Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Museo y Archivo de Pigüé: ¿Cómo era la educación en tiempo de los abuelos?

Se inauguró una sala dedicada a la Historia de la Educación. En ella se exhiben útiles escolares, manuales de estudio, documentos y fotografías entre otros objetos que poblaban las antiguas aulas. El espacio habilita el intercambio y el crecimiento comunitario.

   Anahí González Pau
   agonzález@lanueva.com

   Alguien, en el Museo y Archivo de Pigüé, toca la campana centenaria que adorna la nueva sala dedicada a la Historia de la Educación. La memoria de los más grandes se enciende de inmediato. Los recuerdos llegan sin aviso. El corazón late fuerte. Recreo. Momento en que el portafolios de cuero descansará al costado del pupitre. Hora de dejar el aula atrás para sumergirse en esa isla de libertad en que la eternidad se condensa en unos minutos. Los pájaros de la imaginación alzan vuelo desde los árboles de la infancia. La campana que marca el retorno al aula no suena igual, aunque es la misma. Su metal indica el fin del juego y congela la esperanza hasta el próximo aviso.

   Momentos así se viven en el Museo y Archivo de Pigüé, dirigido por Mariana Walter, desde que se inauguró la sala de la Historia de la Educación, que puede visitarse todos los días para apreciar una exquisita colección de objetos que activan la memoria desde todos los sentidos.

   La encargada del Museo explicó que esta temática apunta a ser un espacio permanente de reflexión, intercambio y crecimiento comunitario.
   “La idea es fortalecer la identidad y conocernos cada vez más”, añadió.

   La sala, es en sí misma un viaje a otros tiempos en que los abuelos y bisabuelos no conocían los celulares y computadoras y usaban plumas de tinta y máquinas de escribir, en vez de biromes.

   “Es muy interesante ver cómo los adultos a través de los objetos descubren en su memoria recuerdos que estaban guardados y los comparten con las nuevas generaciones y , a la vez, los más jóvenes los escuchan y pueden hacer comparaciones con sus vivencias actuales”, comentó Mariana.

   No solo es posible comparar los materiales con los que están hechos los útiles -carteras y portafolios de cuero y cartucheras de madera-- en contraste con los que se utilizan hoy sino que otro aspecto interesante es observar qué tipo de materias tenían nuestros ancestros en la escuela.

   “Antes las mujeres tenían que aprender cuestiones relacionadas a las tareas domésticas, como bordado, costura y hoy pueden elegir lo que les guste”, dijo.

   El elemento estrella de la muestra es la campana porque a través del sentido del oído, las personas más grandes se retrotrajeron al momento en que en la escuela se anunciaba la entrada al aula, la salida al recreo y demás. A las generaciones más jóvenes también les llamó la atención este objeto ya que no están acostumbrados a escuchar su sonido ya que para marcar los tiempos de actividad y de descanso, hoy se usa un timbre eléctrico.

   Esta campana perteneció a la Escuela Provincial Nº125, de 1911, luego nacional Nº 31 (1970), por último fusionada con la Escuela Nº 3 (1977).
   El diseño de la curaduría estuvo a cargo de Mariana Walter y la exhibición permanente cuenta con la colaboración de la secretaría de Cultura municipal y la Asociación Amigos del Museo, en la cual participan muchas personas.

   “Varias de estas personas son docentes que colaboran con correcciones y con la investigación, que se hizo en el Museo, ya que este dispone de un archivo con hemeroteca y documentación de diversa índole, biblioteca y fototeca”, contó.

   Asimismo colaboraron personas a las cuales se entrevistó para recabar datos.

   Más info al (02923) 405001. Martes a viernes de 8 a 14 y sábados y domingo de 13.30 a 18.30.: Facebook/museoyarchivopigüé. El Museo se encuentra en el Parque Municipal Fortunato Chiappara.

   “Los objetos, gran parte del acervo estaba en el Museo, todas las colecciones son adquiridas mediante donaciones de personas familias, que viven en Pigüé o que sus antepasados que vivieron aquí”, señaló.

   Por su parte el vecino Roberto Champredonde, de la Asociación de Amigos del Museo, motivado por su interés en el patrimonio histórico y muy interesado en esta temática donó las vitrinas para la muestra.

   “El museo va a seguir trabajando en ampliar sus espacios de la memoria, es nuestro trabajo. También pensamos en esta sala como un reconocimiento a la labor de los educadores locales y a la trayectoria de nuestras instituciones educativas formales y no formales”, destacó la encargada del Museo.

   La inauguración consistió en un acto muy sencillo en el que se rindió homenaje a Nora Marta De Salvo, una docente de la ciudad, impulsora de la primera Feria del Libro en el distrito, cuando era directora de la Escuela Nº5.

