Los semáforos, ese mal de todos
No sólo no están coordinados sino que además las duraciones del verde son en demasiados casos completamente inadecuadas.
El subsecretario de Movilidad Urbana y Transporte, Fabián Lliteras, señaló en el Concejo Deliberante que una de las prioridades de 2026 será la sincronización de los semáforos.
Para eso explicó que analizan dos alternativas: el recambio integral del sistema o su actualización mediante inteligencia artificial, para lo cual, dijo, “estamos evaluando y considerando costos”
El funcionario reconoció que la ciudad tiene hoy “serias limitaciones técnicas” para coordinar los ciclos semafóricos. Y si bien culpó a la inundación de marzo, que afectó la instalación subterránea, esas limitaciones existen desde siempre.
Anticipó además algunas ideas, como la de generar un esquema de ingreso prioritario por la mañana y otro por la tarde.
Según explicó, el sistema permitirá dar prioridad a determinadas arterias estratégicas, “mejorando la fluidez del tránsito sin descuidar la seguridad vial”.
La realidad es que desde hace décadas el sistema de semáforos local es un verdadero desatino, no sólo su falta de coordinación sino además por la pésima respuesta de la municipalidad sobre el tema, asegurando la imposibilidad de coordinar o mejorar la situación debido a una tecnología instalada obsoleta, lo cual no es cierto.
Los semáforos se pueden regular, corregir y adecuar. Es un trabajo artesanal es cierto, pero eso no significa que no se pueda realizar.
Existe además una incoherente y hasta irrespetuosa duración de algunos semáforos, los cuales genera cada día más conflictos, embotellamientos y cruces en rojo.
Se han jerarquizado calles como la Avenida Colón o Brasil, de bajo tráfico, cuyos semáforos actúan como verdaderos tapones en las calles transversales que son las que verdaderamente tienen una gran cantidad de vehículos.
Es llamativo que no se haga un estudio serio y puntual, que considere todos los factores que exige una intervención de este tipo.
Coordinar los semáforos es apenas un componente del sistema. Corregirlo en su integridad exige una mirada integral, para mejorar la seguridad, disminuir la contaminación y agilizar el tránsito.