El Turu Martínez le dice adiós al fútbol: “Fui antes a Liniers que a la escuela”
A los 35 años, el histórico defensor del Chivo colgó los botines para dedicarse de lleno a otros proyectos personales. "Dentro de lo que me permití, el fútbol me dio todo", reconoce. Un repaso por su carrera y algo más...
(Nota ampliada de la publicada en la edición impresa)
A su manera, siendo fiel a sus convicciones y su forma de ser, Mauro Martínez escribió junto a grandes grupos de jugadores, algunas de las páginas más importantes de la historia de Liniers.
Nacido y criado en las instalaciones del club, el Turu dejó su huella dentro y fuera de la cancha.
En el Chivo, el defensor vivió todas: campeonatos, alegrías, festejos, frustraciones y, también, atravesó momentos duros de su vida, siempre con el club ahí, marcando su día a día.
Pero ahora decidió ponerle punto final a esa historia de 30 años. Colgar los botines y darle paso definitivamente a otros proyectos.
A otra etapa de su vida.
Aunque avisa: “No ahora, pero mi vida siempre va a seguir ligada a Liniers”.
“Estoy asumiendo el retiro, pasando un proceso, de que necesito no ver para terminar de soltar”, reconoce el exdefensor albinegro, quien tuvo un paso fugaz por Tiro (34 partidos y un título) y Huracán de Ingeniero White (25).
Más allá de sus condiciones, los goles y las vueltas olímpicas el Turu siempre tuvo algo distintivo a la hora de declarar, una forma particular de ver y transmitir las cosas. Algo que lo volvió un personaje más que interesante de nuestro fútbol de cada día.
Frontal, nunca se puso el cassette.
Por eso y por sus logros -mate de por medio- valía la pena una larga charla para escucharlo y recorrer su carrera.
Arranquemos...
-¿Costó tomar la decisión?
-No porque lo mastiqué bastante. Pero sí a medida de que van pasando los días me va costando, porque me va cayendo la ficha de que me va a cambiar la vida. Desde que tengo cinco años mi vida es con una pelota y ahora, no está más…
Nacido el 26 de diciembre de 1988, el Turu dejó Liniers tras 438 partidos, en los que marcó 38 goles y cosechó ¡8 títulos!
-¿Te dolió retirarte en este contexto, tras el descenso del Federal A?
-Sí. Sí. Obviamente que me hubiera gustado que sea de otra manera porque todos lo saben: mi sueño con el fútbol fue jugar con Liniers en una categoría profesional. Tuve personalmente chances de irme a jugar al fútbol profesional pero no quería porque mi sueño era ese. Hubiera sido hermoso y con paz completa dejar a Liniers jugando en una categoría profesional, pero bueno… no se dio. Lo tomo también como una señal de que es el momento de irme. Sí me da dolor, es un trago amarguísimo de que todo vuelva a foja cer;o de no haber dejado otro resultado deportivo. Pero es así, es la vida misma y hay cosas que uno no puede manejar.
-Pese a los resultados, ¿llegaste a disfrutar esos dos años de cumplir tu sueño?
-Sí. En todo momento fue consciente de que eso era lo que yo había soñado toda mi carrera. Vos sabes que no me pongo el cassette, te juro que todos los días yo me levantaba y era feliz. Era lo que yo había intentado todo el tiempo. Después sí, llegaba el día del partido y estaba esa responsabilidad y la tensión que te digo, porque atrás de eso había el trabajo de un montón de gente que, a la par mía, luchamos para que Liniers llegue al fútbol profesional. Pero en la semana lo disfruté un montón, aparte lo hice con amigos que vieron todo el proceso. Y en ese momento lo pensaba, esto es mi sueño: ser profesional en mi casa y ver cómo fue mutando el club, con todas las herramientas que hoy tenemos y que antes no existían. Y hoy lo tenemos gracias al trabajo de dirigentes, cuerpos técnicos, de compañeros, de mucha gente que se crio ahí conmigo también. Entonces lo disfruté un montón.
