Un viejo grupo de silos con mucho para ofrecer
Una estructura industrial, de forma muy espcífica, también puede ser adecuada con nuevos usos
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Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Un silo para el acopio de cereales pareciera que, por forma y estructura, no admite otro uso que no sea ese. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Un poco de creatividad y arquitectura son suficientes para reconvertir ese destino en unió completamente inesperado.
Es el caso de la flamante galería de arte Kunstsilo, que abrió dentro de un silo de de los años 30 en el sur de Noruega , reconvertido por los estudios barceloneses Mestres Wåge y que alberga una colección de 5.500 obras de arte moderno de la región nórdica.
El objetivo del estudio era preservar la arquitectura del antiguo almacén. Para lograrlo, propuso colocar sus 30 silos en el centro del escenario. El interior de 37 metros de altura ha sido tallado, creando un gran atrio "similar a una basílica" y un núcleo de circulación de 21 metros de altura.
A su alrededor se encuentran las galerías, la mayoría alojadas en dos ampliaciones contiguas. Una de estas ampliaciones es una réplica de un volumen original que tuvo que ser reconstruido. La principal intervención arquitectónica fue cortar los cilindros a 21 metros de altura.
Detalles
El museo se compone de 25 galerías distribuidas en tres plantas, con una superficie de 3.300 m2.
Con paredes diagonales, no hay dos galerías iguales, pero están unificadas por su estética minimalista, que tiene como objetivo hacer de las obras de arte el punto focal.
El hormigón antiguo guarda rastros de lo que se le ha hecho a lo largo de la historia para que podamos leerlo. Las adiciones que, en contraste, son más simples".
Esta ambición también se refleja en el exterior, donde el original enlucido de blanco del silo ha sido restaurado y combinado con las fachadas del volumen reemplazado.
Mientras tanto, en la incorporación el estudio fue más experimental y lo revistió de aluminio con acabado corrugado.
En dos plantas se han creado miradores sobre la península. Esto incluye uno en el cuarto piso, completo con arte al aire libre con el telón de fondo de los silos, así como un bar en la azotea.