacuna y en la axila de ese mismo lado. 

—Siempre pensé en ponerme la vacuna por el riesgo de mi edad y sentí mucha alegría con la aplicación. Después de la vacuna, lo primero que hice fue descansar. Ahora todo es tranquilidad, pero no cambiaron los cuidados —asegura Sergio.

   Mónica también siente mucha alegría por la inmunización, al igual que toda su familia, y aguarda ansiosa el turno para recibir la segunda dosis.

—Estoy mucho más tranquila, pero sigo cuidándome. Deseo que todo mejore y se termine la pandemia. 

 

   La vacunación contra el coronavirus comenzó en Bahía Blanca el 29 de diciembre de 2020. En los dos primeros meses de 2021 el ritmo fue lento pero en ascenso, con un notable aumento de dosis a partir de marzo, que cerró con cifras récord.

   En abril esos números mejoraron, con más de 2.000 aplicaciones diarias en varias oportunidades y alcanzando las 50 mil totales a mediado de mes. En los primeros días de mayo, en cambio, hubo una caída en el promedio diario de vacunación.

   Según los últimos datos de Provincia —actualizados ayer a las 21—, se hicieron en Bahía 77.637 aplicaciones: 67.435 de la primera dosis y 10.202 de la segunda.

   El plan estatal, gratuito y voluntario Buenos Aires Vacunate, implementado por el Gobierno provincial, tiene por objetivo vacunar a toda la población bonaerense mayor de 18 años, priorizando a los factores de riesgo. Al ser optativo, quienes deseen recibir la vacuna deben inscribirse en la página www.vacunatepba.gba.gob.ar o en la aplicación.