Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Temblor político y emocional en el bolsillo social

La columna semanal de nuestro corresponsal en la capital de la provincia.

Al calor de las brasas del humor social, la dirigencia política cocina el armado electoral que desembocará en las PASO primero, y en la votación general de octubre después.

Por momentos, las diferencias en la dinámica interna del PRO son una tenue luz que alumbra la esperanza del peronismo para la carrera presidencial porque, mucho más que eso, no hay. El contexto económico es hostil con el Frente de Todos. La disparada del dólar paralelo y la embestida inflacionaria suma descontentos cotidianos.

La coyuntura del Gran Buenos Aires, en particular, “espera todavía soluciones a sus inquietudes en un país con mucha pobreza e indigencia, con una economía devastada y sin un plan que nos haga ver la luz al final del túnel, todo lo contrario”, remarcan desde Juntos. 

Desde el oficialismo, en en tanto, el gobernador Axel Kicillof aseguró que se trata de “un año de debate y discusión” y que “junto a los trabajadores vamos a seguir impulsando un modelo que apueste por la producción, el empleo y los salarios”.

Kicillof, que brinda certeza que lo único que pretende es ir por la reelección, decidió cargar su agenda con la obra pública por toda la geografía bonaerense y aumentar su álbum fotográfico junto a intendentes “propios y extraños” que fueron llegando a la gobernación de calle 6 para ponerle firma al convenio para comenzar a recibir los desembolsos del programa “Municipios a la Obra”, que reparte $ 45.500 millones para obras de infraestructura.

Por el lado de JxC, después del temblor producido por la decisión de Horacio Rodríguez Larreta de desdoblar las elecciones porteñas, que llevó a un enfrentamiento de alto vuelo con el expresidente Mauricio Macri y sus satélites, las aguas comenzaron a calmarse, en virtud del objetivo mayor, que es una victoria electoral en Nación y Provincia.

Los observadores más avezados dan cuenta de la movida del alcalde porteño en clave boxística. “Le dio a Mauricio una piña que lo sacó del ring. Parecía (Horacio) que estaba al borde del knock out y sacó esa mano definitiva”.

Nunca sabremos si Larreta simuló estar acorralado por los halcones del PRO, o realmente lo estuvo, pero lo cierto es que a partir de su decisión los roles se invirtieron, y pasó a ocupar el centro de la escena amarilla.

Dentro del PRO todo indicaría que los puentes entre Larreta y Patricia Bullrich no están del todo rotos, dicen. El que sí quedó fuera del barco fue Macri (Mauricio), y su más cercano alfil, la exgobernadora María Eugenia Vidal, que una vez más deberá desensillar y buscar nuevos rumbos. Quizá pueda reciclarse como candidata en ámbito porteño para enfrentar a un cotizado Martín Lousteau, de la UCR.

En la Provincia los intendentes, sobre todo los amarillos, insisten con evitar las internas locales. Creen que sería un esfuerzo muy grande, que pondría en peligro las chances de reelección a algunos alcaldes municipales.

La pelea principal está dada entre quienes sostiene la X o la Y. La novedad es que muchos se están convenciendo de la necesidad de tener un solo candidato a gobernador, sobre todo pensando en la complejidad de la elección bonaerense.

La mayoría de los dirigentes de Juntos por el Cambio cree que la elección nacional “está casi ganada” pero que en la Provincia la situación es distinta. Si el oficialismo no se divide, como en 2015, los números van a estar muy ajustados, y en ese caso será vital el destino de los votos libertarios.

La mayor incógnita es a quién le saca más votos el fenómeno de Javier Milei. En un principio nadie dudó que a JxC, pero hoy al oficialismo, sobre todo en los sectores más humildes del Conurbano, se le prendieron algunas alarmas por la sangría de votos que estarían perdiendo a manos del economista liberal.

No pocos intendentes sostienen la Y, sin compulsa en los distritos y en la Provincia, pero sí a nivel nacional. Pero los candidatos nacionales, sobre todo Bullrich, no se resignan a tener candidatos distritales. Necesitan que le fiscalicen y sostengan la boleta. Quizá las listas legislativas sean la moneda de cambio que puedan desactivar las internas locales.

En el caso de la UCR, la rápida reacción ante la decisión de Larreta, sobre todo con muestras de apoyo, dejó entrever también que en el centenario partido late una nueva esperanza de volver a pelear por los lugares protagónicos.

La recuperación del radicalismo se dio paso a paso, siendo quizá el partido que más rédito le sacó a la coalición opositora. En su momento el exvicegobernador Daniel Salvador decía que a él, junto a otros, les había tocado “asfaltar el camino” para el futuro. Bueno, parece que los nuevos dirigentes están usando esos caminos asfaltados.

En ese sentido es que el presidente del Comité Provincia de la UCR, Maxi Abad, continúa con la construcción de su propia candidatura a Gobernador, de la mano de Facundo Manes en la Nación.

Días atrás, el neurocirujano recibió a un grupo de legisladores bonaerenses para ratificar su intención de competir por el sillón de Rivadavia. Tras el encuentro, otros dirigentes también sostuvieron que la UCR de la Provincia ya no está “sólo para acompañar”. 

"El radicalismo advirtió que siempre les toca poner la mesa y hacer la comida, pero después el banquete se lo terminan comiendo los socios amarillos”, murmuran en las diagonales.