Bahía Blanca | Viernes, 12 de septiembre

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Videojuegos de terror para público infantil

Los juegos de terror dirigidos a niños cada vez están más en auge. Si bien ofrecen una forma entretenida de experimentar el miedo, es crucial que los padres estén atentos a los contenidos virales que consumen sus hijos. 

Por Gisela "GG" Gonnet para El Cubil del Mal / [email protected]

 

Octubre es el mes del terror, y con motivo de Halloween, estaremos dedicando varias de nuestras notas a explorar el género de los videojuegos de horror, desde los títulos más icónicos hasta los fenómenos virales actuales.

 

En esta ocasión, abordamos un suceso particular: los juegos de terror orientados al público infantil, como Poppy Playtime y Five Nights at Freddy's. ¿Qué hace que estos juegos gusten tanto a los niños? ¿Deberían los padres estar preocupados por el contenido que consumen? A lo largo de este artículo, exploraremos estas preguntas y analizaremos los riesgos y atractivos de estos títulos virales.

 

 

Primero que nada hay que señalar que el éxito de estos no puede entenderse sin observar cómo las plataformas de contenido digital, como YouTube y TikTok, amplifican su impacto. Los niños consumen estos juegos no solo a través de la jugabilidad, sino también mediante el contenido generado por creadores de todo el mundo. Videos de reacciones a sustos, teorías sobre las tramas ocultas y memes humorísticos convierten estos juegos en experiencias compartidas y accesibles. Este ciclo viral, donde el contenido se comparte, se reinterpreta y se comenta, ayuda a suavizar la experiencia terrorífica, haciéndola más digerible e incluso divertida para los más pequeños.

 

Además, estos juegos ofrecen a los niños una forma controlada de experimentar miedo. Los sustos, aunque perturbadores, son manejables dentro del entorno del juego, lo que les proporciona una dosis de adrenalina sin ningún peligro real. A esto se le suma la estética visual: aunque los temas puedan ser oscuros, los personajes y escenarios son lo suficientemente coloridos y caricaturescos para mantener un atractivo infantil. Los animatrónicos de Five Nights at Freddy's y los juguetes macabros de Poppy Playtime son ejemplos claros de cómo lo familiar puede tornarse inquietante, creando una fascinación que atrapa a los jugadores jóvenes.

 

Si bien estos juegos pueden parecer inofensivos en la superficie, es crucial que los padres presten atención a los contenidos a los que sus hijos están expuestos siempre. Aunque no suelen mostrar violencia explícita, los escenarios y narrativas pueden resultar angustiosos para los niños más sensibles, generando pesadillas o ansiedad.

 

 

Otro aspecto a considerar es la falta de regulación en el contenido que los niños consumen relacionado con estos juegos. Muchas veces, los videos que hacen virales estos títulos exageran los sustos o presentan teorías perturbadoras que pueden hacer que el juego parezca más aterrador de lo que realmente es. Además, las plataformas como YouTube están plagadas de "fan theories" o interpretaciones que a menudo están fuera de contexto, lo que puede generar una percepción distorsionada.

 

Asimismo, los niños a menudo tienden a imitar lo que ven en estos videos o juegos, llevando los sustos o comportamientos al mundo real, lo que puede causar situaciones incómodas o incluso peligrosas si no hay una supervisión adecuada.

 

El consejo que podamos dar a padres (siendo aficionados al mundo de los videojuegos, no profesionales de la salud mental, ni la niñez) es revisar las clasificaciones por edad de los juegos y, sobre todo, monitorear las reacciones emocionales de los niños después de jugar, es clave. No todos los niños procesan el miedo de la misma manera, y algunos pueden necesitar apoyo para manejar las emociones que estos juegos provocan.

 

 

Conversar abiertamente con los niños sobre lo que experimentan en estos juegos resulta una herramienta valiosa para mitigar el impacto negativo. Explicar la ficción detrás del terror y desmitificar los sustos ayuda a reducir la ansiedad que algunos de estos juegos pueden generar. Además, es super importante (sin importar la temática) controlar el tiempo que pasan jugando o viendo contenido digital, ya que la saturación de este tipo de experiencias puede aumentar la tensión emocional y disminuir la capacidad de distinguir la fantasía de la realidad.

 

En definitiva, aunque los juegos de terror del momento tienen un atractivo indiscutible para los niños, es importante que los padres mantengan un rol activo en la supervisión de su consumo. El miedo, cuando se maneja con cuidado, puede ser una fuente de entretenimiento y superación emocional. 

 

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