Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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Porteños, bonaerenses y cisnes negros

Arde la interna del Pro, tras la jugada de Larreta con las elecciones en CABA que desató la furia de los halcones. En Bahía tratan de evitar las esquirlas.

Larreta, Vidal, Macri y Bullrich, protagonistas de una fuerte discusión.

En la polémica sobre las elecciones concurrentes en la Ciudad de Buenos Aires hay un elemento de fondo que expone viejas y discutibles prácticas de la política argentina. No solo la puja interna por los espacios de poder, lo cual es natural, sino que se piensa al Obelisco como eje de todo.

En este caso, con una novedad. Es un clásico que los porteños pongan al gobernador de Buenos Aires (Daniel Scioli, María Eugenia Vidal y Axel Kicillof, por solo mencionar a los tres últimos) pero ahora surge la variante de un dirigente bonaerense cruzando la autopista para convertirse en potencial gobernante de la ciudad más rica del país. Se trata de Jorge Macri, el primo, intendente en uso de licencia de Vicente López y actual ministro de Gobierno de CABA.

El Pro viene demostrando que no mejoró al peronismo en el uso de esta táctica de borrar los límites de la General Paz según su conveniencia. Vidal es el ejemplo más claro: de vicejefa de Gobierno porteño pasó a gobernadora de la Provincia y, luego, a diputada nacional representando a la Ciudad. Todo es igual.

A propósito de conveniencias, es curiosa la acusación de Mauricio Macri contra Horacio Rodríguez Larreta por decidir que la elección a presidente y jefe de Gobierno vaya el mismo día pero con boletas y urnas separadas. El exprimer mandatario, en las urgencias de 2019, ordenó que en Capital se vote con lista sábana para traccionar voto porteño a su intento de reelección, pero las leyes de la Ciudad ya pedían que los comicios locales se desdoblen.

De hecho, en 2015 se vivió la primera experiencia de Boleta Unica Electrónica en CABA, en elecciones con fecha diferenciada de la nacional. Romper la bandera tradicional de Cambiemos en defensa de la Boleta Unica para todo el país es una incongruencia mayúscula del macrismo. ¿Con qué actitud la pedirán en la Provincia de Buenos Aires a partir de ahora, donde el arrastre suele favorecer al peronismo?

Macri, Vidal y Patricia Bullrich, ya se ha dicho profusamente, quieren lista larga este año para que el candidato del Pro, idealmente Jorge Macri, vaya pegado a los postulantes a presidente y saque buena ventaja respecto de sus competidores. Para el sector duro de los amarillos mantener el gobierno capitalino es asegurarse una plataforma de poder y de formación de dirigentes irreemplazable, por no hablar de una caja de recaudación interminable. La política se hace con muchas cosas, pero si una no puede faltar es la plata.

Además, para nada menos importante, es un gran trampolín para competir por la Casa Rosada. Desde la reforma constitucional de 1994 que permitió a los porteños elegir gobierno, hubo cuatro alcaldes: Fernando de la Rúa, Aníbal Ibarra, Mauricio Macri y Larreta. Sacando a Ibarra que cayó en desgracia por Cromañón, ahí hay dos presidentes y uno que podría serlo. Así como existe la maldición de la provincia de Buenos Aires porque nunca un gobernador llegó a primer mandatario, la Ciudad es una bendición. Controlar esa herramienta equivale a oro.

Con su decisión de desdoblar, Larreta empareja las condiciones de competencia de su socio radical Martín Lousteau, que en caso de sábana quizás no tendría de quién colgarse porque es cada vez más difícil que la UCR tenga precandidato presidencial. Y un detalle: varios referentes del centenario partido respaldaron al jefe de Gobierno, en especial el gobernador jujeño Gerardo Morales, cada día más cerca de bajar su candidatura y ser el vice del amarillo "rebelde", aportando estructura en múltiples provincias donde el Pro viene flaco.

Sobre todo, con este desafío a Macri, Larreta parece dar un mensaje: "Yo no soy Alberto. Si gano, no habrá poder detrás del poder". De lo cual se desprende la siguiente pregunta: ¿Deberá Bullrich dar su propio mensaje de independencia de Macri, líder del Pro hasta que se demuestre lo contrario?

Y algo más. Larreta, al chocar con Macri, se distancia de la figura de Cambiemos más rechazada por muchos votantes independientes. La movida le puede salir bien o pésimo, pero no está mal pensada.

Con esta grieta en la cúpula nacional aparece un interrogante fundamental: de qué lado se paran los dirigentes que aún no se definieron por Larreta o Bullrich. Es la situación en Bahía Blanca. Ayer el intendente Héctor Gay la pateó al córner: "Exacerbar las internas en un momento en que mucha gente está sufriendo, no lo comparto. Me parece que hay que bajar algunos egos".

Aunque también deslizó: "Nosotros hemos bregado siempre, y yo soy partidario, de eliminar la lista sábana e ir a una boleta única". La senadora Nidia Moirano, apegada a la prudencia, directamente no hizo declaraciones.

Tampoco hubo reacciones públicas del peronismo frente a esta nueva crisis de sus adversarios. "No interrumpas al enemigo mientras se está equivocando", suele citar a Napoleón un alto referente local del Frente de Todos.

Por estas horas un buen sector de esa coalición disfruta de las repercusiones de la multitudinaria Fiesta del Camarón y el Langostino, organizada por el titular del Puerto y casi seguro candidato a jefe comunal Federico Susbielles. Recibió un mar de elogios, incluso de gente de otros palos.

