Del neumático al techo: desarrollan un impermeabilizante sustentable
Esta innovación demuestra que es posible integrar reciclaje, rendimiento técnico y sustentabilidad en un solo producto.
Cada año se fabrican en el mundo cerca de 2.000 millones de neumáticos, y una cantidad similar se descarta sin tratamiento adecuado, acumulándose en basurales, ríos y rellenos sanitarios. Este volumen plantea uno de los mayores retos de la economía circular, ya que apenas el 15?% de los neumáticos de caucho es reciclado actualmente.
Frente a esta problemática, emergen alternativas innovadoras que convierten residuos en insumos útiles.
Durante los períodos de lluvias intensas —que pueden presentarse en distintos momentos del año, según la región— las filtraciones, goteras y problemas de humedad ponen a prueba la preparación de muchas viviendas.
En la región del Litoral, Buenos Aires y otras zonas del país se prevén en los próximos meses niveles de precipitaciones superiores a la media. Frente a ese panorama, la impermeabilización se vuelve una medida preventiva clave para cuidar la estructura y el valor de los hogares.
“Detectar a tiempo si una vivienda necesita ser impermeabilizada es fundamental durante todo el año. Manchas en techos o paredes, cielo rasos deteriorados o goteras visibles son señales de alerta. Prevenir filtraciones es clave en cualquier momento y aprovechar los días de buen tiempo para realizar trabajos de mantenimiento es una decisión recomendable”, señala Ariel Maya, CEO de Merclín SA, fabricante de Liquitech CauchoGoma.
En ferreterías, pinturerías y corralones, los productos más buscados para este tipo de tareas son membranas asfálticas, membranas líquidas impermeables, membranas a base de caucho, tapagoteras, selladores acrílicos, siliconas, pinturas antihumedad y otros materiales esenciales para sellar grietas y reforzar techos o muros expuestos a las inclemencias de las lluvias.
El segmento de impermeabilizantes representa cerca del 18% del total de pinturas arquitectónicas. En este rubro, crecen las alternativas prácticas, sustentables y de fácil aplicación, que permiten intervenir sin necesidad de obra húmeda ni herramientas complejas.
Un ejemplo son los impermeabilizantes líquidos a base de caucho reciclado de neumáticos que ya representan un 10% del mercado de los impermeabilizantes de techos y se destacan por su adherencia a múltiples superficies como hormigón, chapa, madera, membranas asfálticas o pinturas previas, generando una capa de gran espesor, continua, flexible y resistente.
“Su rendimiento de entre 1 y 1,5 kg por metro cuadrado lo vuelve competitivo frente a otros sistemas. Además, su tiempo de secado varía entre 4 y 24 horas según las condiciones ambientales. Una vez aplicado, el recubrimiento es transitable, antideslizante y ofrece excelente comportamiento ante el agua, el sol y el granizo, lo que lo hace ideal tanto para viviendas como para instalaciones comerciales”, agregan desde Merclín.
Estas tecnologías a base de caucho reciclado combinan sustentabilidad, eficiencia y protección.
“Lo que antes era residuo, ahora forma parte de soluciones sustentables aplicables en cubiertas y superficies expuestas a la intemperie”, explicó Maya.
Al utilizar materiales reciclados como base —en este caso, neumáticos fuera de uso—, dan una nueva vida a residuos complejos, en línea con los principios de la economía circular.
Se trata de soluciones que no solo previenen problemas estructurales, sino que también cuidan el ambiente.
El proceso incluye: recolección de neumáticos en desuso mediante recicladoras; micro-triturado y homogeneización del caucho; integración con resinas acrílicas y poliuretanos. ¿El resultado? Un producto resistente, transitable y de gran adherencia.
Por cada 100?m² impermeabilizados, se procesan entre 150 y 200?kg de neumáticos, evitando que terminen contaminando el ambiente.
Los beneficios ambientales, energéticos y sanitarios son varios: reduce el uso de materiales derivados del petróleo; evita emisiones contaminantes derivadas de la descomposición o quema del caucho; disminuye riesgos sanitarios, como criaderos de mosquitos en neumáticos abandonados; mejora el aislamiento térmico y acústico: en tonos claros, reduce hasta un 20?% la temperatura interior y su flexibilidad soporta movimientos estructurales y condiciones climáticas extremas.
Estar preparados para la lluvia no debería depender del calendario. Impermeabilizar techos y superficies vulnerables, incluso en épocas secas, ayuda a anticiparse a complicaciones mayores y a conservar el valor de las propiedades.
Una inversión simple que protege, preserva y evita costos más altos en el futuro.