La estatua de San Martín a Paraguay y avenida Alem

Mario Minervino

mminervino@lanueva.com

Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.

Hace 80 años, en mayo de 1943, la municipalidad dio el visto bueno para el traslado del monumento al general San Martín ubicado en el parque de Mayo.

Desde su inauguración en mayo de 1910, el punto elegido para homenajear al Libertador fue centro de polémica.

Inauguración de la obra, mayo de 1910

Su emplazamiento, que se impuso al de la plaza 9 de Julio (actual plaza Brown) y a un espacio cercano del entonces inexistente teatro Municipal, fue cuestionado por varias razones. Una de ellas era su lejanía, que dificultaría la asistencia de las escuelas a los actos festivos. Otro era que el parque era un lugar en el inicio de su desarrollo, una fracción de terreno en el barrio Adornado, proyecto urbano luego fallido, casi desértico. Por otra parte, la obra quedaba “escondida” y el pedestal sobre el que se colocó la estatua no llegó a revocarse, quedando el ladrillo a la vista.

La propuesta para la Avenida Alem y Paraguay, 1943

Desde entonces fueron varios los intentos por mudar la obra y dotarla de un pedestal más importante. La propuesta de 1943 fue acaso la más particular, ya que se buscí llevarlo a la intersección de la avenida Alem y Paraguay, con la idea de ser inaugurado el 17 de agosto de aquel año. El pedestal se ubicaría en el centro de una rotonda de 12 metros de diámetro, para lo cual se ensancharía la avenida, revestido con piedras de Tandil. Por otra parte, la avenida Alem cambiaría su nombre por el de General José de San Martín.

Más allá del intento, el deseo, un boceto de la obra y el acopio de piedras en la esquina mencionada, el proyecto no prosperó.

La idea de reubicarlo se repitió en varias oportunidades a lo largo del siglo XX, la última de ella en la década del 80, que se propuso llevarlo al borde del parque, sobre la avenida Alem.

Lo cierto es que sigue en el mismo sitio elegido por los vecinos de 1910 y que ya nadie plantea su posible desplazamiento. Por ahora.