A cuatro meses del Mundial, la ciudad nos recuerda la gloria eterna

Mikel Iñurrategui

minurrategui@lanueva.com

Se cumplen hoy cuatro meses del campeonato mundial conseguido por la Selección en Qatar, con Messi como bandera y el buen fútbol como estandarte.

Muchas cosas cambiaron a nuestro alrededor de aquel 18 de diciembre de 2022, que -lentamente- empieza a alejarse en el calendario.

Por ejemplo, el caluroso y de a ratos agobiante clima casi estival ya le dio paso al frío, las hojas amarillas del otoño y también al permiso para sacar la frazada del placard, encender los calefactores o sufrir el viento congelado en la cara.

Ya no quedan promociones mundialistas en las grandes casas de electrodomésticos ni tampoco tenemos que pensar en mantener cábalas, ni preocuparnos por saber qué equipo paró Scaloni o si se agotó la camiseta de la Selección en la casa de deportes amiga.

Pero si queda todavía -y ahí estará por siempre- el recuerdo de una de las alegrías más grandes que vivió nuestro pueblo en el último tiempo, con una de las movilizaciones masivas más importante que la ciudad recuerde.

Otra remembranza que todavía tenemos son los homenajes callejeros sueltos por Bahía, en forma de pequeños tesoros escondidos que suelen aparecerse cada tanto para recordarnos que somos campeones del mundo y lo felices que fuimos.

Porque el tiempo pasa y es inevitable, pero nadie dijo que eso iba a borrar la alegría que sentimos en esos días. Por el contrario, quizás el correr del reloj agigante aquellos sentimientos, agrande anécdotas y mitos y genere cada vez más nostalgia.

Entre esos reconocimientos ocultos por Bahía, algunos son bien anónimos, simples escrituras en alguna pared o tacho de basura o hasta en la parte trasera de un auto. 

Otros, en cambio, son verdaderas obras llenas de arte y dedicación. 

Tal es el caso de lo hecho por la cabildense Camila Domínguez, quien ya lleva pintados varios murales en honor a Messi.

Tras su primer trabajo en la casa de un fanático, Cami siguió inmortalizando al 10 en otros rincones bahienses, como el que puede verse en calle San Martín al 500, en el ingreso a un complejo de canchas de fútbol. 

"Me contactaron porque habían visto el mural que hice de Messi en la casa de Pablo Gómez cuando estaba en proceso. Me contaron que tenían ganas de renovar la fachada del lugar con una imagen también de Messi. Coordinamos un encuentro y bocetamos juntos lo que sería el nuevo mural", contó Camila.

Cuando Cami le contó su historia a La Nueva., reconoció que le gustaría poder hacer algo de su arte y la Selección en algún lugar público, para que pueda disfrutarlo la gente. Algo que de alguna u otra forma logró con este nuevo trabajo, que también incluye una frase de la canción "Arrancarmelo" de Wos , que el plantel argentino hizo propia: "Cómo van a convencerme de que la magia no existe".

"Me gustó la idea desde el principio, ya que mucha gente que vio imágenes del primer mural se quedó con ganas de sacarse una foto o verlo personalmente. Incluso, el dueño de la casa me dijo que lo contactaron varias veces para pedirle permiso y entrar a verlo. Ahora, al pintar este en la vía pública todo el mundo tiene acceso", reconoció la artista.

Incluso, la curiosidad y el fanatismo fue algo que disfrutó en el día a día, mientras le daba vida a un nuevo Messi.

"El proceso se demoró bastante porque la gente que pasaba frenaba a charlar o a sacar fotos, pero es lo bueno y divertido que tiene el trabajar en la calle. Supongo que la repercusión se debe principalmente porque Messi es una figura muy querida por todos", entendió Cami.

Gracias a su don, el título de la Selección significó en cierta forma un antes y un después en su carrera.

"Si bien venía con bastante trabajo, después de pintar estos murales de Messi creció un montón la cantidad de consultas por murales referidos a la temática mundial, deportes y de otros temas en general. La verdad es que estoy muy agradecida de poder seguir haciendo lo que me gusta y compartirlo con la mayor cantidad de gente posible", agradeció Cami.

Así como este increíble mural, los otros recuerdos sueltos por nuestras calles pueden encontrarse en la entrada a negocios o comercios, algunos con rubros que nada tienen que ver con el fútbol ni la Selección.

Además, otros están por ahí, en lugar pocos habituales, como un cesto de basura, una pared olvidada, o son paseados por la ciudad en el auto de algún fanático.

Lo cierto es que para muchas personas esos pequeños homenajes pasan inadvertidos, pero para otras sirven como recordatorios de que somos campeones del mundo y lo bien que la pasamos.

En cierta manera, es una forma de volver a esos días de alegría, de volver a ser felices, aunque ya pasaron cuatro meses...