Bahía Blanca | Domingo, 28 de abril

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“En Liniers está todo mal, por eso decidí renunciar”, señaló Octavio Araneta

El DT de la primera local del Chivo enumeró las razones que lo llevaron, el viernes que pasó, a tomar tal decisión. “El entrenador del Federal A no me hablaba”, disparó entre varias cuestiones.

 

Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Después de procesarlo el fin de semana, Octavio Araneta decidió contarle a La Nueva. las razones que lo llevaron a renunciar, el viernes que pasó, al cargo de director técnico del primer equipo de Liniers que participa en el torneo de la Liga del Sur.

Según él, ciertas cuestiones deportivas, económicas y de comunicación interna, más la falta de un lugar acorde para entrenar, fueron las precipitantes para tomar una determinación que venía madurando desde principio de año, cuando comprobó que las condiciones de trabajo no habían cambiado y que se encontraban en un estado más preocupante que en el 2022.

Uno a uno, los motivos que alejaron al “Chapi” del club que lo formó, de su segunda casa, a la que, según sus palabras, no piensa volver mientras esté la dirigencia actual.

1) “El técnico del Federal A (Claudio Graf) no me habla ni se comunica conmigo por ningún medio. Estábamos a 15 días del inicio del torneo local y yo no sabía con que jugadores del plantel profesional iba a contar, cuando los iba a tener para entrenar, cuantos podían llegar a ser y cuales eran los puestos de esos futbolistas que podían llegar a bajar. De esa manera yo no podía contar con una metodología de trabajo y menos que menos idear una línea o forma de juego”.

2) “En el equipo de la Liga quedaron jugadores chicos, con edad de menores, comprendidos entre las categorías 2003 y 2006, y no se le puede dar una responsabilidad semejante de jugar en Primera cuando hay muchos que todavía son parte de un proceso madurativo y de formación, en el que todavía no llegaron a la recta final para ser parte de un certamen liguista donde casi todos los equipos se reforzaron con gente de experiencia y mucha jerarquía”.

3) “Si comparo este plantel con el que salió subcampeón el año pasado, faltan ocho jugadores de base. Mayores solo estaban Julio Acosta (volvió al club tras un préstamo a La Armonía), Boris Herrera, Gabi Ullmann, Bruno Falcioni y Enzo Chamorro. La gente cree que en Liniers es todo color de rosa, pero la verdad es que el fútbol está muy mal manejado y organizado. La incertidumbre era total, por eso decidí renunciar”.

4) “A poco de asumir, el 26 de diciembre, me reuní tres horas con Graf, al que le pedí por favor de juntarnos para saber cual iba a ser su idea. Me manifestó que la idea era compartir conocimientos, metodologías y capacitaciones entre los conjuntos del Federal y la Liga. También me aseguró que iba a existir una lista fluctuante de jugadores que iban a subir y bajar y que todos íbamos a estar al tanto de todo. Me mintió, nada de eso sucedió”.

5) “Arrancó el año y las condiciones laborales fueron siempre las mismas: practicar en dos lonjas de césped, atrás del todo, desparejas y llenas de pozos, con 40 grados de calor y sin agua para los pibes. No teníamos utileros, la poca ropa que había me la llevaba a mi casa para lavar y nadie me daba bolilla para cobrar el mes de diciembre (de 2022) que me seguían debiendo. El viernes, a última hora, cuando estaba todo podrido y ya sabían de mi decisión, llegó el dinero y me saldaron. Pero a mi, a mis colaboradores les siguen debiendo”.

6) “El 25 de enero presenté mi renuncia, pero me llamó el presidente (Carlos Pablo) y me pidió que no me vaya, que arranque a entrenar y que cuando el miércoles 1 de febrero, el día que él estaba volviendo a Bahía de sus vacaciones, iba a arreglar todo. Le había pedido una reunión con Graf y con el coordinador del fútbol (Walter Carrio), la que no se dio nunca y todavía hoy no sé porqué”.

7) “Me pidió que arranque pero jamás nos sentamos a hablar para cerrar los números y las condiciones de trabajo. Yo estaba entrenando con el equipo pero no sabía cuánto me iban a pagar por mes. La verdad, no sé si alguien tiene un problema conmigo o están disconformes con mi manera de ser y manejarme, pero eso se soluciona hablando y lo que menos existe en Liniers es la comunicación interna”.

8) “No sé si lo que sucedió fue adrede, a propósito; si fue así fue una actitud cobarde. El viernes renuncié y Graf ni siquiera me mandó un mensaje preguntándome porque me fui. Durante todo el proceso que compartimos, los WhatsApp me los contestaba a las horas o al otro día, vino una sola vez (de veintipico que hicimos) a ver la práctica de la local y ni siquiera se quedó a saludarme o a charlar. No sé que le pasa, porqué actúa así, fuimos compañeros, pero sus formas de manejarse me parecen una falta de consideración y de respeto”.

9) “Diez días antes de que me vaya, fui a ver a un dirigente (Juan Pablo Ornella) y le comenté que si no me podía reunir con Graf, si no me pagaban diciembre y si no mejoraban las condiciones para entrenar, me iba. Le di 10 días, no sucedió nada y cumplí con lo que ya había adelantado”.

10) “Llegaron 20 pelotas nuevas para compartir entre ambos planteles. Las usamos unos días y enseguida terminaron en el equipo del Federal A. Y de esas te puedo contar mil. Pero decís algo y te dejan de hablar o de atender el teléfono. Hoy, el fútbol de Liniers no tiene un orden establecido ni una política deportiva”.

11) “Habíamos acordado de palabra con Pacífico de Cabildo de mandarle a algunos chicos con pocos minutos en Liniers para que agarren ritmo de competencia en el Tifón. Incluso nos reunimos con el presidente (Tati Angelini) y había quedado el compromiso. Tadavía hoy no le mandamos ni un pibe; poco serio”.

12) “Son todos palos en la rueda. Alguien tiene que decir lo que sucede en Liniers, y te puedo asegurar que a mi me duele más que a cualquiera que no es del club. Y tengo pruebas para hablar, sobre todo los audios con la dirigencia pidiendo por favor una reunión que nunca se concretó. También tengo videos del lugar donde entrenábamos y los recibos de pago de todos los meses trabajados. Una lástima”.