-También fue especial este último tiempo por tu sentido de pertenencia, intentabas transmitir un montón de esas cosas imagino…
-Que yo tenga sentido de pertenencia es una cuestión obvia, porque yo me críe ahí. Yo fui antes a Lineirs que a la escuela. Viví ahí adentro. Probablemente sea el lugar, que en mis 35 años de mi vida, en el que más tiempo pasé ¿Cómo no voy a tener pertenencia por eso? Es imposible. Lo que sí yo pensaba que tenía la responsabilidad de transmitir eso a mis compañeros de alguna manera. Siempre intentando de convencer, no de imponer.
Ese llamado de César López
Sin considerarse un destacado de su categoría durante la etapa formativa, hubo un llamado que lo cambió todo.
“Tenía lo que me parece lo más importante que puede tener un futbolista, que es la constancia, el respeto al entrenamiento, el perseverar”, reconoce.
Su debut en la Primera de Liniers se dio a sus 18 años: el 12 de abril de 2007, en la victoria ante Villa (1-0) por Liga del Sur.
“Nunca imaginé que iba a jugar en Primera y menos tantos años”, admite.
“De hecho, yo me fui de viaje de egresados –agrega-y todavía no había empezado a entrenar con la Primera. La realidad era lo más normal: terminar el año y ya sabía lo que iba a estudiar, se terminaba mi carrera. Y cuando llegué del viaje de egresados, me dijo mi mamá (Miriam González) que había llamado César López –que era el ayudante del Titi Santanafessa- al teléfono fijo de mi casa: ‘Dijo que tenés que ir a entrenar con el plantel de Primera’. Para mí fue una sorpresa total”, rememora.
-¿Pero lo soñabas?
-Sí. Pero lo veía como algo muy difícil.
-¿Pero sentías que no te daba o que era muy difícil por los jugadores que había en el club?
-Difícil porque no sabía si estaba cerca o lejos en nivel, pero para mí era un montón jugar en Primera. Estaba lejísimos. Cuando empecé a entrenar en Primera lo empecé a ver como algo más cercano, tuve la suerte de tener al Titi y muy rápidamente empecé a jugar. Y de ahí no salí nunca más del equipo. Y a partir de ahí sí: empecé a confiar en mí, veía que podía, sentía que tenía qué aportar. De ahí para adelante cambió todo y yo sentía que iba a jugar a la pelota en Primera o esta quizás un poquito más arriba lo podría haber hecho.
-¿Crees que para adaptarte rápido fue clave tu personalidad y carácter?
-Sí. Para mí hay dos tipos de futbolistas, el que desborda talento, que por más de que sea desprolijo termina jugando igual, y después está el que es fuerte mentalmente, el cabeza dura. Ser inteligente o prepararte en cuestiones por fuera del fútbol me parece una herramienta que está poco usada en el fútbol, pero para mí es determinante.Ese me parece que es mi condición, yo tenía esa posibilidad de absorber toda la información que me daban y, a su vez, ser constante y meterle. Entrenar, entrenar, entrenar, hacer caso y entrenar. Aprovechar lo que te dicen los jugadores más grandes y los entrenadores; esa fue mi condición. Yo no desbordaba talento, yo era cabeza dura.
-¿Quién fue tu referente en tus primeros pasos, de quien fuiste absorbiendo eso que decís?
-Yo siempre digo que mi referente primero y más importante fue Pelusa Martínez. Cuando subí al plantel lo admiraba por su trayectoria y aparte porque veía que resolvía acciones muy fácil. Y, a su vez, me tocó jugar todo el primer año al lado de él y me hacía todo fácil, me decía andá para acá, para allá, vení. Y yo veía que haciendo lo que él me decía, salía figura todos los partidos. Yo confiaba a pleno y me ayudó un montón. Después veía como referente en mi puesto a Ramiro González, a Gonza Troncoso, después vino Pato Arce y de todos fui tomando cosas. Porque para mí un año antes eran inalcanzables y ahora estaba compartiendo puesto con ellos.
Su personalidad
-¿Y el hecho de ser líder, se dio un poco de manera natural también por tu forma de ser?
