Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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La vitamina C es un importante nutriente en la primera infancia

Para aquellos niños que no consumen tantas frutas y verduras, una leche fortificada puede ser un buen complemento.

   La vitamina C es un compuesto necesario para el organismo, ya que, entre otros beneficios, contribuye con diversas funciones del sistema inmunológico, la absorción del hierro y la cicatrización.

   Como el cuerpo no la produce naturalmente, es necesario incorporarla a través de los alimentos. Sin embargo, no todos los niños consumen la cantidad diaria recomendada de este nutriente. 

   En opinión de la doctora Mariela Biscaysaqu, médica pediatra, “es muy frecuente que los padres consulten porque alrededor de los dos años, los niños empiezan a rechazar las frutas y verduras que quizás antes consumían: separan los verdes del plato, no quieren frutas de colores o se niegan a comer brócoli, por ejemplo. Esta situación suele preocupar a los padres, que saben que sus hijos no están recibiendo todos los nutrientes que necesitan, como la vitamina C u otros componentes”.

   La vitamina C se encuentra en algunas verduras, como el brócoli y la espinaca, y frutas cítricas como la mandarina, la naranja, el pomelo, el limón y el kiwi. Sin embargo, en ocasiones es difícil que los chicos quieran ingerir estos alimentos. 

   En vegetales, legumbres o frutos secos, entre otros, la vitamina C realiza una modificación al hierro que contienen permitiendo que sea más fácil absorberlo y ponerlo a disposición de funciones claves como el transporte de oxígeno a las células y la formación del tejido neuronal.

   “Es importante remarcar que los padres deben seguir insistiendo con una alimentación saludable, fomentando el consumo de frutas y verduras”, sostuvo la doctora Biscaysaqu.

   Existen en el mercado leches fortificadas con vitamina C que pueden ser útiles para asegurarse que los niños alcancen el requerimiento diario de este nutriente, además de aportarles proteínas, calcio, hierro y otros minerales y vitaminas. Con un solo vaso por día, cubren el 80% de la recomendación diaria de vitamina C.

   La vitamina C es clave en el funcionamiento de los millones de células que componen nuestro cuerpo, tanto por sí misma como asistiendo a otras sustancias y células a cumplir su función. De allí, la importancia de su consumo diario en cantidades adecuadas.

   También impide o retarda la oxidación de determinadas moléculas y así evita la liberación de sustancias dañinas en nuestro cuerpo (llamadas radicales libres), las cuales reaccionan químicamente en las células alterando la estabilidad y funcionalidad del cuerpo. 

   Por otra parte, participa en la síntesis de colágeno, que contribuye en el proceso de cicatrización de los tejidos y en la reparación de la piel de los daños de los rayos solares. 

   Y asiste también al sistema inmunitario al contribuir con las funciones de los glóbulos blancos y facilita la absorción de hierro a nivel intestinal, aspecto crítico en la etapa de crecimiento de los más chicos. 

Otros beneficios desconocidos

   La vitamina C ayuda a reparar y mantener el cartílago, los huesos y los dientes.

   Como antioxidante ayuda a prevenir enfermedades degenerativas como el Alzheimer y la arterioesclerosis, al igual que la prevención de la mutación celular que causa el cáncer.

   Es indispensable a la hora de sanar heridas y formar tejido que ayuda a cicatrizar.

   Previene las enfermedades cardíacas ya que el ácido ascórbico disminuye el colesterol lo que evita que la grasa se adhiera a los vasos sanguíneos, reduciendo la posibilidad de sufrir infartos. De igual manera, ayuda a la absorción de hierro.