Bahía Blanca | Jueves, 02 de mayo

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Qué pasó con el boom de las bicis en Bahía después de la pandemia

Cuando era de las pocas actividades permitidas fue mucha la gente que compró una o arregló la que tenía guardada. Las ventas decayeron, pero el hábito continúa.

“El uso de la bicicleta es algo que se tenía que dar y que tiene que quedarse".

“El boom en la demanda de bicicletas nos tomó por sorpresa”, contó Susana de la bicicletería Miceli, de Corrientes al 200, sobre el incremento en su uso producido durante la pandemia. En diálogo con La Nueva., señaló que en la actualidad existe demanda, aunque está muy lejos de llegar a los mismos niveles. 

Cuando las salidas en bicicleta eran de las pocas actividades permitidas durante el aislamiento preventivo, aumentó de manera considerable el porcentaje de personas que las utilizaban para moverse por la ciudad, practicar el deporte o simplemente elegían pedalear para realizar alguna actividad de esparcimiento. A partir de esto, las ventas llegaron a cuadriplicarse y, en muy poco tiempo, fueron muchos los nuevos dueños de bicicletas.

“En ese momento subieron mucho los precios ya que no había bicicletas”, recordó Franco, uno de los dueños de Stortini, firma ubicada en Lavalle al 100. Se trataba de una demanda histórica que significó un gran desafío para los comerciantes del rubro que, en varias oportunidades, se encontraron con problemas de abastecimiento. 

Franco también señaló que durante la pandemia las bicicleterías no tenían la posibilidad de importar y la producción de las fábricas se encontraba pausada, ya que debían trabajar en horarios reducidos y no contaban con suficiente personal para ensamblar los productos. Es por eso que las ventas de ese período estaban condicionadas por el stock. 

Los locales se llenaban y la gente compraba como nunca antes. “Jamás habíamos visto cola de una cuadra –contó Susana–. La gente empezó buscando bicicletas de niños, más que nada, para poder sacar a los chicos un poco y que hicieran algo más allá de estar encerrados y con tecnología”. Luego fueron los adultos los que llegaron buscando comprar una bicicleta o arreglar alguna vieja que tenían guardada.

Las consecuencias de esta explosión en el mercado también se vieron reflejadas en el funcionamiento de los talleres. Algunas bicicleterías se vieron obligadas a suspender los servicios de reparación por falta de personal o por no poder aglomerar operarios en espacios reducidos debido a las medidas sanitarias del momento. Este fue el caso de Miceli, que actualmente solo realiza services para las bicicletas que venden en el local. 

Otros negocios pudieron seguir trabajando con normalidad, aplicando un sistema de turnos que mantienen hasta la actualidad “por una cuestión de orden interno y para cumplir en tiempo con el cliente”, según Guillermo de la bicicletería Miconi, de Corrientes al 400.

Hoy en día, los servicios de taller siguen teniendo demanda, aunque a un ritmo mucho menor. “Nosotros tenemos un determinado movimiento”, explicó Guillermo. “La verdad que en estos días está bastante tranquilo, sobre todo por la estación en que estamos, a pocos días de entrar en el invierno”. 

“Trabajo hay”, señaló Rodrigo, que tiene un taller en Teniente Farías al 1000. “Las bicis se siguen rompiendo, lamentablemente las siguen fabricando cada vez con peor material”.

Por su parte, Aitor, dueño de otro taller en Casanova al 900, confirmó que “hoy se nota que hay trabajo porque, a la persona que fue parte de ese boom, la bicicleta le quedó y la sigue utilizando”. Agregó que “el uso ya está normalizado, no es lo que era antes. Ahora se usa mucho para ir a trabajar, para estudiar, que por ahí antes no pasaba”.

A partir de fines de 2021 las ventas comenzaron a bajar considerablemente. Desde las bicicleterías coincidieron en que incluso, durante 2022, las ventas disminuyeron a niveles que se encuentran por debajo del período anterior a la pandemia. 