-Soy así por naturaleza. De chiquito. Soy medio desconfiado de las cosas. Tengo mi criterio digamos. No soy de copiar a nadie, tengo mi propio criterio. Me baso en este que te digo: para mí lo que está bien, está bien y lo que está mal, está mal. Entonces, por más de que me diga algo alguien que yo admire, primero desconfío. Después me fijo y después si confío, lo tomo. Eso creo que me hizo líder naturalmente. Porque yo no voy a tomar un camino que esté hecho. De hecho mi vida te lo demuestra: es un poco rara. No es un camino que esté hecho, pero fui haciendo cosas que para mí estaban bien. Yo quise estudiar y estudié, quise abrir un negocio y lo hice, no tenía nada de malo. Y lo mismo fui haciendo con el fútbol. Me fui manejando así y entendiendo que en toda cosa siempre hay derechos y obligaciones. Y cuando te vas haciendo grande vas teniendo cada vez más obligaciones. Ese rol, para mí, hay que asumirlo y en mi caso no me pesó por esto que te digo: yo desde chiquito soy líder. Eso lo heredé de mi vieja, que tenía una personalidad muy parecida. Lo asumí, primero, porque es un rol que me sienta bien; segundo porque me tocaba porque empezás a mirar a los costados y te das cuenta que te corresponde hacerte cargo y tercero porque considero que tengo buenas intenciones. Entonces prefiero siempre defender lo que está bien.
"El líder siempre se expone a que digan que es conflictivo o esto o lo otro. Yo a eso nunca le tuve miedo porque sé que tengo buenas intenciones y que siempre, en este caso, quise lo mejor para Liniers. Incluso a veces tomando decisiones que podían ser polémicas pero que eran por el bien de Liniers. Por ejemplo, hubo dirigentes que me han cuestionado por dar una nota o decir algo, y mi explicación siempre fue que para mí eso era lo mejor para Liniers. Yo siempre quise que Liniers crezca y vaya mejorando en los poquitos aspectos del club que yo podía intervenir. Yo soy un granito de arena dentro de un mundo como es Liniers. Vos podes aportar un granito, después es convencer y contagiar. Ahora pensándolo un poco más de lejos, fueron años buenos del club, años positivos, se creció en un montón de aspectos, de lo deportivo, un montón en lo institucional, se fueron cambiando formas de pensar un poco añejas… falta todavía, hay que seguir. Pero bueno, que tome la posta la camada nueva y que siga la senda.
-¿Luchabas igual por cambiar cosas en el club que por un título o te generaba, de cierta manera, la misma satisfacción?
-Mirá… cuando subís al plantel empezás a observar cosas… Y había situaciones que yo veía y pensaba: ¡‘Che para mí esto está mal’!. Al principio no tenes ni voz ni voto porque sos un pibe de 20 años pero por ejemplo, para mí todos los jugadores tienen que cobrar el mismo día. Sino alcanza para todos ese día, cobramos todos menos pero todos tienen que cobrar el mismo día. Cuando fui tomando más peso en el grupo, eso se planteó. ¿Por qué yo, porque soy mas grande, tengo que cobrar antes que el pibe? No, eso está mal. Y en definitiva, te vas dando cuenta con el tiempo que es eso que te decía: lo que está bien no sabes adonde te va a llevar pero a algo bueno seguro, porque está bien. Y yo soy un convencido que el último ascenso de Liniers se gesta con pandemia.
El 20 de febrero de 2022 y con la pandemia quedando en el espejo retrovisor para todos, Liniers se dio el gusto de volver al Federal A (antes Argentino A) luego de 21 años.
Para eso, el Chivo venció en el partido por el ascenso Jorge Newbery de Comodoro Rivadavia, por 2 a 0, con dos goles de Mauro, en el encuentro disputado en Carmen de Patagones.
"Estábamos en un momento bárbaro, llega la pandemia y se corta todo. Obviamente que los dirigentes, protegiendo el patrimonio del club, querían recortar y yo era un convencido de que había que mantenerlo, que había que aguantar porque iba a dar buen resultado, después armar un equipo de cero es muy complicado. Y luchamos. No para cobrar ese mango para sobrevivir. Un poco sí, para algunos, pero más que nada porque esa era la forma de que nosotros nos hiciéramos fuertes como grupo. Se perdieron varios en el camino porque no podes convencer a todos, pero de los que ascendimos el 95% pasó la pandemia en Liniers. Para mi, eso como líder fue clave. Al haber pasado un pandemia todos juntos, se hizo un grupo muy fuerte. ¿Lo sabía en el momento? Y, no. Por ahí de afuera se podía ver que era para seguir cobrando nada más pero no, yo intentaba ver un poco más allá.
-En cierto punto, es un poco ir en contra del sistema...
