Bahía Blanca | Sabado, 05 de julio

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La historia de Villa Mitre convertida en tesoro por sus hinchas: museos, camisetas, videos, datos y más...

Oscar, Martín, Marcelo, Pablo y Ulises guardan gran parte de los casi 100 años del club.

Oscar Porras en su segunda casa "El Museo del Club Villa Mitre Oscar Porras". Fotos: Emilia Maineri y Emmanuel Briane-La Nueva.

Un cartel en la puerta invita a entrar al lugar.

Una antigua casona ubicada en Maipú 1550 se convirtió hace días en el nuevo hogar del museo de Villa Mitre "Oscar Porras", que antes se ubicaba bajo la tribuna de la cancha de básquetbol y que tuvo que ser removido para ampliar y mejorar las instalaciones del José Martínez.

Una vez adentro, el propio Oscar te acompaña a recorrer la historia del club con su anécdotas, vivencias y, además, con todo lo que recolectó a lo largo de su vida.

"Acá tenés de todo para ver. Pero no quiero poner todo de golpe, voy cambiando", resume Porras, de 89 años, histórico dirigente y colaborador de la institución.

Trofeos, banderas, escudos, posters, algo de todo lo que ofrece el Museo Oscar Porras.

Los presidentes a lo largo del tiempo.

Las camisetas también tienen su lugar.

En lugar pueden verse camisetas, recortes de diarios, fotos, trofeos, carteles emblemáticos, las fotos de los presidentes y un sin fin de curiosidades que cuentan parte de la historia de un club que a partir de mañana será centenario.

"Yo desde que nací junto cosas. Imaginate que a los 12 años marcaba las líneas de las cancha vieja de chapa, para que nos dejen entrar gratis y que nos presten el fútbol", recuerda Oscar mientras parece volar a aquella época.

"Todo lo que sea del club es importante. Esto lo hice todo solito. Te digo algo: todo lo que se hace de corazón, te va a salir bien; no le vas a errar nunca", suelta a modo de consejo y enseñanza.

Para todos aquellas que quieran saber más sobre la historia del club y hacer un viaje por el tiempo pueden visitar el museo los martes, jueves o sábados por la tarde.

"A mi gusta todo del museo, no podría elegir algo. Pero te voy a mostrar algo que me trajeron, vas a ser el primero al que se lo digo", nos cuenta, con cierta complicidad, mientras camina hacia una de las mesas del lugar.

"Me lo trajo el juez (Guillermo) Giambelluca. Mirá de qué año es: ¡de 1929! Para mí, esto es oro en el polvo", reconoce Oscar mientras muestra cuidadosamente las actas de aquel año, donde figuran temas tratados en aquel entonces como la compra de tierras.

"Los terrenos que iban a comprar se extendían desde Rivadavia y Parera hasta la calle Sócrates. Agarraba Castelar, Chacabuco y Sócrates. Era inmenso", se imagina.

Oscar posa con las actas de 1929, en su amado museo.

"Oro en polvo" para Oscar: las actas de 1929.

Además de visitantes ocasionales, el museo tuvo la presencia de algunas personalidades ilustres que Oscar recuerda con orgullo.

"Tenés algunos genios que vinieron a visitarnos al museo, a ver si conocés alguno de estos", nos bromea Porras señalando las firmas de Sergio "Oveja" Hernández y Facundo Campazzo, entre otras figuras.

La pasión que demuestra por el club, en el amor que le deposita a este lugar, es algo que acompañó a Oscar toda su vida.

"Villa Mitre es todo para mí. Siempre estuve con el club, donde trabajaba me volvían loco porque siempre me pedía los domingos por Villa Mitre", cuenta Porras, quien transitó su vida laboral entre el ferrocarril y los colectivos.

Oscar enseña una foto histórica, cuando junto a Ángel Pizzini y un colaborador colocaron los postes del predio tricolor.

Pese a su amor por la Villa, jugó en otros clubes.

