Embarazo adolescente y enfermedades que "habían desaparecido": qué pasa en Bahía
"Hoy vemos chicas de 20 años que tienen tres hijos. Tiene que ver con lo social, con la falta de contención por parte de la familia. Los tiempos han cambiado”, señaló un profesional.
Integran el equipo de redacción web de La Nueva.
Existe un cambio cultural global: el concepto de formar una familia ya no es exclusivo de la juventud. Sin embargo, los embarazos en adolescentes persisten y las enfermedades de transmisión sexual se están volviendo más comunes.
Por un lado, la crisis socioeconómica actual impacta directamente en las decisiones de planificación familiar. “No es lo mismo formar una familia con un hijo que con tres o cuatro. Las crisis siempre han provocado descensos en la cantidad de nacimientos, lo mismo sucedió en 2001”, dijo a La Nueva. Daniel Quintana, jefe del Servicio de Neonatología del Hospital Privado del Sur.
Por otro, la falta de acceso a métodos anticonceptivos y educación sexual en sectores vulnerables dificulta la prevención del embarazo no deseado, que ronda el 25 % en la actualidad.
“Hoy vemos chicas de 20 años que tienen tres hijos, algo que antes no veíamos. Tiene que ver con lo social, con la falta de contención por parte de la familia. Los tiempos han cambiado”, manifestó Mario Iglesias, jefe de la Sala de Neonatología del Hospital Interzonal Doctor José Penna.
Aunque algunos jóvenes encuentran dificultades para acceder a métodos anticonceptivos, la amplia variedad disponible también ha llevado a que opten por aquellos que solo previenen el embarazo, descuidando la prevención de enfermedades.
“Nos encontramos con enfermedades que ya habían desaparecido o eran de muy baja frecuencia, como puede ser la sífilis. También vemos mucha exposición perinatal de HIV. Antes eran casos esporádicos y ahora son permanentes”, dijo al respecto Ezequiel Trompeta, jefe del Servicio de Neonatología del Penna.
Quintana comentó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) proyectaba para este año una tasa de sífilis del 0,5 % y que “estamos muy lejos de eso” ya que el número aquí es superior.
Según explicó, esta situación se debe a que algunas enfermedades están más controladas, por ejemplo el SIDA, que “se transformó en una enfermedad crónica que ya no es mortal y genera menos miedos” y, por lo tanto, menos cuidados.
En ese sentido, los expertos enfatizaron la importancia de controles regulares y “medidas sencillas de cuidado”. "El número de control es bajo y existe mucha vulnerabilidad: consumos problemáticos, situaciones de calle y violencia, realidades que en los últimos dos años han crecido exponencialmente", dijo Trompeta.
Para abordar estos desafíos, los sistemas de salud pública y privada han optado por un enfoque integral que incluye medidas de apoyo psicológico, asistencia social y acceso a programas de contención.
Los profesionales del sector público suelen llevar a cabo “medidas de abrigo” para garantizar el bienestar de las familias en situación de vulnerabilidad. “Hay todo un servicio de psicología prenatal que trabaja conjuntamente con las asistentes sociales y servicios locales para tomar medidas que son impactantes, como la decisión de que, en algunos casos, los bebés vayan con familias transitorias hasta que mejore la situación de los papás”, explicó Trompeta.
No obstante, en algunos casos se prioriza sostener el vínculo madre-hijo y se acompaña con políticas públicas que, según explicaron desde los centros médicos, en la actualidad “no funcionan como deberían funcionar”.
“Les damos el Plan Qunita —red integral pública y gratuita para acompañar la salud de las personas embarazadas y sus familias— y se pueden ir con ropita, leche, pañales y otras cosas”, ejemplificó Iglesias.
El Privado del Sur, por su parte, asesora en lactancia a las madres jóvenes. Con un grupo conformado por enfermeras de Neonatología y especialistas en Obstetricia aconsejan a la población en general, incluso a través de las redes sociales, en lucha contra la desinformación característica de estos tiempos.
En respuesta a este cambio cultural, también se nota una modificación significativa en la edad de concepción. Antes, las mujeres solían ser madres entre los 20 y 30 años, pero ahora se observa un incremento en los dos extremos: adolescentes y mujeres mayores de 30 años.
Qué sucede en el país
Los datos del Censo 2022 muestran que Argentina experimentó una notable reducción en los embarazos de niñas, adolescentes y jóvenes de 14 a 19 años. El porcentaje de esta población que tuvo hijos disminuyó casi un 50 % desde 2001.
Este progreso se atribuye en gran medida al Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA), implementado en 2017 durante el mandato de Mauricio Macri y continuado en la presidencia de Alberto Fernández.
En 2019, hubo 69.803 adolescentes entre 15 y 19 años y 1.938 niñas menores de 15 años que se convirtieron en madres. En ese momento, el 70 % de los embarazos en el rango de 15 a 19 años y el 80 % en niñas menores de 15 años no fueron planificados.
Entre 2018 y 2021, la tasa de fecundidad adolescente disminuyó del 49 al 27 %, lo que representa una caída del 50 % en tres años. Además, en 2021, solo el 8.8 % de las niñas de 10 a 14 años fueron madres, una reducción del 43 % en comparación con años anteriores.
Los números más recientes muestran que en 2021, 46.236 adolescentes entre 15 y 19 años y 1.394 niñas menores de 15 años tuvieron hijos. Esto indica una reducción significativa en comparación con años anteriores.
El éxito del plan se atribuye a la disponibilidad de asesoramiento en anticoncepción para adolescentes vulnerables, que pueden optar por métodos de larga duración como el implante subdérmico. Esto les permite continuar su educación secundaria sin el riesgo de un embarazo no planificado. Además, incluye el fortalecimiento de la educación sexual integral en escuelas y comunidades.
Sin embargo, en los últimos meses, el gobierno de Javier Milei pausó la iniciativa como parte de medidas de ajuste económico y reducción del gasto público, lo que plantea incertidumbre sobre el futuro de los embarazos adolescentes en Argentina.