-Y… un poco sí. Pero es lo que está bien.
-¿Pero no sentís que un poco podía desgastarte todas esas cosas?
-Sí, sí, me desgastó muchísimo. De hecho hubo algunos momentos donde yo resuelvo irme del club porque estaba muy desgastado. En la parte final pude relajarme un poco más porque tenía compañeros que se hicieron cargo de todas esas situaciones, incluso más que yo. Solo no podes hacer nada, esa es la realidad. Esto que te digo siempre fue porque tenía compañeros, que pensaban esto de que hay cosas que están bien y hay cosas que no. Creo que todo eso fue cambiando la forma de pensar en el club: de que sea más profesional, de entender que los resultados llegan por consecuencias de un montón de actitudes previas, que nadie sabe cuales son. Porque si todos supiéramos, todos haríamos lo mismo y ganarían todos y la realidad es que solo gana uno. Para mí, es seguir lo que está bien. Eso fue mi impulso para manejarme de la forma que me manejé siempre.
A nivel personal
Pese a que por nivel por ofertas podría haber intentando dar un paso fuera de la ciudad, su carrera la hizo siempre en Bahía y fundamentalmente en Liniers.
Además de sus ocho títulos y dos ascensos en el Chivo (2007 y 2021-22), también fue campeón en Tiro Federal (Clausura 2016).
-Desde afuera, considero que hay dos cosas que marcaron un poco tu carrera y tu vida, que siempre elegiste que sea en Bahía. Una de ellas fue que decidiste seguir estudiando una carrera universitaria (NdR: es Ingeniero Química recibido en la UNS). ¿Coincidís?
-Vos a los 18/20 años llegas a una edad que tenes que tomar una decisión: todos los que nos criamos en el club somos felices jugando ahí pero el club no puede sostener tu vida. Entonces, si a vos te gusta jugar en el club, tenes que hacer algo más. Sino caes en la cómoda pero no te vas a sostener con eso. Si vos sos feliz jugando acá, bárbaro jugá, pero mientras tenes que hacer otra cosa porque después esto se termina. El estudio se me estaba prolongando y me di cuenta que me iba a llevar más años de lo que pensaba, surgió la posibilidad de abrir un negocio con un amigo y me pareció que había que meterle también. De esa forma me fui armando mi vida para hacer lo que a mí me hacía feliz que era ir a jugar. Una vez mi viejo me dijo: "Hacés todo y todo por la mitad”. Yo voy juntando herramientas. Probablemente si me quisiera dedicar al fútbol podría seguir, siendo entrenador o representante o lo que sea. Pero no hay chances porque no me gusta el ambiente. Y si me quiero dedicar a atender bien mis negocios lo puedo hacer y si me quiero dedicar a mi profesión, motivo por el cual decido cortar ahora el camino este, también lo puedo hacer. Fue un poco como se fue dando el camino y el porqué de mis decisiones por eso también nunca quise irme a afuera. Yo era feliz acá.
-Se lo tratás de transmitir a los pibes esto: de que estudien, se formen, miren un poco más allá…
-A los que te dan la posibilidad, se lo digo siempre. ¡Qué estudien! Porque el estudio mismo te va a ayudar hasta en el juego. Incluso lo he hablado con chicos que venían como refuerzo, que hagan algo porque les iba a ayudar en su desempeño en la cancha también. Vos estudiando te das cuenta que la vida no pasa por si metiste el gol o la tiraste afuera. Te quita presión, vos queres ganar pero sabes que si perdés no te vas a quedar sin comer. Para mí, además, te ayuda a tomar decisiones en la cancha. Tener la cabeza preparada para resolver distintas cuestiones, te ayuda a resolver, estás más ágil para pensar. En el fútbol es muy importante pensar, la técnica te ahorra camino pero capaz es más importante estar bien parado…
-¿No te quedó la espina de haberte ido a ver qué pasaba?
-No. Nunca lo dudé porque yo era feliz acá.
-¿Dónde tuviste realmente la chance de ir y no fuiste?
