Un pájaro, fallas en el tren de aterrizaje y el muro de cemento: qué pasó con el avión surcoreano
El siniestro del aparato de Jeju Air causó 179 muertos. Solo dos personas sobrevivieron.
El aparente impacto con un pájaro y el fallo del tren de aterrizaje aparecen como las pistas más contundentes para entender el accidente sufrido este domingo por el vuelo 7C2216 de la aerolínea surcoreana Jeju Air, que causó 179 muertos y solo dos supervivientes.
El Boeing 737-800 de la aerolínea Jeju Air se incendió tras impactar contra una enorme pared de cemento en el Aeropuerto Internacional de Muan, 290 kilómetros al sudoeste de Seúl, capital de Corea del Sur. El vuelo había partido en Bangkok, Tailandia.
Seis minutos antes de aterrizar, salirse de pista y estallar al chocar contra un muro, el vuelo 7C2216 recibió de la torre de control del aeropuerto de Muan una alerta de riesgo aviario. Esta alarma se emite cuando se detecta una gran bandada de pájaros o aves de gran tamaño en torno a la trayectoria del avión.
Dos minutos después, el capitán emitió un “mayday” o alerta de socorro antes de aterrizar sin desplegar el tren de aterrizaje ni aparentemente otros mecanismos de frenado, como los spoilers (las placas móviles situadas en la parte superior de las alas que aumentan la resistencia al aire) o el empuje inverso de los motores (que desvía la dirección del escape y reduce la aceleración).
Los expertos consideran que el fallo en un motor (imágenes captadas antes de aterrizar muestran llamas en el propulsor derecho, posiblemente por el impacto con un ave) no debería haber afectado a los otros sistemas y que será necesario dilucidar si además del supuesto choque, pudo haber también algún defecto en la aeronave o en el mantenimiento del aparato.
Se espera que la investigación se demore entre seis meses y varios años, sobre todo tras conocerse que una de las dos cajas negras, la grabadora de datos de vuelo (FDR), resultó parcialmente dañada y decodificarla llevará más tiempo.
El Boeing 737-800 pertenecía a la aerolínea irlandesa Ryanair, que alquilaba la aeronave a la compañía de bajo costo surcoreana Jeju Air desde 2017. El aparato tenía 15 años de antigüedad. El capitán del vuelo, de 45 años, acumulaba 6.823 horas de vuelo. Su copiloto, de 35, sumaba 1.650. La mayor parte de esa experiencia correspondía además al 737-800, ya que el piloto sumaba 6.096 horas de vuelo con el modelo.
Algunas fuentes dijeron que 300 metros de pista de Muan estaban en obras por una futura ampliación, dejando 2.500 metros para aterrizar. Pero funcionarios del Ministerio de Transporte surcoreano indicaron que el modelo siniestrado es capaz de aterrizar sin problema en pistas de solo 1.500 metros de longitud.
El peligro del muro de hormigón al final de la pista
La opinión de un experto amenaza ahora crear una polémica sobre la existencia del muro de hormigón al final de la pista del aeropuerto de Muam.
Sin el muro contra el que se estrelló el vuelo de Jeju Air “todos estarían vivos ahora”, afirmó David Learmont, experto en aviación. El especialista dijo que los aeropuertos no deberían tener un muro de este tipo al final de la pista.
Según dijo, el avión se habría detenido de todos modos, incluso si el tren de aterrizaje hubiera fallado. “Cuando se salió del final de la pista, no estaba en llamas. El avión estaba completamente bajo control”, dijo.
“En el aterrizaje real, el avión estaba perfectamente al nivel de las alas. Se había manejado muy, muy bien” y “estuvo bien hasta el momento en que chocó contra la pared. Si no hubiera habido la pared, ahora todos estarían vivos”, precisó.
Según Learmount, la clave para comprender la causa del accidente será descubrir por qué el piloto no bajó los flaps o el tren de aterrizaje del avión, sin los cuales el avión aterrizó mucho más rápido de lo que debería. (con información de TN)