"No pude jugar nunca en Villa Mitre, pero sí en Liniers. Jugué con señores jugadores. También jugué en Bella Vista y en Alem de Coronel Pringles", rememora.

Claro que en esos clubes también llevó su pasión por la tricolor.

"Una vez me suspendieron seis días porque jugaba con la camiseta de Villa Mitre abajo y cuando me fui a bañar alguien me vio y se lo dijo a Castelli (Arnaldo Lieja)", cuenta.

Un particular cartel invita a la despedida de soltero de Pablo Calacho. Era otra época...

Cerca de cumplir 90 años, Oscar creció a la par de su querido club.

"Villa Mitre se hizo grande por el barrio y el barrio se hizo grande por Villa Mitre. Se hizo cada vez más grande, no para", resume.

Mañana, Oscar y toda esa popular barriada celebrará los 100 años de una emblemática institución bahiense. Y él, además, tendrá una historia más para contar a todos aquellos que se den una vuelta por su segunda casa.

"Si Dios quiere, el miércoles le voy a entregar un presente al presidente: un escudo que dibujé. Lo hice una noche a las dos de la mañana. Va a ser para el museo", avisa.

Martín Gallucci y el amor por la camiseta

La de los 80 años en su mano derecha y la de los 90 en su mano izquierda... se viene la del centenario.

"Uh... no sé, deben ser más de 300".

Martín Gallucci atesora en el quincho de su casa la colección más numerosa y significativa de camisetas de Villa Mitre.

En las paredes de su lugar de encuentro entre amigos (de la Villa y otros clubes, aclara) cuelgan casacas históricas del tricolor, de muchísimas disciplinas. Lógicamente que la mayoría son de fútbol y básquet, pero también hay pilcha de sóftbol (con la gorra correspondiente), bochas, hockey y mucho más.

Pero además hay botines, cintas de capitán, medias, shorts, banderines, trofeos ¡y hasta el aro de la antigua cancha de básquet!

Martín muestra orgulloso sus tesoros. Nos enseña una inédita del eterno goleador "El Ruso" Schmidt, o la del "Loco" Montenegro de 1985.

"Aquel es el equipo completo de Juan Garayzar. Impecable. A veces me dan unas ganas de usarlo", admite mientras señala a la pared donde se encuentra prolijamente encuadrado el pantalón y la campera que usara el puntaltense en la recordada temporada de 1985.

Además de camisetas, también tiene la red del 91 de la cancha de Olimpo donde la Villa cortó con 45 años de sequía al consagrarse campeón de la Liga del Sur, los botines de Julio Román, o los que usó su cuñado Alejandro Hidalgo contra Paz Junior en 2005.

"Tengo de todo, vengo juntando cosas desde los 12 años", resume Martín, quien también es dirigente y siempre colaboró con el club.

Muchas de las prendas que hoy guarda llegaron hacia él gracias a su primera gran herencia: el apellido. Claro, Martín es nieto de un gloria de la institución como Armando "Bordeadora" Gallucci, un fino 10 lleno de talento y quien le da el nombre a la escuelita de fútbol tricolor. Y lógicamente hijo de un histórico dirigente y colaborador como Rubén. Símbolos no sólo del club sino de una barriada que llevan bien a flor de piel y de la que son parte.

"Mi viejo también me ha conseguido muchas cosas por gente que conoce él. Les digo que se las pida. Por el apellido he logrado varias cosas", admite.

"Yo arranqué a juntar primero como hincha. Después por tener la posibilidad de siempre estar en Villa Mitre fueron apareciendo muchas cosas. Yo antes por una camiseta me iba a cualquier lado. Te torturaba. He cambiado y he comprado nuevas para que me den otra", cuenta Martín, quien ya transmitió esta pasión a sus hijas Lucía y Clara y que también comparte Lola, su señora.

