Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Ciudades diferentes se suceden en el mismo suelo

   La ciudad que cambia, las casas que se van. Tucumán y Moreno, una esquina que cambió.

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

 

   La ciudad cambia, muta, se reinventa. Desde la década del 60 se ha comenzado a despedir sin decir adiós la ciudad que abrió el siglo XX. Va resignando casonas, mansiones, vivienda, casas chorizo, cines, escuelas. Han dejado de estar para dar lugar a nuevos usos y destinos.

   Bahía Blanca es hoy una gran mole de cemento, que cada año, cada mes, cada día suma y suma más edificios en altura, en terrenos (des) ocupados por casonas de otros tiempos y de otros sonidos. Que ven caer sus muros y desaparecer sus espacios. Aparecen entonces estas nuevas moles, que perdurarán para siempre, porque nadie demolerá su estructura armada.

   La esquina de Tucumán y Moreno es uno de los muchos ejemplos de la ciudad que deja de existir, de la casona de esquina y de patio, de parra y zaguán, de árboles y sombras. En su lugar aparece otro estilo de vida, de vecindad, de reglamentos y letras.

   Italo Calvino, en su libro Las Ciudades Invisibles, escribió de manera única la historia de muchas ciudades, relacionadas con su memoria, con sus deseos, con sus signos, con sus intercambios, con sus nombres y con sus ojos. Este fragmento parece adecuado para este comentario.

   “Hay que cuidarse de decirles que a veces ciudades diferentes se suceden sobre el mismo suelo y bajo el mismo nombre, nacen y mueren sin haberse conocido, incomunicables entre sí. En ocasiones hasta los nombres de los habitantes permanecen iguales, y el acento de las voces, e incluso las facciones; pero los dioses que habitan bajo esos nombres y en esos lugares se han ido sin decir nada y en su sitio han anidado dioses extranjeros. Es inútil preguntarse si estos son mejores o peores que los antiguos, dado que no existe entre ellos ninguna relación, así como las viejas postales no representan a Maurilia como era, sino a otra ciudad que por casualidad se llamaba Maurilia como ésta”.

Foto: Pablo Presti