Ciclo agrícola 2024/2025: más incertidumbre no se consigue
“La delicada situación de China, la proximidad de las elecciones en los Estados Unidos y la salida del cepo cambiario son algunas de las variables que ponen las condiciones”, sostuvo el analista de mercados Gustavo López, de Agritrend.
Periodista. Círculo de Periodistas Deportivos de Bahía Blanca. Fue redactor de la revista Encestando (1985-2000). Desde 1987 trabaja en el diario La Nueva Provincia (hoy La Nueva.). Pasó por las secciones Deportes, La Región y La Ciudad, donde se desempeña actualmente. Está especializado en periodismo agropecuario desde 2001. Miembro de la Asociación Bonaerense de Periodistas Agropecuarios. Responsable de las páginas webs de la Asociación de Ganaderos (AGA) y de Abopa.
“Las expectativas de un marco mundial con una oferta abultada en la mayoría de los granos y una demanda que lo hace a un ritmo menor, permite inferir un esquema de reservas y stocks más holgado que explica la caída en las cotizaciones que vivimos en los últimos meses en la mayoría de los productos”.
La declaración corresponde al Lic. Gustavo López, titular de Agritrend y analista de mercados agrícolas, a propósito del ciclo 2024/25, cerca del cierre de la cosecha fina y en el desarrollo de la gruesa, donde el panorama en cuanto a las variables externas e internas que influyen en el mercado en el corto y mediano plazo de los principales commodities siguen generando una fuerte incertidumbre.
“Esto se produce especialmente en soja, ya que se espera una cosecha mundial récord de 430 millones de toneladas, unos 35 millones por encima del ciclo previo, impulsada por las proyecciones de excelentes cosechas en los Estados Unidos, Brasil y, en menor medida, en la Argentina”, indicó.
También señaló que esta situación se traduce en un nivel en los stocks finales —sin considerar las reservas en China— cercano a los 90 millones de toneladas, un 27 % por encima del ciclo previo, o el equivalente a la molienda anual de tres meses.
“En el caso del maíz la situación es similar; es decir, con altos niveles de oferta, cercanos a los 1.220 millones de toneladas, pero con una mayor dinámica en la demanda, que permite prever inventarios algo más ajustados”, explicó.
Si bien la producción mundial se estima como una de las mayores de los últimos años, el impacto de la sequía en trigo en el hemisferio norte, particularmente en Francia, en Rusia y en Ucrania, impidió un desplome más abrupto en los precios de este cereal.
“Si bien aún no está definida la cosecha de maíz y de soja en el hemisferio norte, el desarrollo de los cultivos es muy bueno y se espera una cosecha relevante”, sostuvo.
“Mientras tanto, las previsiones para la oferta sudamericana, también excedentarias, llevó a una caída muy significativa en las cotizaciones que alcanzaron en el mercado de Chicago 86 U$S/T en soja; 42 U$S/T en maíz y 35 U$S/T en trigo para el período comprendido de enero a septiembre del presente año”, afirmó.
En otro tramo señaló que estas mermas son coincidentes si se establece el horizonte de mayo de 2025 para maíz y soja y enero del mismo año para trigo, ya pensando en la salida de la cosecha local.
“Si este análisis lo hubiéramos realizado unos meses atrás, las bajas serían aún más marcadas, pero fueron atenuadas por una activa participación de los fondos especuladores que operan en Chicago que, sin dudas, estaban con posiciones muy vendidas e intentaron equilibrar sus carteras con nuevas compras, las que permitieron recomponer, en parte, las caídas comentadas”, admitió López, en producirconservando.org.ar
Esto implica valores —en el principal mercado de concentración mundial— de U$S/T 390 para la soja y U$S 175 para el maíz, ambas para mayo/25 y un trigo en valores cercanos en torno a U$S/T 211.
A esta realidad claramente bajista se suman otras variables relevantes en el marco externo.
El clima bélico en el Mar Negro también aporta una importante cuota de inseguridad en el mercado.
“Una de ellas, sin duda, es la delicada situación macroeconómica de China, principal motor del mercado granario mundial”, dijo.
“Hoy transita con alto déficit fiscal que influye en forma relevante con un ritmo más lento en cuanto a las importaciones de maíz y de soja, coincidente con la acumulación de los más altos niveles de stocks de los últimos años”, describió.
“A eso se suma el componente político por la proximidad de las elecciones en los Estados Unidos, que se realizarán el venidero martes 5 de noviembre”, sostuvo.