"Antes era distinto -compara-, ahora te sacan cuatro juegos de camisetas por año. Antes, si te daban una le rompías el juego de camisetas al equipo. No te la daba nadie".

Para graficar esta particularidad, nada mejor que una anécdota.

"Yo tenía la alternativa de esta (señala a la pared una histórica camiseta del club) y me llama Oscar Morán diciéndome que me faltaba una de ese juego. Se la tuve que prestar porque no completaban. Se la dí y nunca más la vi", se lamenta Martín.

Entre las ciento de camisetas que decoran el quincho y antes de la -lógica- pregunta, él avisa: "Igual, para mí, la más linda es la de 'Lago'", y señala arriba de la parrilla donde cuelga una recordada casaca tricolor que lucía el logo de Chevrolet en el pecho y un particular cuello.

"La otra que me gusta es aquella, por mi abuelo" y vuelve a señalar a la pared, esta vez donde cuelga una enteramente tricolor con el nombre de la escuelita de la institución con el nombre de Armando Gallucci (ver imágenes abajo).

Por sentimiento propio y también por ese mandato familiar, Martín no duda en resumir lo que significa Villa Mitre para él: "Después de la familia, es todo".

Y agrega: "Ver cómo está el club hoy, es un sueño".

Entre mate y mate, le contamos que nuestra recorrida sigue por la casa de otros fanáticos que a través de sus colecciones mantienen viva la historia del este club casi centenario.

"Si vas a lo del Sarna....", avisa.

"Sí ya, sé. Tiene una camiseta de 1924 que te falta a vos", le respondo cortándole la oración.

"¡Sí! ¡Eso! Esa camiseta es increíble. Ya le avisé que si algún día le falta, es por que me la llevé yo".

Marcelo Tumminello y una reliquia bien guardada

La historia hecha camiseta: 100 años de una casaca emblemática.

Con el mensaje que nos dio Martín, seguimos recorriendo Villa Mitre y también el tiempo llegando hasta lo de Marcelo Tumminello. "El Sarna" para el pueblo tricolor y para todos aquellos que conocen a este entrañable personaje.

"Esa no la puede sacar nadie. Querían hacer una réplica por los 100 años", nos cuenta Marcelo al llegar a su casa, también en el corazón del barrio.

"Esa era de mi tío -agrega-, Claudio Tumminello, era la mano derecha del Capitán Martínez. Es la única que queda de 1924, la primera camiseta original de Villa Mitre", agrega con orgullo mientras nos enseña esa casaca que parece contar historias al verla.

"La colección que tiene Martín es tremenda, pero yo lo jodo que le falta esta", redondea en forma de broma.

Marce y su entrañable amigo, el goleador Paquillo Sánchez.

Su quincho también está lleno de trofeos personales, cargados de emoción al estar íntimamente conectados con Villa Mitre. Pero sabe que esa camiseta es especial.

"Si tengo que elegir algo de todo lo que tengo acá, es eso. Esa no la tiene nadie. Y segunda, la de Paco (Luis Eduardo "Paquillo" Sánchez): ¡Salimos campeones después de 45 años!"

Además de históricas casacas del club, también tiene otros "premios" que luce con orgullo y que fueron regalados por amigos del fútbol. Como una camiseta de Huracán de Federico Mancinelli y otra del paso por Venezuela del exdelantero tricolor Juan Pablo "El Tanque" Zárate con el parche de la Copa Libertadores.

"Esta es la campera del ascenso del 99 de Julio Marcelino Román y el silbato que usaba él para dirigir", nos explica.

"Se lo cambié por el silbato que usaba yo en la pileta del club", agrega Sarna, de 61 años.

¡Qué reliquias! En cada botín hay un ascenso a la B Nacional: a la izquierda el del Tucumanazo de Federico Mancinelli y en la otra, el del 3-1 de Gilardi en Tandil.

El recorrido entre sus colección continúa, mientras no muestra el botín de Pablo Gilardi, gloria del triunfo en Tandil ante Douglas para que el club saltara a la B Nacional por primera vez.

