Bahía Blanca | Jueves, 02 de mayo

Bahía Blanca | Jueves, 02 de mayo

Bahía Blanca | Jueves, 02 de mayo

La carne vacuna vuelve a exportarse desde el puerto de Bahía Blanca

La comercialización se produjo luego de 13 años. El destino es Israel. El derrame productivo local se magnifica, además, por los más de 300 puestos de trabajo que se generan en el frigorífico Villa Olga.

Silvio Siracusa (izq.) y Federico Susbielles, en la recorrida por la planta de este martes 6. / Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

Con destino a Israel, esta semana salieron por el puerto de Ingeniero White los primeros tres contenedores de carne vacuna congelada (kosher) producida en el frigorífico Villa Olga, ubicado en el kilómetro 699 de la RN 3, en cercanías de General Cerri.

“Ha sido un desafío importante para el equipo de trabajo y para nuestra familia. Llegamos hasta acá con el acompañamiento de mucha gente y ese es el mensaje: que se puede, que hay que trabajar y apostar a seguir produciendo”, dijo Silvio Siracusa, titular de la firma.

La última exportación de carne vacuna por la terminal local se había producido en 2010.

Tareas previas al traslado de la carne embalada.

“Junto a la firma Catter Meat SA ya estábamos exportando desde el puerto de Buenos Aires. En Bahía Blanca nos costaba conseguir las líneas y los contenedores pero, finalmente, llegó el día y pudimos hacerlo. El momento es muy importante, porque entiendo que el puerto local debe ser el cauce natural para la salida de la producción”, comentó.

“Tras el regreso de los equipos de trabajo, en (este) marzo viajamos con los clientes a Israel y acordamos que saldríamos desde acá. En este sentido, tuvimos un apoyo enorme del Consorcio de Gestión, ya que nos conectaron con las navieras, y la gente de Patagonia Norte nos acercó posiciones y ofertas. Así logramos emparejar el costo para el cliente, siempre en comparación respecto del puerto de Buenos Aires”, explicó Siracusa a este medio.

El último martes 6 se despachó, tras los controles correspondientes de personal de Aduana, el primer contenedor (de 25 toneladas) desde el frigorífico. Al día siguiente se hicieron otros dos traslados.

De acuerdo con el plan, se espera que, en una primera etapa, alrededor de 12 contenedores salgan mensualmente por el puerto local. Cada uno de ellos tiene un costo, en producto, de unos 200.000 dólares. Es decir, cuando se cumplan los primeros 30 días se habrá producido un movimiento de más de U$S 2,4 M.

“Eso recién sucederá cuando salga el 100 % de la producción. Hoy estamos faenando unas 350 toneladas por mes. La idea es que todo lo que se exporte a Israel salga por acá”, aclaró Siracusa.

Tareas de embalado de carne vacuna para exportación.

Las 25 toneladas netas de producto contienen cortes de carne congelados. A Israel van los cuartos delanteros y los traseros son para la Unión Europea y, en parte, para la cuota Hilton. El envasado al vacío y el packaging se realiza en la ciudad, así como en la previa se deshuesa y se congela.

“Esto ya lo hacíamos con los envíos hacia Buenos Aires; ahora lo replicamos hacia el puerto local”, comentó.

En la actualidad, en Villa Olga se realiza la faena de entre 300 y 350 animales por día. La idea de los directivos es consolidarse con este volumen para llegar a 400 a fin del corriente año.

“Los animales para la faena llegan desde unos 200 kilómetros a la redonda respecto de Bahía Blanca. Por una cuestión de fletes, siempre se trata de que sean de la zona”, dijo el empresario cárnico.

La planta cuenta con más de 300 empleados. Actualmente se trabaja en un solo turno de producción, por lo que aún hay capacidad ociosa disponible. “¿Ampliar el frigorífico? No lo hemos pensado aún, ya que tenemos capacidad por explotar”, comentó.

“¿El mercado interno? Es el destino de alrededor del 35 % de nuestra producción. Los cortes son asado y traseros, como nalga, peceto, bola de lomo y cuadrada”, sostuvo Siracusa.

