Durante la cuarentena “se durmió más y más estable”
El dato surge a partir de una investigación realizada sobre los hábitos de sueño de 450.000 argentinos.
Los hábitos de sueño durante la cuarentena estricta se mantuvieron “más estables” y la gente “durmió más”, según un estudio realizado por el proyecto Crono Argentina liderado por Diego Golombek, doctor en Ciencias Biológicas, quien señaló que “se va a volver a una situación prepandemia, por debajo de la recomendación diaria”.
“No sé cuán conscientes hemos sido de los beneficios de dormir más y más parejo, lo tomábamos como una obligación porque había que quedarse más en casa”, señaló Golomberk, profesor titular y director del laboratorio de Cronobiología de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) e investigador superior del Conicet.
El estudio fue realizado por Crono Argentina, un proyecto de investigación del que participan investigadores de la UNQ, la Universidad Torcuato Di Tella, el Conicet y la Agencia Nacional de Promoción Científica.
La investigación busca estudiar los hábitos de sueño a lo largo del país a través de un cuestionario presente en su página web, que ya lleva “más de 25.000 encuestas respondidas”, según indicó Golombek.
A partir de los datos recogidos hasta el momento, los investigadores evidenciaron que la gente “durmió más y fue más constante en sus hábitos de sueño durante la cuarentena estricta”.
También probaron que el jet lag social, que mide la diferencia de sueño entre los días de semana y fines de semana, “disminuyó en la cuarentena” y solo el 37% de los participantes no alcanzó la recomendación de las siete horas de sueño diarias, disminuyendo del 61% al 35% en los individuos que trabajaron desde su hogar.
En cuanto a las personas que debieron continuar trabajando por fuera de sus hogares, el número de personas que no alcanzó a cubrir las horas de sueño recomendadas continuó siendo alto, y apenas descendió del 72 al 68%.
“Estuvimos mucho más estables. O sea, tenemos dos buenas, que son dormir más y más estable, pero a expensas de hacer todo más tarde”, indicó Golombek.
“Durante la cuarentena hacíamos todo más tarde, nos despertamos más tarde también y eso es la parte mala del asunto, porque implica que no nos exponemos a la luz de la mañana, que es el principal sincronizador del reloj”.
Además, el especialista indicó que en Argentina “tenemos una tendencia a un retraso de fase”, en la que “somos más búhos que otras sociedad, cenamos más tarde, el prime time de la tele o de las redes sociales es más tarde”.
Y agregó que, sin embargo, “no es que empecemos más tarde, empezamos a la misma hora a trabajar o al colegio, lo que obliga a comprimir el sueño”.
El proyecto Crono, que busca recolectar datos sobre los hábitos de sueño de 450.000 argentinos, permitirá que los resultados “tengan muchas aplicaciones”, entre ellas relacionadas a los horarios escolares y laborales.