   “La plazoleta del lector, frente al museo, lleva su nombre desde 2019 ya que es una docente con vasta trayectoria en Pigüé y en el distrito. Se hizo un pequeño acto con familiares y se colocó cartelería alusiva”, dijo.

   Estuvieron presentes las personas que colaboraron en el proceso de armado y en los días posteriores siguieron llegando vecinos, que por prevención no estuvieron en la inauguración.


El vecino Roberto Champredonde hace sonar la campana que trae tantos recuerdos

Algo de lo que se cuenta en la sala

   Los sistemas educativos escolares se crearon hacia finales del siglo XIX. Durante la época colonial y parte del siglo XIX, pocas personas sabían leer y escribir. Antes de la Revolución de Mayo de 1810, la enseñanza no era igual para todos: tenían exclusividad los varones de la élite blanca, española o criolla.

   Luego de la Declaración de la Independencia en 1816, se crearon más escuelas, generando nuevas oportunidades para las clases populares.

   Domingo Faustino Sarmiento, en el año 1870, funda la primera escuela de formación en Magisterio en Paraná, Entre Ríos; y como presidente de la Nación, impulsa la Ley Nacional de Educación Nº 1420, en el año 1884, para implementar y regular una educación común para todos: graduada, obligatoria, gratuita y, en algunos casos, laica.

   La escolarización en la Argentina, se implementó como herramienta en la formación del Estado Nacional. La alfabetización fue un requisito fundamental para la integración cultural, aunque pretendía homogeneizar a la sociedad, negando las culturas originarias. Alrededor de 1960, el 85% de la población argentina estaba escolarizada.

   A partir del  año 1870, la organización del sistema educativo comenzó a incorporar algunos jardines de infantes, como anexos a las escuelas normales, aunque sólo asistían unos pocos “privilegiados”. El 9 de noviembre de 1946 es sancionada la Ley N° 5096, impulsada por el diputado Jorge Simini, quien otorga al Jardín de Infantes, la jerarquía, el valor pedagógico y el carácter obligatorio y gratuito, incluyéndose definitivamente, al sistema educativo formal.

En la colonia


Con las familias averonesas fundadoras llegó la maestra Julia Bras, con título francés, a quien Clemente Cabanettes le pidió organizar la primera escuela. Inició su actividad, a principios de 1885, en una dependencia de la Administración de la colonia (calle Cdad. de Rodez y Francisco Issaly).

   Entonces, la localidad de Pigüé pertenecía al distrito de Coronel Suárez y la Escuela de Pigüé Nº 1, fue la primera de aquel partido.

    Las primeras alumnas provenían de distintas nacionalidades: argentinas, francesas, italianas, inglesas, españolas, etc.Para 1886, la institución educativa era mixta y contaba con 41 alumnos. Al aumentar el alumnado, la Dirección General de Escuelas, en 1889, alquiló una propiedad ubicada en la esquina de Av. Casey y Maipú. Al crearse el partido de Saavedra, el 10 de septiembre de 1891, la escuela Nº 1 pasó a ser la Nº 3 del distrito de Saavedra.

   En 1905 se trasladó a un local más amplio ubicado en la calle Humberto 1º frente a la Plaza Sarmiento. La S.A. Estancias y Colonias Curamalan donó el terreno y la Dirección General de Escuelas construyó el edificio costeado por suscripción popular e iniciativa del Sr. Octavio Ducós. En 1989 se trasladó a Av. Alsina 76.

   Pedro Mazars fue el primer maestro de escuela en Pigüé, también de origen averonés y integrante del grupo fundador, abrió su escuela para varones, unos años después de la fundación del pueblo.

   En el año 1908 se crea la Escuela Nº 5 por iniciativa del Dr. Pedro Pablo Harriot. En principio funcionó en la esquina de Sarmiento y Bernardo de Irigoyen, hoy en L. V. López 401.

   En abril de 1911 se crea la Escuela Nacional Nº 125 Sistema Láinez, que comenzó a funcionar en Lavalle 160 y luego se trasladó a la calle Pellegrini 351. En el año 1970, pasó a llamarse Escuela Provincial Nº 31 y luego se fusionó con la Escuela Nº 3, en 1977.

   Pronto se instalaron dos escuelas Cristianas: en 1888, por iniciativa de Eduardo Casey, llegan las siete hermanas de la Congregación del Niño Jesús y en 1905, los hermanos de las Escuelas Cristianas iniciaron en Pigüé su labor apostólica-educativa.

   A comienzos del siglo XX funcionaron varias escuelas particulares: Colegio Parroquial “Jesús Docente”, Colegio “Charlemagne”, Colegio de “Las Naciones”, “Instituto Sarmiento”.

   A medida que la población de Pigüé crecía, de la mano de inmigrantes de diferentes culturas, fueron surgiendo nuevas instituciones educativas formales, para cubrir las diferentes necesidades de la población.