Sobre ese tema, desde la vereda de enfrente chicanean a los medios: "¿Por qué no le preguntan cuánto costó el escenario?", en alusión al debate sobre los gastos por la Fiesta del Cubanito y las obras que se podrían haber realizado utilizando esos fondos municipales de otra manera.

Ahí pasan dos cosas. Una, el Puerto no tiene portal de Gobierno Abierto. Dos, el Municipio cuenta con un representante en el directorio. Podría exponer cualquier intríngulis que desee. El periodismo crítico necesita de un insumo básico: que quienes acceden a información privilegiada, la compartan. Valga el dato para cualquier fuerza política.

De fondo, mientras crecen las internas de JxC y el FdT, Javier Milei se regodea. Y sus estructuras se agazapan. Tras el encuentro de los referentes locales y regionales de La Libertad Avanza con el economista en la localidad de Benavídez, en lugar de subir su visibilidad pública, la bajaron.

Una presunción es que están esperando a que se defina quién será candidato a gobernador por esa fuerza, decisión clave porque éste podría amoldar su proyecto a los equipos actuales o pedir la incorporación de determinados nombres en ciudades estratégicas.

Hoy los libertarios bahienses no poseen apellidos rimbombantes y, aunque tienen todo preparado para presentar lista mañana mismo si fuera necesario, saben que desde arriba se podría ordenar el añadido de alguna figura más reconocible por el gran público para que funcione como mascarón de proa.

Lo cierto es que las peleas de las dos grandes coaliciones permiten la consolidación de Milei en las encuestas. Y, a pesar de que muchos creen que pesca básicamente en la pecera de Juntos por el Cambio, cada vez hay más señales de que en los barrios vulnerables también crece su figura. Es más, como explica Mayra Arena, quienes lo eligen en esos sectores lo hacen saber a viva voz, con orgullo de pertenecer a un grupo que protesta contra el sistema.

Esto lleva a otra de las incógnitas fundamentales de cara a las elecciones de este año. ¿Cuál será el cisne negro? O sea, el evento inesperado que termine provocando un impacto decisivo.

Algunos ejemplos recientes: a nadie se le hubiera ocurrido que Vidal podía ganar la Provincia en 2015. Los mismos armadores de su espacio no daban crédito a sus ojos cuando empezaron a ver los resultados apenas abiertas las urnas. La candidata de Cambiemos se impuso porque el entonces Frente para la Victoria eligió muy mal la estrategia, enfrentando a Aníbal Fernández y Julián Domínguez en una PASO que resultó feroz. La suma de votos de ambos en las primarias fue de 3.300.000, mientras que Aníbal en octubre bajó a 3.200.000. Su competidora subió de 2.400.000 en las PASO a 3.600.000 en la general, sorprendiendo a todos y allanando el camino a la Casa Rosada de Mauricio Macri.

Un dato agregado de color: se cree que Vidal tuvo una pobre performance en 2019. No obstante, alcanzó 3.800.000 votos, 200 mil más que cuatro años antes. La elección de la gobernadora no fue mala, la diferencia con la ocasión anterior estribó en la unidad del peronismo, con Sergio Massa incluido (el Frente de Todos acumuló 5.200.000 sufragios).

Justamente, en la elección ejecutiva de 2019 el cisne negro fue la decisión de Cristina Kirchner de armar fórmula con su otrora enemigo Alberto Fernández, alineando luego a todo el PJ. Hasta ese día de mayo, el justicialismo estaba partido en tres. El tuit de CFK, que nadie vio venir, cambió todo.

Un caso más, de corte local. Lorenzo Natali fue el evento inesperado en los comicios seccionales de 2021. Su nombre recién apareció al filo del cierre de listas y lo que siguió es historia conocida, un triunfo que lo puso en carrera para la intendencia.

Hoy se espera que Milei sea el punto de quiebre, la amenaza al esquema de las dos coaliciones. Sin embargo, los más arriesgados no descartan movimientos telúricos más profundos. Por ejemplo, la ruptura de alguna de las dos grandes alianzas o, incluso, de ambas. La verdad es que nadie con mente terrenal imagina un escenario donde no compitan el Frente de Todos versus Juntos por el Cambio, con el mileísmo terciando. Pero las internas furibundas, está visto, pueden derivar en cualquier explosión.

Puede sonar exagerado, ¿pero qué sucedería si Larreta le cierra el paso al primo de Macri para imponer en CABA a alguno de sus candidatos, Fernán Quirós o Soledad Acuña? En ciertas oficinas amarillas prefieren ni pensarlo.

Llevando la exageración a límites más lejanos: ¿qué pasa si el bulrrichismo (Néstor Grindetti, Cristian Ritondo) no puede controlar a un club del tamaño de Independiente, cuyo recién asumido presidente Fabián Doman acaba de renunciar disparando con metralla a la gente que lo rodeaba? En un país como este no hay que subestimar al fútbol.

Nassim Taleb, el pensador libanés nacionalizado estadounidense, escribió una celebrada obra titulada "El Cisne Negro", donde desarrolla la idea de que las sociedades sobrevaloran los análisis racionales en lugar de observar que los cambios de fondo se producen por hechos impredecibles, aleatorios.

Este escenario político tan incierto es tierra fértil para que algo de eso ocurra.