Preocupación de una familia tras la agresión a una adolescente en Claromecó
Una joven de 17 años fue golpeada en la cabeza con una botella por una compañera de colegio.
Los padres de una joven de 17 años que el lunes fue agredida en Claromecó de un botellazo en la cabeza por parte de una compañera de colegio manifestaron su inquietud frente a lo que consideran una falta de respuesta de las autoridades educativas y los riesgos que enfrenta su hija en estos días.
A raíz del episodio, y tras la denuncia presentada por la familia, la Justicia local dispuso una restricción de acercamiento sobre las dos jóvenes señaladas como agresoras, una de las cuales ya se encuentra en Tres Arroyos junto a su familia.
Pablo y Romina T., padres de la adolescente que cursa en la Escuela Técnica, relataron que el conflicto con una de las agresoras se arrastra desde hace meses. "Mi hija viene con un problema de larga data con esta compañera. Hemos ido a hablar a la escuela, al equipo, con los directores. Hubo hostigamiento en redes, donde además se suman otras amigas, y llegaron a las manos en la escuela. Pedimos el cambio de división, no se pudo hacer y ahora se encontraron en la Fiesta de la Primavera, en una previa, y esta nena la tomó por sorpresa por la espalda y le dio un botellazo en la cabeza", contó la madre.
La joven, de 17 años, fue atacada por una compañera de la misma edad y otra de 18. "Ella está en Claromecó desde el sábado, aparentemente sabía que (la agresora) estaba porque mi nena me avisó. Entonces le dije, tratá de no generar conflicto, pero pasó lo que pasó. Una vez en el suelo, la de 18 años la seguía amenazando con pegarle con la botella en la cara. Por suerte mi hija tiene un rodete, eso la amortiguó y sólo terminó con un chichón", agregó.
Tras el hecho, la adolescente sufrió una crisis nerviosa que derivó en su traslado al Hospitalito, de donde recibió el alta médica una vez que llegaron sus padres.
La familia explicó que habían autorizado el viaje a Claromecó como parte de un esfuerzo que la joven había realizado durante el año. "No queríamos dejarla, pero la verdad es que ella se laburó todo desde marzo hasta juntar peso por peso para poder ir. Y este año, como egresan, le dimos el permiso", señalaron.
El ataque ocurrió alrededor de las 19 del lunes en un predio de calles 29 y 40, donde suelen organizarse encuentros de estudiantes.
Para Pablo, el problema no radica únicamente en los jóvenes, sino también en los adultos. "Ellos, como padres, no se acercaron a ver cómo estaba mi hija, si estaba bien. Con esto (por la denuncia) queremos generar conciencia entre los padres acerca de lo que hacen los hijos y no solo los padres. Yo creo que en la escuela tampoco están tomando dimensión de lo que está pasando. Fuimos un montón de veces a hablar, pero nunca pasó nada", expresó.
El matrimonio reconoce estar atravesando días difíciles. "Estamos mal, ayer estuve re descompuesta, no pude ir a trabajar. Estamos con el corazón en la boca cada vez que suena el teléfono y uno no sabe qué medidas tomar, pero es como que nadie le pone un límite. En la escuela se escudan en que la nena (por la agresora) tuvo muchos problemas familiares. Entonces es como que uno la tiene que entender. Ahora, ¿qué hago yo si la ataca y le produce algo más grave?", planteó Romina.
En paralelo, se supo que una vez dictada la medida cautelar —que prohíbe a las agresoras permanecer a menos de 200 metros de la víctima—, autoridades locales informaron a los organizadores de eventos para garantizar que no se produzca un nuevo contacto entre las jóvenes y que las celebraciones estudiantiles se desarrollen con normalidad. (La Voz del Pueblo)