"Con ese botín hizo el gol y ascendimos. Mirá: todavía tiene el césped y el barro de Tandil (NdR: puede verse en la foto de arriba). Con ese metió el tercer gol. ¡Golazo!", remarca Marcelo, quien desde 2001 es la voz del estadio en El Fortín, su otro lugar en el mundo.

También tiene un botín de Federico Mancinelli del recordadísimo ascenso en Tucumán y un par de zapatillas de Javier Bollo, el día que la Villa se quedó con la Copa Challenger de la Asociación Bahiense de Básquetbol en 2015.

Entre todas las cosas que atesora en su quincho, hay un recuerdo muy especial.

"Allá arriba (señala a una repisa) hay un poquito de cenizas del mayor ídolo de la historia de Villa Mitre, fijate si llegás a leer", nos dice.

La pequeña caja tiene una chapa plateada con un nombre que fue, es y será sinónimo de la Villa y también del fútbol de Bahía. Me paro y acerco mi mirada: Rubén Atilio Alonso, se lee. El Bocha.

"Los hijos me dijeron que tenía que tenerla yo. Vivía acá al lado, venía siempre a comer. El día que arrojaron sus cenizas en la cancha, sus hijos me la dieron y me largué a llorar", recuerda algo emocionado.

Su amor por el club también lo demuestra dando una mano de distintas formas, como en la comisión de bochas o ayudando a recolectar información para el libro de los 100 años. Un trabajo que lleva adelante Olga Del Pozo junto a un grupo de colaboradores.

Marcelo es además un fanático de guardar registro de los momentos. Todo lo que vive lo retrata con fotos y videos que la gran mayoría luego refleja en su página de Facebook "Villa Mitre Pasión", un lugar de encuentro virtual para miles de villeros.

"Yo tengo un montón de VHS: "Deportes de verdad", Cocho (López) con 20 años, Zelaya, todo... El tiene todo y organizado es Pablito; es un fenómeno", nos avisa Marce y nos marca el camino hacia lo de de Pablo Luque, otro de estos fanáticos decididos a transformar el archivo en tesoros.

Una amistad a base de datos y videos

Ulises (izquierda) y Pablo, una amistad que se construyó de la mano de Villa Mitre.

Ahora es Pablo quien nos recibe en otro sector de la Villa y nos muestra muchas de sus cosas, la gran mayoría son las habituales para un coleccionista: recortes de diarios, posters...

Pero hay algo que lo distingue del resto de estos cazadores de historias de este club: tal como nos contó Marcelo, Pablo es dueño de una detallada colección de videos relacionados a Villa Mitre.

"El 1993 arranqué con los videos", nos cuenta Luque, de 46 años y una vida ligada al club.

La gran mayoría de estos se encuentran en un mueble de su casa, pero la portada de uno de esos DVD me llama la atención.

"Qué significa esto: 'Famosos de Villa Mitre', ¿son videos de gente famosa de Villa Mitre?", le consulto.

"No, gente famosa hablando de Villa Mitre. Por ejemplo: Tinelli hablando de Villa Mitre", nos explica Pablo, con naturalidad.

Es que su fanatismo por la Villa y por agigantar su colección de videos va mucho más allá de los goles, los festejos y las vueltas olímpicas.

"Hoy Lionel (Giambelluca, exjugador del club y su amigo). Me avisó que Oveja Hernández dio una nota y habló un montón de Villa Mitre, así que la tengo que ver", admite.

En otra parte de la repisa se encuentra otra caja con el nombre del exboxeador de nuestra ciudad Mauro Ordiales.

"Y bueno: salía a pelear con la camiseta de Villa Mitre", aclara Pablito.

En la época de las redes sociales, los vivo de Instagram y los video en YouTube el trabajo de Pablo se simplificó de gran manera. 

Pero antes poder grabar un gol o lo que sea de Villa Mitre requería de cierta logística.