“Entiendo que había gente que tenía un excedente de dinero en la pandemia, por las restricciones para otros gastos”, señaló Guillermo, de Miconi. “No se podía viajar, no se podían hacer muchas actividades, entonces hizo el gasto en la bicicleta. Cuando todo se fue restituyendo, fueron surgiendo los gastos habituales de una familia, y quien se había hecho de una bici ya estaba con las compras hechas”. 

“Hoy los repuestos y los accesorios de la bicicleta son lo que realmente mantiene la bicicletería, no la venta de bicis”, contó Franco, de Stortini. 
Susana, de Miceli, opinó a su vez que los niveles de inflación no perjudicaron sus ventas. “Si bien las bicis han aumentado, en comparación al resto de las subas, incluso en alimentos o productos diarios, el precio no termina pareciendo tan elevado”. 

Actualmente, las bicicletas más buscadas son las mountain bike de rodado 29 y con cambios. Vienen de diversos colores y con diseños llamativos. Según lo consultado en las bicicleterías y talleres, las más económicas van desde los 80.000 pesos, siendo “algo muy básico, con materiales más que nada genéricos”, explicó Guillermo. 

Susana comentó que, en Miceli, las bicicletas tienen un costo que empieza en los 115.000 pesos. Esto es porque, para garantizar un producto de mayor calidad, no comercializan las más accesibles. 

Los bicicleteros explicaron que las opciones más económicas, en la mayoría de los casos, están fabricadas con materiales que se rompen con mucha facilidad. “Viven acá en el taller, pero es lo que más compra la gente”, expresó Rodrigo. Agregó que las bicicletas urbanas son la gran novedad del mercado. “Son bicicletas híbridas, que es una mezcla de mountain bike con bicicleta de paseo. Son sencillas en su mayoría, algunos modelos no tienen cambios y vienen muy livianas. Son de uso de asfalto”.

La cantidad de personas que usan una bicicleta para moverse a diario sigue creciendo hasta el día de hoy. El hábito instalado durante la pandemia se mantiene e incluso ha alcanzado números impensados hace algunos años. 

“Si vamos 10, 15 años atrás, en Bahía Blanca era muy bajo el porcentaje de gente que se movía al trabajo en bici, porque era hasta socialmente mal visto”, señaló Franco. 

“Pero hoy esa mirada cambió totalmente, no sólo por la pandemia que obviamente ayudó, sino porque hasta en la televisión, en las películas, en todos lados, también se ve la movilidad en bici, no solo como actividad sino también como un medio de transporte para ir al trabajo o moverse por la ciudad”. 

Los motivos por los que la gente elige moverse en bicicleta son varios. Entre ellos se encuentra, principalmente, el beneficio económico. “Hoy los costos de tener y mantener un auto son muy elevados”, afirmó Rodrigo. 

“Tener un auto, si no tenes garage, ya implica un dinero que tenés que pagar por mes, y a eso hay que sumarle el combustible que siempre va en aumento”.

También es una cuestión de practicidad ante el tránsito característico de las zonas más céntricas. “Muchas veces, moverse en auto o incluso en transporte público no termina siendo ni cómodo ni rápido ni práctico. Entonces mucha gente ha comenzado a ver la bicicleta como una buena opción”, afirmó Franco. 

Esto se ve favorecido por las ciclovías, que hacen que los ciclistas no se vean obligados a moverse entre los autos. “Están hechas y pensadas para impulsar el uso de la bici y creo que se está logrando, se ve que mucha gente las elige”, señaló Rodrigo. “Hay cosas que por ahí uno tiene que incorporar con el tema de las ciclovías, ciertos cuidados, prestar atención tanto del que maneja un auto como el que maneja una bicicleta”, añadió.

Y también es mucha la gente que sigue eligiendo la bicicleta como una actividad de esparcimiento o para mantenerse saludable. “Es algo que, por lo menos en Bahía Blanca, quedó instalado de tal manera que hoy la Carrindanga, por ejemplo, se llena con más gente de la siempre hubo, aunque no se pueda comparar con la pandemia”, dijo Aitor. 

“El uso de la bicicleta es algo que se tenía que dar y que tiene que quedarse”, sentenció Franco. “Está pasando en todo el mundo”.