Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Nudistas en Bahía Blanca: "Hay que naturalizar la desnudez socialmente"

En nuestra ciudad empezó a impulsarse un fenómeno con muchos adeptos en varias partes del mundo. Cómo organizan las actividades. Prejuicios y tabúes.

Uno de los encuentros nudistas en Bahía (fotos: Instagram @complejoparaisonatural)

Distintas ciudades del mundo destinan espacios específicos para practicar el nudismo, una actividad que históricamente tiene la mayor parte de sus adeptos en las playas europeas y en los centros turísticos más populares.

Si bien puede parecer una experiencia un tanto exótica, que mucha gente toma como una actividad esporádica en la que el pudor obliga a minimizar las chances de cruzarse con personas conocidas, existen quienes adoptan al nudismo como estilo de vida. 

Para estas personas, despojarse de la vestimenta con familia, amigos o desconocidos es una forma de conectar con la naturaleza en libertad. Y esa, precisamente, fue la premisa con la que surgió un complejo nudista en Bahía Blanca.

“La mayoría de la gente hace nudismo cuando va a otro país y acá no habla del tema. Aprovecha que está en una playa de Brasil donde nadie la conoce”, dijo Federico, impulsor de la movida en nuestra ciudad.

Para el hombre, tener al nudismo como estilo de vida implica enfrentar los prejuicios y tabúes que existen en torno a él. “Todo lo que podés hacer con ropa se puede hacer sin ropa, básicamente”, dijo el joven, quien prefirió no exponer su apellido en esta nota porque “eso sería como salir del clóset”. 

“Las personas piensan en cualquier cosa menos en lo que en realidad es. Piensan en sexo, en gente perversa, en todo ese tipo de cosas”, manifestó en diálogo con La Nueva.

Federico está a cargo del “Complejo Paraíso Natural”, primer espacio nudista de Bahía Blanca y la zona. El hombre, de 33 años, organiza encuentros cada cierta cantidad de tiempo y en distintos espacios de la ciudad, con el fin de “naturalizar la desnudez socialmente”.

En los eventos nudistas reina la premisa del respeto hacia los demás: “Cuando estás hablando con la gente siempre se mira a la cara para hacer sentir cómodo al otro y que uno se sienta cómodo también”, dijo Federico, quien tiene dos trabajos y eso le impide dedicar su tiempo “como quisiera” a la organización de esta actividad.

“Tengo que alquilar, hacer la promoción, pensar en que no falte nada, y generalmente viene menos gente y termino pagando yo el alquiler. El último evento (en enero de este año) fue el más grande y fue el único que se pudo financiar solo, con 10 o 15 personas”, dijo. En esa ocasión, la entrada costó alrededor de 2.000 pesos y hubo promociones para quienes acudían acompañados.

Federico conoció el nudismo en las playas de España, donde vivió por algunos años. “Me pareció increíble”, dijo tras animarse a hacerlo en Menorca. Cuando volvió a la Argentina, en 2010, se dio cuenta de que extrañaba mucho la experiencia y notó que hacía falta un espacio de estas características. 

Playa nudista de Menorca, España (foto de archivo)

Tras pasar por algunos complejos nudistas alrededor del país –como en Córdoba o Mar del Plata–, comenzó a gestionar la idea de crear uno en Bahía Blanca. 

“Llegaba el verano y hacía un montón de calor y no tenías ni un solo lugar donde puedas estar cómodo y desnudo. Siempre pensé que me estaban privando de lo que yo quería. Esto fue lo que me inspiró a llevar adelante este proyecto, como nadie lo hacía, dije ‘lo voy a hacer yo’”, explicó.

Al inicio, los organizaba con el “boca en boca” y entre personas conocidas. Después, amplió el alcance y este verano creó una cuenta de Instagram para, además de convocar, difundir el verdadero significado de esta práctica.

Para Federico fue todo un proceso. Al principio su cuenta de la red social era privada, por temor a los prejuicios y a quienes no lo tomaran en serio, hasta que finalmente se animó a abrir la comunidad para que todo el que pase, vea.