"Hay partidos, por ejemplo, que cuando Villa Mitre jugaba afuera solo pasaba TN, los martes en un resumen del ascenso, que iba de dos menos veinte a dos. Grababa eso y después lo recortaba, con dos caseteras", nos cuenta.

Claro que no siempre podía estar cuando pasaban ese fragmento. Y ahí tenía que pedir una mano.

"Me he ido de vacaciones y se lo dejaba encargado a un amigo", completa.

Lógicamente, el registro -como ya quedó demostrado- abarca mucho más que los goles. También hay fragmentos de programas como "El Aguante" o videos de la gente viajando en los micros a distintos puntos del país para algún partido importante.

Pero eso no es todo.

"Mandé un mail a Estudio Fútbol una vez y lo grabe", cuenta Pablo y le da play al video.

En el mismo se ve a los periodistas Alejandro Fabri, Gastón Recondo y Víctor Tujschinaider, quien lee lo escrito por Pablo: "Mandan un mail desde Bahía Blanca, aclarando que Claudio Graf jugó en Liniers y no en Villa Mitre". Claro, era Luque aclarando el dato de un lado mientras le daba "Play-Rec" a la videocasetera del otro.

Entre las curiosidad también hay un vieja entrevista a Daniel "El Lobo" Cordone, en el programa "Sin Cassette", en el que el exdelantero repasa su gran colección de camisetas (alrededor de 500) y señala que le faltan la de "Villa Mitre y San Martín de San Juan", entre otras.

Ya en 2024 realizar esta tarea se facilitó mucho, con la posibilidad de buscar los recortes en la web, atrasar la repetición, etc.

Pero antes era un trabajo mucho mayor, claro: había que ver la repetición del programa.

"Cuando estaba viendo un programa y nombraban a Villa Mitre, me fijaba cuando daban la repetición y ahí lo grababa. A veces la repetición era a las 4 de la mañana, así que me ponía el despertador y me levantaba a grabarlo", recuerda Pablo.

"Hoy no los grabo, los bajo de internet", aclara.

Su cofre tricolor también tiene recortes de diarios, entradas antiguas, revistas que se entregaban en la cancha, un álbum de figuritas creado por el club tiempo atrás, carnets de socios, de prensa, anotaciones personales y mucho más.

Entro lo hecho en casa sobresalen dos cosas, una antigua y otra bien actual.

La más vieja es el anotador personal con las campañas de Villa Mitre.

Un Pablo preadolescente anotaba los partidos, con resultados y goleadores. Con una particularidad: los nombres de los equipos estaban escritos en el color que le correspondía a cada club. Una letra con cada color característico, sucesivamente.

Mientras que la más reciente es una obra que hizo en pandemia con su hija Agostina (su otro hijo, Tobías, es socio del club desde el día en que nació): juntos dibujaron y pintaron todas las camisetas utilizadas por el tricolor en torneos regionales o nacionales desde el 92 a la fecha.

A eso, se le agregará un nuevo proyecto junto a un amigo con el que construyeron una relación gracias al amor por Villa Mitre y a la pasión por coleccionar datos y curiosidades del club.

Es que el próximo desafío será ponerle estadísticas a cada una de esas camisetas; saber cómo le fue a la Villa cuando uso cada una de esas prendas.

Para eso será fundamental el aporte de Ulises Etcheverry Drunday, quien lleva al detalle los datos de todos los partidos que el equipo disputó en el Nacional B, Torneos federales y Copas nacionales y desde hace un tiempo los vuelca en la cuenta "Villa Mitre Datos" (en "X" e Instagram).

"La idea nace de la curiosidad por saber cuál era el jugador con más partidos en la historia del club. Para eso lo primero fue rastrear todas las participaciones de Villa Mitre en torneos de AFA y dejar registro de todos los partidos", explica Uli, un futbolero apasionado del tricolor pero también dueño de una memoria prodigiosa y quien disfruta de acumular datos, seleccionar y armar ránkings con todo aquello que sea rankeable. 