“Ante un posible triunfo republicano (NdR: Donald Trump) se renuevan los temores de que la nueva administración regrese a las hostilidades comerciales con el gigante asiático. ¿Cómo? Limitando el flujo de los commodities y, por ende, deprimiendo aún más sus cotizaciones”, indicó.
“Todo lo descrito, y la última crisis financiera en Japón, impactaron en los mercados con altísima volatilidad, llevando a que la especulación migre hacia otros activos, fly to quality, por ejemplo, por ser más seguros y rentables”, añadió López.
La consideración fly to quality se refiere a una estrategia de inversión defensiva donde los inversores desarman posiciones de activos de riesgo, típicamente acciones, y arman posiciones en los de cobertura; es decir, bonos del tesoro, oro y dólar.
Asimismo, el clima bélico en el Mar Negro, a casi dos años y medio de iniciada la contienda entre Rusia y Ucrania, también aporta una cuota de inseguridad en el mercado.
En el marco interno, la situación no es mucho mejor. “Si bien la caída en los precios internacionales no se vio reflejada en su totalidad en el mercado local, los márgenes de la exportación y la industria, tanto en el corto plazo, como en el mediano, son muy reducidos o bien negativos si se considera el ciclo 2024/25 ”, dijo.
El analista de mercados también consideró, como relevante, a la cuestión cambiaria.
“El actual mecanismo de actualización periódica, conocido como crawling peg, que tiene el objetivo de mitigar el impacto de posibles shocks con su posterior traslado a precios o evitar el atraso cambiario, limitado al 2 % mensual lleva a que el dólar oficial avance a un ritmo muy lento. Esto es, a pesar de que se estableció para las operaciones granarias un dólar exportación que se considera el 80 % del oficial y el 20 % del contado con liquidación (CCL) algo mayor, no le resulta al productor muy atractivo para vender su mercadería”, aseguró.
Ambos temas influyen en cuanto al retraso en las ventas de los productores y a la prácticamente inexistencia de operaciones declaradas al exterior para el próximo año.
En tal sentido, hasta el último mes sólo se habían registrado 400.000 toneladas de maíz para embarque marzo-abril de 2025.
“Otro interrogante no menor es la salida del cepo cambiario que, al no tener certezas en las fechas, presiona a la baja las ventas de los productos”, expresó.
“El productor enfrenta, además, un ciclo climático que, luego de un evento El Niño, transita por una neutralidad con cierta heterogeneidad en cuanto a las precipitaciones por zona y volumen. Esto genera preocupación, particularmente en cuanto a la implantación de la cosecha gruesa”, detalló.
El clima bélico en el Mar Negro también aporta una importante cuota de inseguridad en el mercado.
“Otro interrogante en nuestro país es la salida del cepo que, al no haber certezas, presiona la venta de los productos a la baja”, dijo López.
“Luego de una campaña de maíz caracterizada por el flagelo que significó la chicharrita, reduciendo en más de 10 millones de toneladas las expectativas originales de producción, se espera que haya una caída en la siembra de este cereal; es decir, con muchos productores migrando a soja y, en menor medida, al sorgo”, comentó.
En el caso de la soja, la opción del doble cultivo, tanto sea con trigo o cebada, se presenta como una alternativa interesante desde el punto de vista de los márgenes de rentabilidad.
“Aquí debemos recordar que el incremento de los costos de los insumos, ya sean fitosanitarios, fertilizantes, combustibles y demás, sumado al elevado nivel de los precios de los arrendamientos, llevó a que muchos planteos sean poco viables”, definió.
“Si bien resulta auspicioso la concreción de la baja en 10 puntos a 7,5 % en el llamado Impuesto País, y la prometida eliminación de este gravamen hacia fines del corriente año, es difícil que eso se vea reflejado en menores costos; al menos, en el corto plazo, de insumos de origen externo, tales los casos de fertilizantes, maquinarias y demás”, añadió.
Finalmente, López aludió a las retenciones. “La tan ansiada reducción/eliminación de los derechos de exportación tampoco se prevé, al menos en el corto plazo, y esto se torna imprescindible en este marco de precios deprimidos y costos crecientes en dólares”, sostuvo.
“Esto es, estamos transitando una época de gran incertidumbre, tanto por factores exógenos, como por otros endógenos que impactan en forma significativa en las decisiones de los productores, en algunos casos favorablemente y en otros no tanto, por lo que deberán estar preparados para enfrentarlos de la forma más eficiente”, señaló.
“¿De qué manera? Utilizando todas las herramientas disponibles que les permita minimizar los riesgos y maximizar los beneficios”, concluyó el titular de Agritrend.