-Y tuve un contrato en la mano para irme a jugar una Serie B de Brasil, que me llevaba un representante conocido. Yo era joven tenía un montón de camino por delante. Me decía que iba a cobrar en dólares pero yo era feliz acá, con mi familia, mis amigos, mi carrera… si yo tenía que dejar todo para ganar más plata prefiero ganar menos plata, vivir de otra cosa. Para mí hay cosas que la plata no compra y no negocié eso ni con 18, 20 ni 30 años. He tenido posibilidades. Me acuerdo de la UAI Urquiza, me habían tentado con un proyecto que estaba bueno, para llegar a la B Nacional y me ofrecían cosas que acá eran muy difíciles de conseguir. Y me hacían dudar porque era mucha la diferencia pero yo no negocio mi vida, yo soy feliz acá. Tampoco vino Boca a ofrecerme un contrato de primera división eh, pero que ese era el inicio para llegar al fútbol grande, no hay dudas. Era un atajo para que capaz a los 35 no laburas más. Pero yo no necesitaba eso. Ojo, quizás hubiera sido feliz en ese camino, con otras herramientas, pero yo con lo que tenía acá estaba feliz no tuve la necesidad de buscar algo más que me llene. Y siempre con el sueño de que este iba a ser el año de que se de con Liniers. Eso me hizo jugar los 17 años que jugué en primera. Era eso cada año. Y es eso lo que no tengo hoy y por eso también tomo esta decisión. Yo no pensaba este año la rompo para irme a algún lado, yo pensaba este año vamos a ascender. Y bueno, se dio un poco tarde…
-Volviendo, lo otro que considero que te marcó mucho fue el fallecimiento de tu mamá…
-Sí, sí, sí… Lo más normal, si vos analizás mi vida, decís: a este lo mandaron a estudiar. Pero mi vieja cuando yo tenía 19 años me decía que si quería jugar al fútbol, le meta. De hecho ha hablado con algún representante que me quería comprar el pase, y yo le decía que no, que acá tenía mi vida, mi carrera, mis cosas. Los representantes hablaban con mis viejos para que me quiten esa presión y mi vieja les decía convencelo a él, yo le digo que se vaya. Y yo… no sé, que se yo, soy así. Mis viejos nunca me impusieron nada, ni cerca. Y sí es real que cuando empecé a jugar ya mi mamá estaba transitando la enfermedad y esos años con 19, 20, 21, con 22 murió, y en esos momentos yo no me quería despegar de eso tampoco. Y mi vieja era, dentro de esta bolsa de cosas que yo no quería dejar por el fútbol, probablemente la más pesada, seguramente.
-Recuerdo que por esa fecha de su fallecimiento, vos jugás un partido muy especial…
-Sí, hice dos goles... Ese año fue una cosa increíble. Fue un año de tragedias familiares, porque en agosto muere mi abuelo de golpe, a los pocos días jugábamos un partido contra Villa Mitre por el Federal B y habíamos llevado a mi abuela a la cancha que no iba nunca. De noche, lleno de gente, hermoso, y ganamos 3 a 2. Yo metí dos goles, después nos empatan y el 3 a 2 lo termina metiendo Nico Ballestero (su cuñado) sobre la hora, que también le dedicó el gol a mi abuela. Fue una cosa rara: ganamos 3 a 2 y metimos los tres goles nosotros, todos de la familia.
Pero había más...
"Después de eso, yo me quiebro la mandíbula y me dan 35 días de reposo. Mi vieja estaba enferma y al día 30 de mi recuperación, se muere mi mamá. Yo lo tomé como que me tenía que quedar esos últimos 30 días con ella y fue así. Estuve 30 días compartiendo la cama directamente", recuerda Turu.
"Me recuperé de la mandíbula -continúa- y el primer partido que juego después de eso fue con Tiro y ganamos 2 a 0, con dos goles míos. Esos dos momentos y el partido del ascenso, que fue el partido más importante de mi vida, son las únicas tres veces metí dos goles en un partido. No tengo muchas cosas para quejarme del fútbol, porque sino me dio más fue porque yo no lo permití tampoco. Pero dentro de lo que me permití, el fútbol me devolvió todo. Eso sin contar los amigos, hoy tengo dos negocios con un amigo que nos criamos juntos en Liniers y los amigos que me van a quedar para toda mi vida son del club. El fútbol me dejó todo, no tengo para quejarme absolutamente nada.
