El palacio del cine, maravilla art decó
Una fachada que es patrimonio arquitectónico, hoy completamente descuidada y abandonada
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 93 años, en marzo de 1932, reabrió el completamente renovado Palacio del Cine, una de las salas más amplias y lujosas del país.
Ubicado en Chiclana 174, el edificio modificó su fachada con un atractivo estilo art decó, sinónimo de modernidad y glamur, el cual se destacada por sus fuertes líneas geométricas. La obra daba cuenta de la calidad de la mano de obra local, “capacitada para cualquier edificio, por grande que fuere”.
Sobre la fachada un voladizo de hormigón armado se extendía sobre el largo y el ancho de la vereda en todo el frente. Varias puertas vaivén permitían el acceso al vestíbulo, que impactaba con su piso de granito lustrado con figuras geométricas “exquisitamente halladas”. Sus paredes estaban revestidas de mármol veteado, alcanzando un metro y medio de altura, teniendo el resto una terminación de rusticidad artística con un patinado en aluminio marrón y crema.
Escalinatas de mármol conducían al bar --instalado con todo lujo, aireado, con tres mesas de billares y varias de ajedrez--, y a la platea alta, “verdadero alarde de audacia y construcción”.
La sala contaba con un sistema de iluminación colocado en el piso, junto a cada fila de butacas. Ese nivel contaba con una suave pendiente y 1.400 butacas extra-super-pullman, tapizadas.
Por último, la sala tenía un sistema de renovación mecánica del aire, que permitía su enfriamiento o calentamiento. Un enorme ventilador eléctrico de 15 caballos de fuerza permitía renovarlo cada 48 minutos mientras que dos calderas elevaban la temperatura los días de frío.
El Palacio del Cine marcó toda una época de la historia local. Luego de su cierre, en 1991, aquel lujoso vestíbulo se reconvirtió en local comercial, su fachada fue penosamente intervenida y la magnífica sala funciona como cochera.