Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Efecto placebo: ocurre aun cuando los pacientes ya lo saben

Ante falsos medicamentos, cómo nuestra mente desencadena mecanismos que se traducen en el efecto esperado. 

   El término “efecto placebo” se emplea popularmente para nombrar a aquel efecto terapéutico que se obtiene por recibir algo que aparenta ser un medicamento cuando no lo es. Detrás de esa idea se encuentran el poder de la sugestión: cómo nuestra mente desencadena mecanismos que se traducen en (algo parecido) al efecto esperado.

   Pero, ¿qué pasa si uno se entera que lo que está recibiendo no es un medicamento sino, efectivamente, un placebo? Uno tiende a suponer que, descubierto el engaño, no habría por qué experimentar dicho “efecto placebo”… Bueno, parece que no es tan así.

   Empecemos por definir efecto placebo: “al administrar un medicamento se genera una serie de efectos independientes de la acción farmacológica del principio activo. Estos efectos suelen ser de naturaleza biológica (mecanismo de acción de la droga) o psicológica. Si es un medicamento inyectable, despertaremos en el paciente dolor, cierto grado variable de inquietud, independientemente de la droga administrada, aunque también una expectativa de que “es un medicamento fuerte”. Por otro lado, en el paciente aparecerán emociones como la confianza, esperanza, mayor tranquilidad, o temor, ansiedad e inquietud”, explicó el doctor Darío Scublinsky, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.

   El que suma novedad en esta materia es un reciente estudio norteamericano que mostró que cuando los investigadores les decían a las personas involucradas en estudios clínicos que lo que estaban recibiendo no contenía ningún ingrediente activo, el placebo aún tenía la capacidad de producir un efecto neurobiológico positivo. 

   “Los placebos tienen que ver con ‘la mente sobre la materia’. Entonces, en lugar de recetar una gran cantidad de medicamentos para ayudar a un paciente, podría darle un placebo, decirle que puede ayudarlo y lo más probable es que, si creen que puede, entonces lo hará", postuló uno de los autores del estudio, el doctor Jason Moser, de la Universidad Estatal de Michigan, Estados Unidos.

   Su trabajo, publicado en la revista especializada “Nature Communications”, tuvo como premisa informar a los voluntarios enrolados en el brazo placebo, que –efectivamente– lo que estaban recibiendo era un placebo. 

   Se basaron en estudios previos en los que los investigadores habían informado a los voluntarios acerca de posibles efectos beneficiosos de los placebos en estudios sobre pacientes con condiciones que incluían síndrome del intestino irritable, dolor experimental, dolor de espalda crónico, falta de bienestar psicológico, angustia emocional y mala calidad del sueño.

   Sin embargo, en esos estudios, la evaluación del efecto del placebo se había realizado a través de autoinformes en los que los propios voluntarios consignaban las respuestas a los falsos medicamentos.

Su utilidad y convencimiento

   El placebo puede ser muy útil en el tratamiento de pacientes hipocondríacos, en los que es muy frecuente que no exista una patología real y sí un problema psicológico.

   En medicina suelen estar compuestos por azúcar (píldoras) o sueros carentes de actividad (líquidos). Sin embargo, cabe decir que su principal componente es el convencimiento del paciente de que está tomando un medicamento real.

   Por otra parte, el placebo o, mejor dicho, el efecto placebo, constituye el argumento fundamental que la medicina tradicional esgrime en contra de las terapias alternativas, que en la mayoría de los casos carecen de estudios clínicos concluyentes que demuestren su eficacia.