Acerca del futuro, indicó que se aguardan habilitaciones para exportar carne vacuna a otros países.

“En el caso de los Estados Unidos acaso se llegue dentro de un par de meses. China es un poco más burocrático, pero seguimos avanzando. De concretarse estas dos alternativas podremos crecer en forma más rápida y alcanzar otro nivel”, afirmó.

Respecto de la ambición original de llegar a una producción mensual de 1.500 toneladas, Siracusa dijo que se trabaja hacia ese objetivo.

Cada contenedor tiene un costo, en producto, de unos 200.000 dólares. Es decir, cuando se cumpla un mes de exportación se habrá producido un movimiento de más de U$S 2,4 M.

“Catter Meat tiene la planta en Buenos Aires. Nosotros producimos una parte acá y ellos hacen el remanente; se llevan la carne y la deshuesan. En la medida de que incrementemos los destinos comerciales y la faena, se podrá producir más acá y algo de remanente se llevaría a Buenos Aires”, aseguró.

Siracusa deslizó, asimismo, que están trabajando en una alternativa para exportar carne vacuna por vía aérea, también hacia Israel. “Si bien ellos llevan casi todo congelado, en este caso sería carne enfriada. Y con salida por Buenos Aires, claro”, indicó.

Susbielles: “Debemos reafirmarnos como un lugar amigable para quien produce”

“No es un tema menor. Es decir, acompañar al sector privado y trabajar en equipo genera un círculo virtuoso para que Bahía Blanca siga creciendo, se desarrolle y genere empleo, que es la base de la organización de cualquier comunidad”.

Para Federico Susbielles, presidente del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, el primer embarque desde la terminal de Ingeniero White hacia Israel ratifica la idea de una planificación a futuro para lograr que las inversiones se multipliquen.

“Acompañamos desde el primer momento las gestiones realizadas por Silvio Siracusa, y su familia, para poner de pie otra vez al frigorífico y generar un modelo de negocio que suma más de 300 fuentes laborales”, dijo Susbielles.

El titular del CGPBB también ponderó la participación de actores de sectores regionales.

“Acá se da una sinergia que permite, también, reafirmar el perfil ganadero de la región. Hay un esfuerzo grande de los productores en mantenerse competitivos, así como tener un flujo continuo con el frigorífico. Está claro de que se trata de un sector que tiene un ADN importante en la cadena productiva del sudoeste bonaerense”, comentó.

“Esta semana recorrí las instalaciones de Villa Olga, dialogué con los trabajadores y comprobé entusiasmo y alegría; incluso, por estar en un lugar tan particular como General Cerri. En muchos casos, este trabajo de gente de la localidad, y de los barrios del sur, involucra hasta tres generaciones”, añadió.

“Asimismo, existe mucho empleo desde lo logístico y en la mano de mano de obra intensiva. Este es un punto relevante cuando, hoy, hay ámbitos que van reemplazando la propia mano de obra”, sostuvo Susbielles, en diálogo con La Nueva.

“Entiendo de que hay que seguir acompañando para generar nuevas oportunidades en este rubro, ya que Bahía Blanca debe reafirmarse como un lugar amigable para quien produce; es decir, hay que crear un buen clima de desarrollo de negocios”, insistió.

Susbielles y Siracusa, en otro tramo de la visita a Villa Olga.

El directivo también aludió al espejo que puede lograrse a partir de la experiencia del frigorífico Villa Olga.

“Cuando uno habla de agregado de valor, y de tener un cluster alimentario en la región para salir desde el puerto, se focaliza desde este tipo de situaciones para potenciar esa cadena local y regional”, expresó.

“Esto es algo que apostamos con diferentes trabajos que hacemos con la UPSO (Universidad Provincial del Sudoeste), a la que se han sumado la UNS (Universidad Nacional del Sur) y la UTN (Universidad Tecnológica Nacional), que tienen que ver con la identificación de nuestra cadena de valor. Es decir, en trabajarlas, en potenciarlas y en buscar encadenamientos productivos regionales que desemboquen en el puerto local”, concluyó Susbielles.

NOTA RELACIONADA:

—La puesta en marcha del Frigorífico Villa Olga promete 300 fuentes laborales