Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

“Si no fuera lo que sueño, ya lo hubiera abandonado el básquet", dijo Juan Cruz Marini

En un año ingresó dos veces al quirófano. Tiene puesto el objetivo en volver y para eso trabaja. Mientras tanto, continúa estudiando de Derecho.

Juan, en plena rehabilitación. Fotos: Pablo Presti-La Nueva y archivo.

 

Twitter: @rodriguezefe

Instagram: ferodriguez_

 

Una lesión generó la otra. Y en dos oportunidades, en menos de un año, Juan Cruz Marini ingresó al quirófano.

Hoy está en pleno proceso de recuperación, en el inicio de la recta final, trabajando en el gimnasio con Wilfredo Lozano y la rehabilitación con el kinesiólogo Marcos Luis. Así va olvidando el pasado y se focaliza en el futuro, con toda la fortaleza de sus 23 años y canalizando, a la vez, como estudiante de Derecho.

—¿Cómo sobrellevás un año sin jugar?

—Trato de no pensar tanto en la lesión y sí en recuperarme, en que me quedan 10 o 15 años de carrera. Entonces, perder un año ahora no es tanto comparado por todo lo que tengo por recorrer.

El alero venía de jugar a muy buen nivel la Liga Argentina en Deportivo Viedma, y el 9 de septiembre de 2022, en la pretemporada de la última Liga, se rompió la rodilla derecha.

“Tenía un sobre hueso en la cabeza del fémur y eso fue desgastando hasta que me lastimó el labrum, el hueso de la cadera. Me había hecho los estudios y el traumatólogo en Viedma me dijo que podía jugar, que no tendría complicaciones, pero bueno, parece que se equivocó, porque a las dos semanas me lesioné la rodilla y tuve que operarme”, recordó.

El 20 de octubre se operó la rodilla y, ya recuperado de esa lesión, el 3 de este mes nuevamente ingresó al quirófano para ser intervenido de la cadera izquierda.

—¿Asumiste desde el primer momento lo que te pasó o lo fuiste trabajando?

—Voy a terapia hace muchos años con un sicólogo deportivo. Lo fui trabajando. De estar todo el día en la cancha a ver los partidos desde afuera es totalmente distinto. De a poco fui sacándole lo bueno. El primer tiempo fue bastante malo desde lo anímico y la motivación del día a día. Pero uno se va acostumbrando y se va volviendo la nueva normalidad.

—¿Estás estudiando?

—Desde la pandemia que estoy estudiando Derecho. A la universidad a distancia uno le dedica menos tiempo cuando está jugando. Por eso, ahora aprovecho que paso más tiempo en mi casa. También arranqué a dar técnica individual en Pacífico, para seguir dentro de la cancha, moviéndome en otro ámbito que me gusta y aprendiendo.

—¿La pandemia te llevó a iniciar la carrera?

—Sí. Tenía mucho tiempo y era un poco raro no estar jugando. Soy una persona muy activa, no puedo quedarme quieto, y cuando volvimos a jugar vi que era viable hacer las dos actividades.

—¿Lo mantuviste mientras jugaste?

—Sí, me deben quedar 15 materias para recibirme.

—De todos modos, por lo que decís, tu prioridad es la carrera como jugador.

—Sí, mi foco es ser jugador de básquet al nivel más alto que pueda llegar. Para eso todos estos años hice tantos sacrificios y dejé muchas cosas de lado, que siendo un estudiante promedio las podría haber disfrutado. Si no fuera lo que sueño, ya lo hubiera abandonado el básquet.

—¿Qué devolución te fue dando el básquet para decir "quiero y puedo más, deseo seguir siendo jugador profesional"?

—En estos seis años de profesionalismo jugué tres temporadas de Liga Nacional y otras tantas de Liga Argentina. Con 23 años creo que no muchos pueden decir eso. Y no solamente jugando, sino con la participación que tuve en los equipos que integré, sabiendo amoldarme a las necesidades, tanto en selecciones nacionales como en los equipos profesionales. Creo que es importante tener capacidad para adaptarse a lo que el equipo necesita. Más allá de llevar un año sin jugar, eso me dará la posibilidad de insertarme sin dificultad en cualquier liga a la que llegue.

—¿Qué rol fuiste encontrando y te ibas proyectando en Viedma?

—A diferencia de Bahía Basket, donde también tenía minutos pero mi rol era netamente defensivo, en Viedma encontré muchas más libertades para jugar, pude volver al juego que acostumbraba hacer en Pacífico, siendo más descarado, corriendo la cancha abierta, tomando tiros, teniendo la bola en mi poder y jugando pick and roll, así fue como arranqué y me gané la titularidad. Con 20 años estaba jugando playoffs en un equipo que luchaba el ascenso. También allá destacan mucho la pasión con la que juego. Son pasionales, y si bien Deportivo Viedma es más una franquicia que un club, a ellos los atrapó saber que dejo todo cuando piso la cancha.

—¿Ese perfil que destacás es lo que te moviliza en general?

—Sí. Soy en la cancha como en la vida, todo quiero hacerlo al 100, de lo contrario no me gasto en intentarlo y voy a otra cosa.

—¿Te desvinculaste de Deportivo Viedma?

—No, ellos tienen mi pase, pero por el momento no hablamos nada.

—¿Cómo son los tiempos de recuperación y posible regreso?

—Estaría recién para febrero. Ahí se verá si vuelvo a Viedma o qué sucede. En estos momentos lo único que me interesa es volver a jugar en Viedma, profesional, o algunos meses el torneo local para hacer base y prepararme de cara a la pretemporada. No lo tengo muy claro.

—Ahora estás focalizado en el estudio y la recuperación.

—Así es.

—¿La posibilidad de regresar a Pacífico es real?

—No lo sé. Me encantaría volver al club que me dio todo, pero hoy mi foco está en recuperarme y volver a jugar profesionalmente, que es lo que pretendo para mi carrera.

—¿Y la otra carrera?

—La otra carrera puede ir de la mano. El día de mañana ser agente de jugadores o encontrarle la vuelta para seguir vinculado al básquet, esa es mi idea. Una vez retirado veremos qué hago con el título de abogado.

—Es decir, todo gira alrededor del básquet.

—Exactamente. El básquet es mi vida, desde los 3 años.

Juan Cruz Marini deja las muletas a un costado, se sienta en el banco plano y vuelve a levantar las pesas. En el espejo del gimnasio se refleja su esfuerzo e ilusión de volver. Lo que parecía mucho tiempo, ya no es tanto...