Los alcances de la mala praxis veterinaria y el daño moral
La Justicia de Mar del Plata marcó pautas interesantes en el caso de una perra que perdió a sus crías durante una cesárea. Una temática de interés general.

Audionota: Danilo Belloni
No se trata de un fallo de la Justicia local ni de un caso sucedido en Bahía Blanca, pero el tema es de interés de todos quienes tienen mascotas: los alcances judiciales de la mala praxis, que no solo puede ser cometida por médicos sino también en el ejercicio de la veterinaria.
Una resolución de la Cámara Civil y Comercial de Mar del Plata -que fue destacada por la Corte provincial en su página web de difusión- acaba de condenar a un veterinario de esa ciudad a pagar por el daño moral y patrimonial que le causó al dueño de una perra de raza que perdió a todas sus crías durante una cesárea.
De esa manera, la Sala II del cuerpo judicial (votos de los camaristas Ricardo Monterisi y Roberto Loustaunau) revocó una decisión de primera instancia que había eximido al profesional, identificado como Carlos Ricardo Crivelli.
En definitiva, de confirmarse este nuevo fallo deberá pagar 1.200 dólares por el daño moral provocado a Federico Salomón, además de un monto todavía no definido por el daño patrimonial causado, a partir de la pérdida de 8 cachorros de raza bulldog francés en medio de la cesárea a la perra de nombre Berta, registrada como “Valkiria Amour Sucre” en el Kennel Club Argentino.
Si bien el juez de origen consideró que no había relación causal entre el fallecimiento de las crías y una mala praxis de Crivelli, la Cámara opinó todo lo contrario y se inclinó por la condena.
La intervención programada de parto se registró el 25 de octubre de 2021, en el consultorio del veterinario en cuestión.
Berta dio a luz a 8 crías, 7 de las cuales murieron en el acto y la octava falleció 9 días después.
En la apelación, Salomón dijo que todo el control de la gestación estaba a cargo de Crivelli, que era el único responsable de examinar al animal y de conocer si las crías estaban en condiciones de nacer.
Consideró que la cesárea puso en riesgo concreto a los cachorros y que el veterinario debió haber postergado la intervención hasta que los mismos tuvieran un peso adecuado.
La Cámara Civil coincidió con la postura de Salomón y remarcó que el propio veterinario admitió en su descargo que las crías fallecieron por su inmadurez gestacional.
Respaldo pericial
Un informe incorporado al expediente, a cargo del perito veterinario Mauricio Torres, concluyó que en casos como éste, por inseminación artificial, es clave el conteo de los días de gestación, que debe durar entre 58 y 68 días (periodo medio de 63 días).
El veterinario demandado sabía que Berta había sido servida en tres oportunidades y que la última había se había registrado el 30 de agosto de 2021, con lo cual a partir de esa fecha debió computar la edad gestacional y programar la operación.
"Lo cierto es que, con la información que el veterinario tenía, en ningún caso la cesárea debió haberse realizado antes del 27 de octubre de 2021 (58 días posteriores al último servicio)", es decir al menos dos días después de cuando se la programó, explicó la Cámara.
Dos rubros
En consecuencia, consideraron probado que Salomón sufrió un daño moral (padecimiento de apreciación pecuniaria) porque "la mala praxis del veterinario" alteró su tranquilidad espiritual y sintió defraudada la confianza que había depositado en el profesional.
Por ese motivo le fijaron el monto de este rubro en 1.200 dólares, equivalentes a un paquete vacacional en Carmelo Resort Spa, de Uruguay, con viaje y hotel incluidos.
También hicieron lugar al daño patrimonial, aunque dejaron el monto para fijar cuando se ejecute la sentencia.
Salomón pretendía cobrar en este caso 2,4 millones de pesos (300 mil por cachorro) por la pérdida de chance y la posibilidad frustrada de vender las crías.
La Justicia aclaró que es de difícil estimación saber si hubiera obtenido esa ganancia y también que es razonable estimar que no todas las crías de esta raza nacen con vida, más allá de este caso puntual.
Para llegar a este extremo pidieron un informe, con valores actualizados, al Kennel Club Argentino.
"Hicimos lo que estaba al alcance"
Mensaje. A cuatro días de la cesárea, el veterinario le mandó un mensaje a su cliente: "Federico hay cosas que deben quedar claras. Desde que hiciste inseminar a la perra, tu decisión era hacer una cesárea programada a los 60 días. La biología no es matematicas y debiste saberlo", le dijo.
Inmaduros. Crivelli le agregó: "Los cachorros tenían un bajo peso, el mas grande pesaba 220 gramos. Eran inmaduros. Si te dedicas a criar o conocés gente que lo hace, porqué no les preguntás cuanto pesan los cachorros al nacer. Los tuyos no respondían a ningún estimulo de reanimación. Lo lamento por ellos. Hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance".
Abstención. El Código de Ética del Colegio de Veterinarios remarca que los profesionales pueden "rehusarse" a continuar con la atención de un caso cuando el comportamiento del cliente va en desmedro de su actuación.
Deber. La Justicia explicó que si Crivelli -como dijo- no conocía la fecha de gestación (sí quedó demostrada) "debió abstenerse de realizar la práctica".