Unidos
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Ya sea que el resultado favorezca o no a Bahía Blanca, la lucha que la ciudad está librando para asegurar que la megainversión de YPF y Petronas se concrete aquí, tal como estaba previsto, es en todo sentido esperanzadora.
Hay que remontarse hasta 1969 para encontrar una situación donde todos los sectores y fuerzas bahienses se hayan unido detrás de un objetivo común, dejando de lado las diferencias naturales de la política o los ámbitos de acción. Oficialistas y opositores, políticos y académicos, entidades intermedias, periodistas, todos se han unido para trabajar incansablemente en la consecución de la planta de GNL.
Esta reacción de unidad, casi sin precedentes, surgió en el momento en que se puso en duda la ubicación de la inversión en Bahía Blanca, a pesar de los innumerables beneficios que ofrece la ciudad y su complejo industrial y portuario para este megaproyecto.
La cohesión demostrada por todos en pro de este objetivo se convierte, además, en otro de los atractivos que deberían inclinar la balanza a favor de YPF y Petronas (y de cualquier otra iniciativa), ya que muestra el nivel de compromiso que Bahía Blanca tiene en su conjunto con el éxito de los inversores que nos elijan como destino. Bahía Blanca ha demostrado en el último tiempo su capacidad para proyectarse al futuro, superando sus diferencias internas.