De Bahía a Pigüé para estudiar Medicina: “Fue una experiencia invaluable”
Florencia Vázquez Brignole cursó en Pigüé y Suárez en el marco del Programa de Estudios Universitarios en la Zona (PEUZO). “Me enriqueció un montón”, dijo.
Licenciada en Comunicación Social egresada de la Universidad de La Plata. Docente en nivel superior. Redactora de La Nueva desde 2010. En LU2 Radio Bahía Blanca tiene la columna "Buenas buenas" y se desempeña como redactora creativa. Es especialista en cubrir historias humanas de superación. Además, es profesora de yoga.
La mayoría de los jóvenes de nuestra región al culminar sus estudios secundarios migran hacia ciudades más grandes en busca de opciones académicas que les permitan desarrollar una vocación o ampliar sus horizontes profesionales, personales y laborales. En el caso de Florencia Vázquez Brignole la situación se dio a la inversa: ella es bahiense y como no pudo estudiar la carrera de Medicina en nuestra ciudad se fue a vivir a Pigüé para tener esa posibilidad.
Y no solo consiguió su título sino que la experiencia le resultó sumamente enriquecedora y hoy la recomienda.
“Terminé la secundaria en la Escuela de Comercio dependiente de la UNS, que todos conocen como el Ciclo. Si bien tiene un excelente nivel, decidí no seguir adelante con alguna carrera vinculada a la administración o contabilidad y de entre las opciones disponibles en Bahía, Medicina era la que más me llamaba la atención”, dijo.
Florencia rindió el examen en la UNS para el ingreso a Medicina pero no pudo entrar dentro del cupo restringido a 60 ingresantes.
Sin embargo, como estuvo muy cerca de entrar cuando la carrera de Medicina se abrió en la zona le dieron la oportunidad de cursar allí.
“Cuando me avisaron que en Pigüé había un lugar no lo dudé. Todos me decían ¿por qué te vas a Pigüé a estudiar Medicina si podés esperar un año y estudiar en Bahía?, pero yo estaba muy segura. Creo que es muy buena opción desconcentrar las ciudades y permitir a la gente entender que hay buena vida fuera de ellas y que en un pueblo o ciudad más chica también podés crecer, no significa quedarte chato”, resaltó.
“Salir de Bahía estuvo bueno, fue raro y un poco ‘de prepo’. Tener Medicina cerca era una oportunidad para no alejarme tanto de Bahía. Para mí, a mis 19 años, Buenos Aires era un monstruo”, dijo la recientemente graduada.
En este tiempo, mientras estudiaba junto a su perro Titán y hacía el esfuerzo por estar lejos de casa, tuvo varios empleos para generar un dinero extra al que le daban sus padres, ambos ingenieros, y así poder hacer algún aporte.
“Vivir el ritmo de vida de un lugar más chico fue una experiencia invaluable, me enriqueció un montón”, añadió.
“Hacer una carrera universitaria de este modo es interesante, único y aporta mucho. Vos decís ¿qué va a haber en Pigüé o en Suárez? Y la verdad es que ves otro hospital, otra forma de manejarse, ni mejor ni peor, distinta. Crecés como profesional”, consideró.
Comentó que una de las cosas que más le gusta de esta profesión es que los médicos están en momentos muy particulares de la vida de las personas y las acompañan en diferentes etapas.
“El médico te acompaña no solo en lo relacionado con la enfermedad sino en la vida misma. Tanto cuando sos adolescente, y vas por primera vez al ginecólogo, como cuando tenés un problema o te pasa algo feliz como tener un hijo. Es lindo poder formar parte de eso; a mí me gusta eso de la medicina”, remarcó.
“Esta experiencia me hizo crecer por cosas como hacer dedo en la ruta, tener esa confianza. Acá -por Pigüé- la gente es muy tranquila y podés estar así de tranquila mientras hacés una carrera universitaria”, opinó.
Por último, expresó que nada hubiera sido posible sin el apoyo de su familia, amigos y el acompañamiento de su pareja.
“Eso es importante en la vida para cualquier cosa que hagas. Quizás suena cursi pero es así. Cualquier objetivo que uno se pone sin afecto es imposible de alcanzar. Y Medicina es una carrera larga”, dijo.
Florencia comentó a La Nueva que en la rotación optativa en el Hospital Municipal de Bahía Blanca se terminó de convencer de que el intensivismo era lo suyo. Y por ese camino seguirá, seguramente, perfeccionándose para llevar adelante su vocación.