El lado futbolero de Pepe Mujica: su vínculo con la pelota, insultos a la FIFA y su club preferido
El expresidente uruguayo murió este martes a los 89 años. Su simpatía por Cerro, su infancia como jugador y su simpatía por el ciclismo.
José "Pepe" Mujica, el presidente que gobernó Uruguay entre 2010 y 2015, murió este martes a los 89 años, informó el actual mandatario Yamandú Orsi.
El "presidente más pobre del mundo", mote que ganó por su austeridad, reveló a principios de este año que el cáncer de esófago que le fue diagnosticado en mayo de 2024 se extendió y que su cuerpo no soportaba más tratamientos.
En marzo de 2013 la revista El Gráfico publicó una nota donde se menciona el lado futbolero de Don Pepe.
-Muchachos, ese que baja del auto, ¿es el Pepe Mujica?
Los jugadores de Huracán de Paso de la Arena se sorprendieron el año pasado (2012), en una mañana de lluvia cualquiera, mientras se entrenaban en un gimnasio, preparándose para pelear por el ascenso a la Primera División uruguaya.
Y era nomás: el presidente del Uruguay bajaba de su auto para entrar a una ferretería. Los jugadores y el técnico, Carlos Rodao, lo encararon. Encontraron a Mujica con una tapa de inodoro en la mano.
En el auto, el Pepe –que no tenía custodia– había dejado a su perra, Manuela, que tiene tres patas porque una se la amputaron por un accidente que tuvo con un tractor, en la chacra de su dueño.
Mujica hizo caso al pedido de los muchachos: fue y dio una charla técnica. “Hay veces que el espíritu humano puede más que cualquier hecho económico”, les dijo.
Después, Huracán perdió contra Progreso en la definición por penales y se quedó en la Segunda División.
No importó: ningún futbolista se olvidará de ese episodio.
Mujica contó alguna vez que era hincha de Cerro por una cuestión barrial, aunque aclaró que debería hinchar por Huracán.
“Paso de la Arena fue el barrio donde yo nací, pero cuando yo era botija no existía ese cuadro, entonces me quedó Cerro”, expresó en Radio Arapey, de Salto.
En sus primeros días como Ministro de Ganadería, eso sí, fue al estadio Luis Tróccoli, de Cerro.
El mandatario uruguayo jugó al fútbol de chico, aunque le gustaba más el ciclismo. Ya como presidente y fiel a su estilo humilde y austero, opinó sobre el fútbol de su país.
“El Real Madrid tiene un presupuesto de 400 millones anuales; yo creo que esa plata no la gastó el fútbol uruguayo en toda la vida. Para la estatura que tenemos, el fútbol uruguayo es un milagro y es gracias a la pasión que tiene nuestra gente”.
Además, criticó la presión que ejercen los padres sobre sus hijos: “Ahora inventamos el baby fútbol, que es una cosa bárbara. Pero como los padres se ponen de directores técnicos les amargamos la vida a los gurises y no les dejamos esa etapa de libertad, que me parece que es imprescindible. Esos son los cambios que trae el modernismo”.
Mujica no pudo estar en el Mundial de Sudáfrica 2010. Se perdió el cuarto puesto de su selección porque no estaba bien de salud. Su mujer, la senadora Lucía Topolansky, dijo que ella no lo dejaba viajar..
“Para ir a Sudáfrica hay que darse 4.025 vacunas, y no es bueno por la enfermedad autoinmune que tuvo Mujica. No tiene mi permiso”, bromeó.
Sin embargo, Pepe siguió de cerca el torneo. Le gustó tanto la labor de Fernando Muslera que, en una época en la que se preparaba el presupuesto para mandar al Parlamento, sugirió que lo hiciera el arquero.
Sobre la actuación de la Selección, señaló: “Esto es una lección moral, ética, de compromiso. Por eso, gracias Maestro (Tabárez), por la lección que nos ha dado como país. Ojalá que tengamos sensibilidad y memoria”.
Además, cuando en 2011 Luis Suárez fue sancionado en Inglaterra por insultos racistas contra Patrice Evra, Mujica salió a defenderlo.
Dijo que era “un pibe maravilloso”.
Muy Pepe: “Sabemos que no es racista, no lo ha sido nunca y no lo será, e irá aprendiendo a los golpes modales en la relación ante la sociedad”.
Y en octubre de 2012 el presidente inauguró en Montevideo el V Encuentro Latinoamericano de Fútbol Callejero (con chicos de contextos de alta exclusión social).
A los pibes les dio un discurso.
“No se embalen jamás para conseguir el triunfo fácil, porque todo triunfo significa laburo y sudor. No hay ningún triunfo a la vuelta de la esquina”, remarcó.