Baja de la inflación: ¿los comerciantes bahienses la ven o no la ven?
La expectativa del Gobierno es que el IPC llegue al 1% mensual en dos meses. El panorama en carnicerías, verdulerías, panaderías y tiendas de indumentaria.
Tras conocerse el nuevo dato de inflación publicado ayer por el INDEC, que arrojó un aumento general de precios del 2,7% durante octubre, muchos comerciantes se enfrentan aún al atraso de sus precios y luchan por no perder rentabilidad sin resignar la cantidad de clientes. Una odisea.
A partir de la desaceleración de las cifras oficiales de inflación y de la expectativa que sembró el presidente Javier Milei al señalar que en dos meses la cifra se ubicaría en torno al 1%, La Nueva. realizó un recorrido por locales céntricos para conocer su perspectiva.
Salvo en rubros puntuales, los comerciantes confirman que el ritmo de los incrementos viene en descenso o directamente hay precios estancados hace ya un par de meses. El problema que tienen por delante será recuperar el nivel de consumo que, aseguran, mermó a partir del primer trimestre del año.
Noelia atiende una panadería de Vicente López y Moreno y cuenta que los incrementos "son mínimos: lo que estaba a $ 2.000 lo pasan a $ 2.100 o $ 2.200". Por ejemplo, el pan y las facturas —que en el local cuestan $2.000 el kilo y $ 6.000 la docena— "hace mucho que no se aumentan acá".
Sin embargo, los cambios en el nivel de consumo es algo también señalado por la comerciante: "Cambió, la gente compra menos cantidad y solo lo que van a consumir en el momento. La cantidad de clientes es la misma, pero llevan menos productos".
Por su parte, Adrián atiende hace 12 años una verdulería de Estomba y 19 de Mayo y advierte que "pueden haber aumentos de productos estacionales, pero hace cino o seis meses que en líneas generales los precios se mantienen estables".
Sobre los hábitos de los clientes, dice: "El que antes compraba un kilo de fruta ahora compra solo por unidades. Hoy tirás una manzana y son $ 300 o $ 400", explica.
Agrega que "acá vendemos más a fin de mes, después del 28, a diferencia del año pasado que la compra fuerte era dentro de los primeros diez días. Ahora, cuando la gente recién cobra, prioriza pagar otras cosas y, durante el mes, van midiendo con cuánto se manejan y cuando les sobra un mango vienen".
Distinto fue el escenario planteado por el encargado de una carnicería de la primera cuadra de Brown. Néstor dijo que este mismo miércoles debió corregir un 10% los cortes.
"Los precios no se desaceleran, todo lo contrario. Justo hoy aumentaron todos los de carne, de pulpa y pollo. Venían calmados, pero este tiempo empezaron a subir".
"El consumo mermó muchísimo y aunque tiene sus momentos, viene tranquilo. Los primeros días del mes es cuando más se consume", sostiene Y afirma: "La gente lleva mucho menos de lo que llevaba y se tiran para el lado de lo más económico, como la picada".
En el caso del almacén de calle Yrigoyen que maneja Graciela, los precios no solo se frenaron sino que incluso llegaron a bajar. "Hay cosas que ya hace unos meses tuve que bajar, los elementos de limpieza y cocina, principalmente".
Y aporta un dato curioso sobre meses previos, cuando la inflación mantuvo niveles por encima de los actuales: "Me ha pasado de comprar cosas mucho más caras que luego tuve que vender a precios más baratos, sino se me vencían, perdiendo rentabilidad".
Los alimentos y bebidas vienen de al menos cuatro años de subas por encima de los niveles inflacionarios promedio, dato que confirma un reciente estudio del CREEBBA para Bahía Blanca. Desde enero de 2021 hasta septiembre pasado, ese segmento aumentó casi 2.000%.
La ropa, otro panorama
La indumentaria se presentó como un punto y aparte dentro de este panorama. Fue el rubro en el que la tendencia se revirtió, de acuerdo con dos comerciantes. Si bien los precios al público parecen haberse congelado, indicaron que se debe a la pérdida de su nivel de rentabilidad.
Por ejemplo, Giuliana tiene una local en Zelarrayán casi Sarmiento y señala que "este mes y el anterior no aumenté, aunque debería hacer remarcaciones por un 20%".
"No lo hago por el cliente, al que solo le aumento 5%. Uno baja su ritmo de ganancias, pero tampoco sirve", aunque reconoce que "ventas hay y el flujo se mantiene".
"Ahora se buscan más precios y en vez de llevarse tres o cuatro prendas la gente lleva una sola".
Por último, un panorama similar experimenta Gisela, de una tienda de ropa de 11 de Abril al 100. "Intento mantener los precios pero, cuando me toca reponer, sí noto aumentos. Hago muchos descuentos y trabajo con promociones".
Y cierra: "Los cambios de temporada solían ser fechas en las que consolidaban las ventas, pero no lo noté este año. Está costando más".