Bahía Blanca | Jueves, 09 de mayo

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Revocan un fallo y mandan a juicio al remero Néstor Pinta

El reconocido palista y exdirector municipal de Deportes de Patagones está acusado de facilitar delitos de su fallecido padre contra alumnas de canotaje.

La causa contra el remero maragato Néstor "Piri" Pinta, acusado de facilitar abusos sexuales de alumnas de canotaje de su padre, terminará en juicio, tras ser revocado por la Cámara Penal bahiense el sobreseimiento que en primera instancia habían dictado a su favor el año pasado.

El fallo, que fue dividido, estuvo a cargo de la Sala I del cuerpo judicial. A favor de esta medida resolvieron los doctores Gustavo Barbieri y Guillermo Petersen, mientras que su colega Pablo Soumoulou votó en sentido contrario.

Pinta hijo afronta cargos como partícipe en el delito de abuso sexual gravemente ultrajante (dos hechos), entre 2011 y 2016, en perjuicio de sendas víctimas que tenían 14/15 años y 16/19 años.

En abril de 2022, la fiscal Marina Lara, entonces a cargo de una de las unidades que investiga delitos sexuales, pidió el sobreseimiento de Pinta por entender que no había pruebas suficientes para avanzar contra la acusación, postura que convalidó el fiscal general Juan Pablo Fernández.

Meses después, el juez de Garantías N° 2, Guillermo Mércuri, aceptó el planteo, pese a la oposición de la abogada Fernanda Petersen, quien asiste a dos de las víctimas.

Para Mércuri no había pruebas para sostener que Pinta -también fue director municipal de Deportes maragato- tuviese conocimiento de los abusos de su padre y, por lo tanto, no puede reprochársele no haberlos impedido.

Sin embargo, el caso llegó a la Cámara y ahora se revoca el sobreseimiento y se ordena reimpulsar la acción penal. 

Seguramente se dará una situación inusual: habrá juicio oral pero sin fiscal (había pedido el sobreseimiento del imputado), solo con la acusación de la abogada Petersen como particular damnificada (habilitada por el artículo 334 bis del Código Procesal Penal).

Los hechos

El reconocido palista de Patagones está acusado de encubrir los abusos de su padre Aldo -se quitó la vida tras las denuncias-, entre 2015 y 2016, a no menos de menos tres alumnas de la Escuela Municipal de Canotaje de Patagones.

Según una de las denuncias realizadas en 2020, luego de los entrenamientos de canotaje, Pinta hijo las llevaba a merendar a la casa de su padre y en esas circunstancias se producían los abusos.

"El primer día que llegué me llamó la atención ver salir a una de mis compañeras de la habitación de los padres de Néstor. Pero al otro día, la que pasó a la habitación fui yo. Desde ese día y durante un año y medio fui abusada por el padre de Néstor”, declaró.

La chica se refirió a una clase de "ritual" en el que las alumnas llegaban a la vivienda de Néstor, tomaban mate con facturas, entrenaban en el gimnasio y luego -según su versión- Aldo las hacía entrar al cuarto matrimonial para “sacarles las tensiones”.

"Situaciones llamativas"

Los jueces que decidieron mandar a Pinta a juicio remarcaron que "las distintas víctimas" -aún aquellas que no dieron mayores detalles o directamente no instaron la acción penal- "han brindado un escenario contextual coincidente en el que se sucedían los actos".

"Las situaciones descriptas, entiendo, confrontan el cariz de normalidad con el que el imputado intenta presentarlas, de por sí altamente llamativas, de que en forma prácticamente cotidiana y sin que haya otros adultos responsables en el lugar (más que él y su padre), éste último se encerrara en una habitación con niñas menores de 18 años, durante 15 o 20 minutos, sin que ello genere interrogante alguno. Cuanto menos sobre cuál podría ser la dolencia o molestia que podría haber tenido cada niña y que justificara una intervención muscular tan persistente y reiterada", expresó Barbieri, con la adhesión de Petersen.

Sostuvo que está probado, con el grado de exigencia de esta etapa, que "Néstor Pinta (previo trasladar a las menores a quienes les enseñaba canotaje, siendo la persona de confianza en donde los padres depositaban su control) conocía sobre la clase de situaciones que se generaban dentro la habitación en la que su padre se encerraba junto a las niñas en forma cotidiana".

"El llevar a las niñas a ese lugar, su falta de intervención, silencios y ausencia de cuestionamientos, se revelan -en principio-, como un actuar propio de quien posee conocimiento sobre las situaciones que estaban padeciendo las menores (durante años y con numerosas damnificadas), a quienes trasladó  a ese lugar (valiéndose de su rol de entrenador y de la admiración que como referente deportivo tenía) y sobre las que no adoptó intervención alguna (más bien lo contrario "escondiendo" lo que acaecía), cooperando, de esta forma, con su consumación", remarcó.

En la misma línea, consideró "irrazonable" que todo esto "no le llamara en lo más mínimo la atención" a Pinta hijo, siquiera para conocer qué clase de dolencia tendrían las alumnas que él entrenaba.

Consideró la Cámara que, siempre bajo el sentido común, su accionar fue en "contraposición" a la clase de intervención que tendría cualquier entrenador de niños, incluso como para notificar a los padres de las supuestas dolencias.