Casas quinta con pileta fueron los espacios físicos elegidos para llevar a cabo los eventos nudistas en Bahía, durante los días de verano. Es fundamental que se trate de espacios privados y cerrados para “que no se vea de afuera”, dijo el organizador.

Sin embargo, remarcó que por ahora no pudo hallar un lugar para realizar estas actividades en invierno; averiguó en piletas climatizadas e incluso termas en la zona, pero ya sea por costos o distintos requisitos no le convencieron.

A largo plazo, Federico sueña con que exista en Bahía o la zona un espacio municipal habilitado para realizar nudismo, como una playa o una pileta pública. “Creo que es un evento social que está bueno promover”, dijo, aunque aclaró que todavía no se contactó con la comuna para llevar adelante este proyecto.

Casas quinta con pileta son los lugares elegidos.

En los eventos que lleva adelante “educa” a las personas que asisten. “Soy súper estricto, si alguien quisiera hacer otra cosa, molestar a alguien, se iría del lugar”, dijo.

De todas maneras, sostuvo que “gracias a Dios toda la gente que ha venido se comportó de diez”. “Son grupos muy unidos, cualquier persona que llega enseguida se hace amigo de todos, charlamos de estas experiencias, estamos juntos, nos metemos en la pileta”, contó.

“Si todas las especies del mundo lo hacen, ¿por qué nosotros no podemos hacerlo también? Estamos desnudos porque estamos cómodos, nos sentimos bien y ya, no se desvía eso por ningún otro lado, eso es lo que pretende el nudismo”, explicó.

Personas de todas las edades, en pareja, con amigos o simplemente solas, participan de la movida nudista local. 

Durante las jornadas, la gente, desnuda, practica todo tipo de actividades como vóley, paddle, fútbol, tejo, juegos en el agua, ping pong o metegol, “todo lo que puedas hacer para ir normalizando el nudismo. Hacer todas esas actividades al desnudo, es normal”, aseguró Federico. 

En cuanto al espacio, el nudismo se adapta a distintos ambientes. Según contó el organizador, además de playas o piletas, existen eventos que se realizan en bares o en determinadas prácticas como clases de yoga.

“Hay un dicho que dice: ‘Desnudo cuando es posible y vestido cuando es práctico’. Hay que tener una lógica, no es que queremos hacer todo desnudos, por ejemplo arreglar un cable pelado o cocinar. Pero si se dan las circunstancias y si lo podés hacer desnudo, ¿por qué no?”, aclaró.

Si bien está permitido consumir alcohol, no se recomienda hacerlo en grandes cantidades. Además, cada persona tiene que llevar una toalla para sentarse en espacios comunes, por razones de higiene.

Una consulta frecuente, comentó Federico, es qué ocurre en caso de que haya una erección. “Puede ser que exista, pero siempre hay que intentar disimularlo y no incentivar, para que se pase enseguida”, dijo. 

Último encuentro nudista en Bahía.

Pese a que el “Complejo Paraíso Natural” es 100 % al desnudo, los “nuevos”, quienes nunca estuvieron presentes, tienen un margen de adaptación de 5 a 10 minutos para entrar en confianza y animarse a sacarse la ropa.

“La barrera de la ropa es muy fina, pero es muy fuerte. Nos pasó con una persona que nunca había hecho nudismo y entró al lugar, estuvo ahí y no se animaba a sacarse la ropa. Se tuvo que ir. Dijo que le encantaba la idea, la filosofía, pero no se animó. Es tristísimo”, contó Federico. 

En un ambiente de personas al desnudo, quien tiene ropa puesta es el extraño y el más observado por los demás.

“El nudismo te lleva a darte cuenta de que es la ropa lo que te hace más seductivo, más sexual, más atractivo o llamativo. En cambio, en la desnudez somos todos iguales”, dijo.

Federico explicó que si bien es difícil que las personas se acerquen a estos eventos, una vez que lo hacen, “siempre vuelven”. “No hay nadie que haya venido por primera vez y diga ‘no me gusta la experiencia, la pasé mal’, sino que todo el mundo dice ‘es mucho más sencillo de lo que yo esperaba’”, contó.

“Es una pavada, es simplemente estar desnudo, no tenés que saber nada; simplemente, respetar a los demás”, cerró Federico.