Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Los hipotecados UVA siguen estando presos del eterno "mañana lo vemos"

De aplicarse el DNU vigente, las cuotas subirían por encima de los salarios desde el mes que viene. 

Por Francisco Rinaldi / frinaldi@lanueva.com

 

     Rehenes de la procrastinación del actual Gobierno y del fracaso en la batalla contra la inflación del anterior, los tomadores de créditos hipotecarios UVA siguen esperando por una solución definitiva que les permita acortar la distancia en la carrera por la casa propia.

     Es que, por un lado, aunque el mecanismo de ajuste de la cuota (en rigor, la inflación) demostró su eficacia a la hora de favorecer el acceso al crédito a la vivienda, la fuerte aceleración inflacionaria de los últimos años del macrismo obligó a barajar y dar de nuevo, tanto, que el propio expresidente Mauricio Macri decidió, en agosto de 2019, congelar la cuota que debían abonar los tomadores.

     Meses más tarde y con la actual administración en el poder, Alberto Fernández se comprometió a resolver este inconveniente, aunque la pandemia forzó la extensión del congelamiento de Macri a través de dos nuevos Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU).

     En el último DNU (publicado el 24 de septiembre de 2020 en el Boletín Oficial) se estableció el mecanismo que daría fin al congelamiento de la cuota, el que estaría vigente a partir del mes que viene. Así, a través de la aplicación del mismo, de no mediar cambios, los tomadores del préstamo abonarían una cuota que crecería en forma progresiva hasta julio de 2022, mes y año en el cual convergería a la originalmente pactada entre la entidad financiera y el tomador, es decir, sin congelamiento.

    El problema de la aplicación de este mecanismo es que los aumentos de las cuotas serían muy “de golpe”, a punto tal que un individuo que pactó su crédito a una tasa de interés del 3,5 por ciento mensual en noviembre de 2017, por un monto de 1.880.000 pesos, a un plazo de 30 años, y tomando como supuesto una inflación mensual del 3,7% en febrero -estimada por consultores económicos convocados por el BCRA- tendría que enfrentar un incremento de su cuota de casi el 10 por ciento en apenas un mes, porcentaje que surge de considerar el último valor congelado tras las sucesivas prórrogas para el préstamo del ejemplo (16.329,74 pesos a enero del corriente), frente al valor de convergencia de $ 17.940,02, el que debería empezar a pagarse desde el mes dos del corriente. Ambas cifras son netas de impuestos y demás gastos. 

     “Precisamente, ahí está el principal escollo, ya que la cuota aumenta muy rápidamente, independientemente de los supuestos de inflación que tomemos. Por eso, de aplicarse, las cuotas van a aumentar más que los salarios, algo que va a perjudicar a los tomadores del préstamo”, advirtió el economista especializado en Políticas Públicas de Vivienda Federico González Rouco.

      Dicha sentencia puede comprobarse acudiendo al pasado reciente: las actualizaciones de los índices de referencia (el Coeficiente de Variación Salarial y el RIPTE), subieron entre un 4 y un 6 % en febrero del año que se fue, entre 6 y 4 puntos porcentuales menos con relación al ejemplo. 

     En tanto, la pretendida convergencia no resuelve la sensibilidad extrema de este mecanismo de ajuste a inflaciones elevadas, precisamente, el problema que hoy aqueja a quienes accedieron al préstamo.

    “No se resuelve nada lisa y llanamente porque el ajuste sigue igual. Por eso le pedimos al Gobierno que cumpla su promesa”, manifestó uno de los voceros del capítulo local Hipotecados UVA, Fernando Errecalde. 

     Advirtió que los indicadores de morosidad no aumentan porque no se considera moroso a quienes optaron por postergar para el final el pago de las cuotas del crédito (opción alternativa al congelamiento), “porque el BCRA no nos toma como tales. Y me consta que somos varios los que nos vimos obligados a refinanciar nuestro crédito porque no lo podíamos pagar”.

       Durante la campaña, Alberto Fernández se había comprometido a buscar una salida a la cuestión de los créditos indexados por Unidad de Valor Adquisitivo (UVA). 

 

El fondo compensador

   En tanto y mientras no se descarta un nuevo congelamiento en febrero, el proyecto de creación de un fondo compensador anunciado por el ministro de Economía Martín Guzmán podría ser solución definitiva tan esperada por los tomadores. La idea ya había sido esbozada durante la anterior administración, y consiste en que si el aumento en las cuotas superase al de los salarios, sería el fondo el responsable de cubrir en el banco esa diferencia.

   De acuerdo con los anuncios de Guzmán, el fondo —bautizado como Fondo Fiduciario de Cobertura y Promoción— estará solventado por una porción de la cuota del crédito hipotecario, aportes de las entidades bancarias y un aporte inicial del Tesoro.

   Pese a ello, se desconoce a la fecha si quienes ya tomaron su préstamo UVA estarán contemplados dentro de ese Fondo Fiduciario, toda vez que esto equivaldría a una modificación de los contratos originales.

   En medio de tanta incertidumbre, los sueños, enemigos íntimos del cálculo y la normacomo reza la letra de Joaquín Sabina y Fito Paéz, permanecen en pie. Tanto, como los cimientos de una casa.