-Sentís que quedaron a mano…
-La única espina es no haberme ido con Liniers en el fútbol profesional, pero bueno se dio de esa manera. Ahora tengo otra vida, otros proyectos, ya está. Y también te digo, yo siempre tuve miedo de que los jugadores que se van poniendo grandes van siendo como un yunque. Lo he visto muchas veces y no quería que me pase eso.
El 2023 estuvo lejos de ser un año de disfrute para Liniers.
El Chivo nunca logró hacer pie en el Federal A y terminó perdiendo la categoría, tras ganar solo un puñado (6) de partidos a lo largo de todo el año. Eso generó un malestar evidente en la gente, que veía cómo su equipo iba -casi inevitablemente- camino al descenso.
"Siempre dije que prefería que alguno me extrañe a que uno solo me padezca. Y ya a fin de año pasado, cuando alguno hasta me puteó en la cancha, si bien es gente que a mí no me interesa, es mi casa, es mi familia. Puedo tener diferencias o no con el que está en la tribuna, que no sabe un montón de cosas, y los recontra respeto y lejísimos de tener rencor con una sola persona en el club ni nada, pero te duele. Te duele porque es tu casa y es como que entres a tu casa y tu hermano te insulte. No. Con uno solo que me padezca ya alcanza….
-Igual entendés que parte de lo pasional, por ahí esa persona te cruza hoy y te pide una foto o te saluda…
-¡Cómo no los iba a entender! Si esperamos 20 años para esto y nos estábamos yendo al descenso.
-Pese a eso, duele el insulto...
-Para mí, uno alcanza. No es excusa ni nada. Pero yo no quiero ser el yunque, jamás. Prefiero quedarme con un poquito de ganas y no ser eso que le hace mal al club. No es esto lo que determina mi decisión pero sí que me dolió. Y es un condimento más que va a la bolsita de decir basta.
Lleno de gloria
-Te tocó ser parte, junto a un grupo de jugadores del club, de una época muy ganadora de Liniers. ¿Eso me imagino que también es algo que te llevas?
-Esto lo he dicho textual en el vestuario, que no nos metan cosas en la cabeza que no nos corresponden. Primero porque Liniers estuvo 48 años sin salir campeón de la Liga un tiempo y después arrancó una racha ganadora después de muchos años de pelear abajo. En el 2005 arranca la etapa esta ganadora, que no me tocó participar pero estaba cerca, porque ya estaba en el selectivo y veía a los jugadores de Primera. Ya en 2006 subo al plantel y sale campeón Liniers; campeón también en 2007 y ascenso y desde ahí para hoy adelante pasaron 20 años y sumamos 12 títulos, en un club que tampoco es que tenemos 50 titulos. Nos tocó escribir una parte de la historia muy importante. Nos tocó por primera vez mantener la categoría a nivel profesional. Tuvimos un pasaje lindo. Tuvimos la suerte también de que en el medio pasó lo de Lautaro, que realmente cambió la historia del club, y ojalá que la siga cambiando porque todavía queda mucho por escribir.
-Pero a qué ibas con esto de que no les metan cosas en la cabeza que no corresponden, ¿Algo así como que no estaban obligados a salir campeones todo los años, pese a lo que se dijera?
-Claro. Que teníamos que salir campeones todos los torneos. Porque a eso te hace cargarte de más presión, que algunos jugadores lo llevan con naturalidad y otros no. Y vos, como líder, me parece que tenes que sacarle eso a los compañeros que vos consideras que no le hace bien esa mochila. Porque vos, en definitiva, lo que queres es que todos rindan al 100 para que gane Liniers. Un poco yo intentaba transmitir eso, de decir bueno pará la historia de Liniers la estamos escribiendo, no es que está escrito o somos Boca que salió seis veces campeón de la Copa y ahora hace 20 que no la gana. Nosotros somos un equipo que llegó al fútbol profesional y solo una vez se mantuvo. Está bien, quizás nos tocó tener apoyos que no tuvieron otros en otro momento pero el fútbol es cada vez más complicado, de todo punto de vista. También soy consciente de eso, que me tocó ser parte de una etapa ganadora y me genera orgullo haber puesto mi granito de arena. Haberme ganado también la chance de jugar casi 500 partidos en la primera de Liniers, donde hay competencia todo el tiempo, porque Liniers es una cantera inagotable. Y decís en 18 años tiene que haber aparecido uno que juegue mejor y me saque. Y es natural y tiene que pasar. El jugador no es que tiene que salir cuando se pone viejo y se va. No. El jugador tiene que salir porque aparece uno mejor y lo saca. Me pude mantener todos esos partidos por esfuerzo y es algo que valoro, me da orgullo haber sido parte desde adentro de todos esos momentos.
