Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Calle Cipolletti: estética moderna para un paisaje que sorprende

Un recorrido donde la arquitectura se manifiesta con una estética alineada con el movimiento moderno, con un toque orgánico y un aporte posmoderno. Una sucesión de obras que genera un paisaje diferente, a partir de lenguaje similar, con distintos dialectos.

“La arquitectura moderna no es un estilo sino una actitud”. Marcel Breuer

Bahía Blanca se extiende, crece más hacia la periferia que en su macrocentro. Surgen nuevos barrios y se completan otros, no demasiado alejados, en sectores con un interesante apoyo funcional y logístico.

Es de alguna manera lo que se puede ver en la calle que lleva el nombre del ingeniero César Cipolletti, un tramo no demasiado extenso, vecino a Villa Floresta, cercano a la ruta 33.

Lo que asombra en ese recorrido es cómo se ha unificado el lenguaje arquitectónico de sus viviendas, tanto unifamiliares como multifamiliares, una estética de volúmenes claros, puros y simples, con grandes paneles vidriados, a veces ciegos a la calle. Una arquitectura de techos planos, que sugiere el lenguaje de los grandes maestros modernos --Le Corbusier, Mies van de Rohe, Frank Lloyd Wright-- rompiendo el cubo en algunos casos, adicionando volúmenes, combinando texturas y agregando colores.

Pareciera que las primeras construcciones fueron marcando el camino. Como si cada nuevo proyectista respetara el entorno, buscara ser parte de una línea de diseño.

La calle es de tierra y su forestación escasa. Pero el tiempo consolidará el paisaje de un sector que invita a disfrutarlo.

Las formas

“Goethe decía que la Arquitectura/es música congelada, /pero yo creo que es música petrificada/y las ciudades son sinfonías de tiempo consumido, /conciertos de olvido visible”. Homero Aridjis.

Resolución en esquina, dos plantas, la alta formada por un extenso cubo claro con un juego distribución irregular de ventanas. El zócalo de muros aislados y grises, con los vacios que generan las entradas para el automóvil.

Otro juego de volúmenes, con entrantes y salientes, con tiras verticales de ladrillos vidriados que acompañan el desarrollo de la escalera interior. Más llenos que vacíos para una distribución modesta e irregular de ventanas.

Retirada de la línea municipal, esta vivienda extiende su espacio anterior hacia la vereda, evitando la colocación de un cerco. Domina el gran portón del garaje y se remata el frente con un juego de cornisas.

Otra manera de intervenir en esquina. Volúmenes quebrados y ahuecados, falsos balcones, terrazas, vigas haciendo las veces de parasoles, contraste de colores. Los postes de electricidad ensucian la foto, como parte de una contaminación visual inevitable.

Un par de viviendas volcadas hacia el lateral, un volumen que se retira de la línea municipal y genera un jardín anterior. La obra se cierra a la calle y se abre a un patio lateral. Casi el concepto de una casa chorizo en su ubicación en el terreno.

El minimalismo y la horizontalidad en esta cerca sobre la línea municipal. Expresa la decisión de cierre y aislamiento. Un singular volumen abierto aparece en la planta alta, sugiriendo un diseño claro y simple.

Otra resolución de viviendas mellizas y siamesas, unidas por el muro medianero. La idea del movimiento moderno: techos planos, fachadas despojadas de cualquier ornamento. Pero un toque de posmodernismo en el juego de entrantes y salientes y la fuerza del color. La planta baja aúna puerta y ventana para generar un importante panel vidriado.

Algo más

“Si pudiera elegir mi paisaje/de cosas memorables, mi paisaje/de otoño desolado, /elegiría, robaría esta calle/que es anterior a mí y a todos”. Mario Benedetti

Un interesante retiro, una reja de rayas oblicuas y una terraza de hormigón a la vista que juega con su rusticidad para contrastar con los muros y sus colores. La planta alta es cerrada, con muy poco vacío, casi como parte de un cuadro de Mondrian. Lo abstracto llevado a la arquitectura.

Un terreno ¿disponible? que se ha vuelto selva para impidir cualquier ocupación indebida.

Unas pocas cuadras del sector están pavimentadas y hasta se advierte la presencia de un palo borracho que riega con sus flores las calles.

Una particular construcción, angosta y extensa, una puerta lateral y sobre la calle un muro verde de tamariscos, la sufrida planta que tan bien se adaptó al clima bahiense.

Una vivienda distinta, ladrillera, escalonada, cubierta de tejas, pintoresca. Contrasta su poca edad con la oxidada cartelería de calle y un perfil de hierro no menos antiguo.

Final

“En esa hora en que la luz/tiene una finura de arena, /di con una calle ignorada, /abierta en noble anchura de terraza, /cuyas cornisas y paredes mostraban/colores tenues como el mismo cielo/que conmovía el fondo”. Jorge Luis Borges

Barrios "alejados", calles que se van poblando, espacios para muchos desconocidos que se descubren en un paseo, al tomar una calle desconocida. La ciudad que no deja de sorprender, que es más vasta de lo que cualquiera se imagina, que es mucho más que el área fundacional. Está todo allí, disperso, esperando que alguien lo reconozca.