Adolescencia, no hay una sola
.
Que la serie Adolescencia, estrenada recientemente en Argentina por la plataforma Netflix, es un éxito global, no caben dudas. Desde su lanzamiento, alcanzaron los cuatro capítulos para que se generen diversos debates.
Sin spoilear, corresponde en esta columna dedicarle un espacio al análisis y si bien siempre hacemos preguntas para y serpenteando un recorrido, en este caso los interrogantes son muchos, exceden este espacio.
“Adolescencia” trata de una familia tradicional compuesta por el matrimonio, una hija y un hijo, que queda en el centro de la escena tras la irrupción de la policía en el hogar. Los uniformados lo buscan porque aseguran que asesinó brutalmente a una compañera. Un cachetazo inesperado para la familia.
La miniserie interpela a varios sistemas, la escuela, el sistema de seguridad, el grupo de pares, y obviamente la familia. El contenido es real, esto pasa, es crudo, duele, sensibiliza y logra lo que tal vez no lograron Elefante, película del 2003. “Adolescencia” muestra lo que es educar en tiempo real, criar en tiempos posmodernos.
Si bien no es un hecho real, retrata acontecimientos que han sucedido en los último años en las escuelas de Reino Unido y eso inspiró la creación, esos sucesos operan como disparador.
Se puede ver un sistema educativo que no puede dar respuestas a las demandas actuales, que no logra comprender lo que cada adolescente lleva en la mochila emocional. Docentes cansados, saturados, lejos dese paradigma en el que recibían estudiantes ya educados en el hogar y que no saben cómo abordar.
La entrevista con la psicóloga se lleva un capítulo, y en tiempos en los que la salud mental está en jaque no hay desperdicio. La intervención psicológica desenmascara una serie de conductas complejas de manera magistral.
La familia es un retrato de muchas familias en la actualidad. Sistema bien intencionado pero que la crianza, se les escapa de las manos, aún cuando a simple vista pareciera no haber conflictos, porque precisamente ese es uno de los nudos, ¿qué es conflicto hoy para los adultos y para los adolescentes?
Ahora bien, si la despojamos de varios elementos el tema es el acoso escolar, el bullying, algo de lo que siempre he hablado y se habla pero que jamás se lo abordó como merece. La masacre de Patagones fue en 2004, el episodio de Pantriste en 2000, hoy el problema está atravesado por el mundo digital, llamado ciberbullying, y es lo que se ve en la serie.
Las redes sociales, tienen un poder real, en este caso destructivo en la mente del adolescente, pues la adolescencia es una etapa más vulnerable de lo que se piensa. Es una etapa en la que se construye la personalidad, la identidad, la seguridad/inseguridad de lo que representa en el mundo, la aceptación familiar y la de otros sistemas sociales, siendo el de los pares el más importante. Es la época de los miedos, frustraciones, inseguridades, complejos, vergüenzas y un adolescente generalmente no puede gestionarlo solo.
Por décadas se habló de adolescentes en situación de calle, y por años dije que no necesariamente la calle puede resultar un lugar poco seguro, el mundo online hoy ofrece también peligros.
Decía Mario Margulis, no hay una adolescencia, sino tantas adolescencias como sociedades hay, no caben dudas, que esta etapa requiere de adultos presentes, preparados para ayudar a transitar y tal vez sean los adultos los que deban solicitar ayuda para ejercer una crianza responsable.