-En Liniers hay una bandera muy famosa con todos los jugadores surgidos del club que trascendieron. Si hubiera otra con los históricos que ganaron cosas, seguramente estarías vos... ¿Qué te genera haberte ganado, de alguna manera, ese lugar?
-Eso lo siente la gente. Y vos no le podes meter nada a la gente. Si vas a la estadísticas probablemente sí, tenga un lugar cerca. Pero después, si la gente no lo siente no vas a tener nunca una bandera y yo siento que por mi forma de ser y por trabajar siempre para adentro y no para afuera, yo no generé eso con la gente. Me da esa impresión. Quizás cuando vaya pasando el tiempo y se vayan dando cuenta que hay cosas que no están, mi imagen se valore un poco más pero yo creo que me ocupe tanto de trabajar para adentro que no hice nada para afuera, no me interesa. No necesito estar en una bandera. De hecho, viendo mi vida y como me manejo yo, yo no espero nada de nadie pero siento que no generé ese amor en la gente que sí generó ni hablar de Julio, o el Cachi o el Cabezón Echeverría. No sé por qué. Pero siento que es así. Y después me tocó, por el contrario, haber salido de Liniers y no haber hecho ni un cuarto de las cosas que hice en Liniers y que me demuestren un cariño increíble. Eso también es extraño y un poquito te duele. Ponele yo fui a Tiro, nos fuimos al descenso y me quisieron comprar el pase. O fui a Huracán y es el día de hoy que los que más me insisten para que no me retire es la gente de Huracán. Algo debo haber hecho yo para no ganarme eso, pero no, no me interesa. Me tiene sin cuidado, estoy muy tranquilo con todo lo que hice y lo que di, adentro y afuera también. Porque, modestia aparte, me considero un tipo positivo.
-¿Entre todo lo que ganaste, El ascenso Patagones fue lo que más disfrutaste?
-Patagones está fuera de discusión, no tiene comparación con nada. Esa sensación de cada gol y la sensación de cuando el árbitro pitó y decís: “listo loco”. Creo que Messi cuando salió campeón del mundo debe haber sentido lo mismo. Te lo juro. Para mí, ahí valió la pena absolutamente todo. Cada discusión, cada batalla que se dio. Cada esfuerzo por mantener el grupo. Todo. Todo. Cada decisión de no irme, de hacer esto o lo otro. Todo valió la pena en ese momento. Ahí dije, listo ya está.
-¿Y sacando eso?
- Esa sensación de orgullo que te desborda, la sentí en el primer título que yo participé de adentro, que fue en 2007. Que no tuvo nada especial si los comparas con los otros pero sí me acuerdo patente la sensación esa de somos campeones. Después cada título tiene los suyo, en el 2011 tocó que me expulsen en el primer tiempo y me dio una felicidad bárbara porque si hubiéramos perdido esa final hubiera sentido una culpa gigante. Me acuerdo que terminó el partido y fui corriendo a abrazarlo a Julio y no paraba de decirle gracias, gracias, gracias. Como hincha, como compañero, como todo, eso fue increíble. Otro momento que disfruté mucho fue el 2015, porque teníamos un grupo hermoso, muy divertido. Se había armado un plantel de eso que nadie esperaba nada y terminamos teniendo un año terrible, jugando con River, fue hermoso.
-¿Ese partido contra River también es algo que vas a recordar?
-Sí. Sí, pero… sí, me lo guardo, disfruté mucho toda la previa esa porque fue la primera vez que vivimos como profesionales. Disfrutamos de eso como algo completamente extraño, pero yo soy competitivo. Yo quería ganar, no me importaba nada. Sabía quien estaba enfrente, no soy un incoherente tampoco pero me quedó una espina de que podríamos haber competido un poquito más. Desde la parte Cholula fue lindo pero deportivamente yo quería más.
-Antes del cierre, ya que lo nombraste hace un rato: ¿Cómo viviste todo lo que pasó o pasa con Lautaro, a nivel personal, como parte de Liniers o como hincha del club?