"Después empecé con las síntesis -continúa-. Los partidos entre 1991 y 2001 saqué casi todo de bolsas de recortes de diario que había en casa, que hacía mi viejo (Adrián) todos los fines de semana: pre partido, día del partido y post, con la síntesis. Para las síntesis que faltaban, se recurrió a internet y a pasar una tarde entera en el archivo del diario", recuerda.

Aquel viejo ritual de su padre, fue clave para tener una gran base con la cual empezar a construir VMDatos. Pero también para heredar la pasión por el club y su meticulosidad por los números.

"Él tiene la costumbre de llevar cuadernos con detalles de cosas (desde el laburo hasta los gastos de la casa) y en esa época lo hacía también con Villa Mitre, aunque nunca lo hizo con fines estadísticos, sino más de coleccionista. Terminaron sirviendo", agradece Ulises quien al igual que Pablo colaboran con la prensa dentro del club.

Pese a aquella semilla plantada por Adrián tiempo atrás, Ulises tiene bien en claro el momento exacto en el que se despertó la curiosidad, que luego sirvió para transformar esa gran colección en datos precisos.

"La pregunta gen de VMDatos surge post descenso al Argentino B", rememora.

Una vez con los datos en su poder, había que volcarlos definitivamente en algún lado.

"Primero todos los datos eran a mano -explica- y contemplaban únicamente la formación de Villa Mitre, árbitro, cancha y pocas cosas más", admite.

"Después de ver algunas cuentas como 'Mr Chip' y una que lo hacía con River, surge la idea de empezar a publicar los datos y VMDatos como tal nace en diciembre de 2013 (en Twitter). La fecha exacta fue el 7 de diciembre, cuando le ganamos a Liniers 3-1 en la avenida Alem", especifica.

Villa Mitre Datos -aclara- tiene una característica: "Desde que surgió una de las premisas autoimpuestas de la cuenta es no opinar. Todo lo que se publica es un dato, que a veces dicen mucho y a veces dicen nada".

Ya con la cuenta funcionado (en 2018 le agregó la de Instagram) y la gran respuesta en las redes, se vio obligado a ordenar los apuntes de una forma más accesible y prolija.

"Se volvió necesario ampliar la base de datos y en el transcurso de 2014/2015 todo empezó a pasar a Excel", admite.

"Con el tiempo -agrega- surgió la posibilidad de participar en radio o de estar hoy colaborando con el departamento de prensa del club. Siempre pienso que es algo que podría explotarse mucho más desde el diseño o la difusión, pero son cosas para las que no soy bueno; lo sigo concibiendo como una data general que me gusta tener a mí y que desde hace 10 años publico porque siempre hay algún Pablito Luque al que le interesa", reconoce Uli.

Al verse atravesado por ciertos datos que muchos otros hinchas desconocen o simplemente no le dan importancia, también le generó un cambio a la hora de vivir los partidos.

"Si bien, ante todo, se sigue viviendo en forma pasional, tener toda esta información sirve para medir el lugar que pueden tener en la historia los hechos del presente. Si ganas en una cancha en la que no habías ganado nunca o si el arquero lleva tantos minutos sin recibir un gol... está bueno poder verlo de ese lado", reconoce.

Cuando Ulises comenzó con este proyecto, el defensor Fabián Dauwalder acumulaba un total de 15 partidos a nivel regional o nacional. Hoy es el que más veces vistió la camiseta tricolor en ese ámbito con 287 presencia.

Es que el tiempo pasó para Fabián y también para Villa Mitre que mañana cumplirá 100 años recorridos con millones de historias. Esas que fanáticos como Oscar, Martín, Marcelo, Pablo, Ulises y otros tantos decidieron transformar en tesoros para que la memoria perdure en distintos rincones del barrio y también como otra manera de demostrar el amor incondicional a su club.