Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

La Bahía nocturna desde el aire: algo más que una experiencia intransferible

El crecimiento poblacional —en modo extensivo— muestra a una ciudad con características únicas, donde el puerto y su entorno hacen la diferencia. La incidencia de las luces LED.

El puerto, en Ingeniero White. / Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

“Para mí es una de las experiencias más lindas desde el aire. La visual de la ciudad, con su cambio de luces, sobre toda a la tardecita e ingresando a la noche, es algo único”.

Nicolás Stickar, presidente del Aero Club de Bahía Blanca, siempre comparte esta vivencia, tal como sucedió a bordo del vuelo en el Cessna C-172 cuatriplaza de la entidad, junto a un fotógrafo y a cronista de La Nueva., que se fue transformando a medida de que la tarde empezaba a oscurecerse.

Uno de los hechos más significativos se produce a partir del recambio que se realiza, desde hace varios años por parte de la municipalidad de Bahía Blanca, de los sistemas de iluminación.

El cambio de las luces amarillas por las potentes LED (light emitting diode) cambió la escenografía de sitios icónicos de la ciudad, así como visibilizó algunos de los barrios ubicados en sitios alejados del centro.

“Habitualmente, a la atardecida el viento disminuye y entonces el vuelo es mucho más lindo y más disfrutable”, aseguró.

Desde el sector de partida del vuelo programado, en el kilómetro 8,5 de la ruta nacional 35, se puede observar el crecimiento de Villa Bordeu y las obras inconclusas de Paso Urbano y es apreciable la disposición de luces ubicadas en la plaza principal, frente al municipio; la avenida Alem desde la Universidad Nacional del Sur (UNS) y el parque de Mayo hasta el sector del shopping ubicado en la Avda. Cabrera, si se trata de uno de los sectores céntricos.

La plaza Rivadavia, con las espaldas hacia la municipalidad de Bahía Blanca.

Tras la zona del Conicet y Los Muñecos, aparece el desarollo de los barrios privados La Reserva, La Cañada, Solares Norte y Las Calandrias.

Asimismo, se nota el incremento del desarrollo inmobiliario hacia la zona norte de Bahía Blanca, que se considera como el más importante del distrito, con la extensión del Patagonia, que incluye a los denominados barrios Aldea Romana, Autódromo, Parque San Agustín, Milla Mapu (Nueva Espora y Nova Terra), Los Horneros, Oro Verde, Las Acacias II, así como Las Cañitas y Las Cañitas I, Prensa, Parque San Ignacio, El Nacional, Villa Hipódromo, Harding Green y 17 de Agosto, entre otros.

La obra abandonada de Paso Urbano, en el comienzo del atardecer.

Desde esta zona se llega a Villa Mitre, con la impactante iluminación de la calle Garibaldi y la plaza principal, así como a barrios aledaños y el recorrido deriva en la localidad de Ingeniero White, con la avenida Dasso concluida, y una escenografía particular portuaria con luces y colores únicos para la visión nocturna de un día despejado.

Se puede ver con claridad el sector de la ría y las disposiciones de grandes embarcaciones —aún desde la altura— en operatorias de carga de cereales, así como otros trabajos específicos portuarios.

Con la ría a la vista.

Cierto es que, en casi todos los casos, la visual se ha despejado —infortunadamente— a partir del temporal climático del 16 de diciembre de 2023, en que quedaron en el piso alrededor de 14.000 árboles, entre antiguos y voluminosos.

El Aero Club Bahía Blanca cuenta con cuatro aviones de escuela y entrenamiento. Son un Piper PA-11 (biplaza) y tres Cessna: C-150 y C-152 (biplazas) y C-172 (cuatriplaza).

Los instructores son Jorge Giovagnetti, Gustavo Scelsi, Sebastián Novais, Juan Pablo Prieto y el propio Nicolás Stickar.

“Volar de noche implica un desafío mayor. De hecho, para hacerlo se requiere de una habilitación especial, que son 10 horas de vuelo nocturno con un instructor y sólo se puede realizar dentro del espacio aéreo del Aero Club”, aclaró.

“Si querés ir hacia la ciudad o a la Aeroestación Espora, por ejemplo, debés ser piloto comercial con, por lo menos, 200 horas. Es decir, se requiere un área especial y otra distancia de la pista”, sostuvo.

El cambio de las luces amarillas por las potentes LED (light emitting diode) cambió la escenografía de sitios icónicos de la ciudad.

“A diferencia de un automóvil, con el avión uno debe mantener una atención permanente de todos los parámetros de la operación”, afirmó Stickar.

“¿Por qué existe hoy mayor interés en volar? Creo que ese interés estuvo siempre, aunque a veces la aviación ha quedado relegada por el tema de los costos”, comentó.

“En este sentido las redes sociales nos han dado una ayuda invaluable para mostrar en detalle que nuestra actividad, si bien tiene un costo, no es inviable como más de una vez se la plantea”, explicó.

Nicolás Stickar, presidente del Aero Club de Bahía Blanca.

“Además, ahora la gente sube videos y audios de experiencia en aviones y muchos se contagian y también quieren volar. Antes era un misterio, pero con la conectividad quedó todo desterrado”, indicó el dirigente.

“Incluso, para subirse a un avión de línea antes uno debía vestirse con un traje de gala. ¡Hasta eso ha cambiado!”, sonrió.