-Me parece que Lautaro es un fenómeno para contar. Es un ejemplo en millones de cosas. Eso es lo que tiene que quedar de él, mucho más que los millones que entraron al club y que permitieron que se hicieran obras. Porque así como le cambió la vida a él y él se la cambió al club, tiene que haber muchos Lautaros más para seguir cambiando todo eso.
-Lo viste crecer ahí adentro del club...
-Sí. Cuando yo subí al plantel de Primera, que estaba Pelusa, tanto Lautaro como Alan vivían en el club. Después empezó a hacerse un poquito más grande y se destacaba en su categoría y ya se hablaba que lo quería este o el otro, que Boca, y Pelusa decía que no, que tenía que terminar la escuela, que era muy chiquito. Todo con una naturalidad total. Es un ejemplo total.
"Después a Lautaro te lo mido con la vara que te decía hoy: hay jugadores que desbordan talento y están los cabeza dura. Lautaro tiene las dos cosas. Por eso salió campeón del mundo. Por eso es goleador de la Liga de Italia. Y lo que se proponga lo va a hacer. Yo hablaba con mucha gente y le decía Lautaro puede ir al mejor club del mundo, a competir contra el mejor 9 del mundo y va a terminar jugando él por la mentalidad que tiene. Es una bestia mental, más allá de su talento, su cabeza está en otro nivel. Siempre lo viví así, como un ejemplo terrible de un pibe que desborda talento, como un montón de otros pibes que hubo en el club. Suena raro pero te juro que hubo un montón con talento, casi como Lautaro y, capaz que alguno más talentoso, pero él tiene la cabeza completamente a otro nivel".
-Siempre volvió al club, pese a ser una estrella mundial...
-Cada vez que viene va a entrenar, se maneja literalmente como en su casa. Pero porque él lo debe sentir así, porque pasó muchísimo tiempo de su vida ahí. Y no creo que sea en agradecimiento, sino porque él está realmente cómodo. Conociéndolo no creo que vaya para devolver algo, sino porque realmente está cómodo y en paz ahí. Es como que vuelve a sus raíces. Eso tiene que ser un poco el ejemplo para todos. Y que también no hace falta ser Lautaro para volver al club y pasar tiempo ahí. Yo siempre digo que hay que hacer algo, no sé bien qué, porque Liniers desde que yo soy chiquito éramos 100 por año y hoy vas a la cancha y hay 200 personas. Hay que trabajar en ese sentido de pertenencia, a esa escala. Que la gente sienta que realmente es su casa, adonde va a pasar un momento lindo. Tenemos que generar eso de que todos se sientan cómodos, como Lautaro. Yo siento que él va porque se siente cómodo, hay que tratar de generar eso mismo en todos los otros. Si fuiste parte del club desde los 8 años hasta los 17, ¿por qué no vas un domingo a la tarde? Te tienen que dar ganas. Entonces, no sé cómo, pero hay que generar eso de más pertenencia. También es real que se necesita un equipo que contagie.
-La última y gracias por los mates, te retiraste, pero me imagino que te vamos a seguir viendo ligado a Liniers…
- Sí, sí, yo creo que sí. Ahora estoy en un momento en donde estoy asumiendo, pasando un proceso, de que necesito no ver para terminar de soltar. Pero seguramente voy a volver, a colaborar con lo que pueda, porque el día que tenga hijos no hay ninguna duda de que van a ir a Liniers, porque mis sobrinos van a ir a Liniers, porque voy a estar toda la vida ligado al club. No hay ningún tipo de duda que voy a seguir con Liniers, no sé si como un padre que va a ver a su hijo y colabora, yendo a ver a mis sobrinos, o comprometiéndome para ayudar en lo que pueda. No sé, en algún lado, en algún momento lo voy a hacer. No ahora, pero mi vida va a seguir ligada a Liniers siempre.
En números
*En Liniers
-Partidos jugados: 438.
-Goles: 38.
-A Bella Vista es el equipo que más veces le convirtió: 8.
-Expulsiones: 26.
-El día del debut:
*En Tiro Federal
-Partidos Jugados: 34.
-Expulsiones: 5.
*En Huracán
-Partidos jugados: 25.
*Estos datos corresponden al archivo de Eduardo "Cocho" López