Bahía Blanca | Domingo, 10 de diciembre

Bahía Blanca | Domingo, 10 de diciembre

Bahía Blanca | Domingo, 10 de diciembre

Pedro Hugony, una cortada cargada de verde, dorados y detalles

Una cuadra, arbolada y serena, con un paisaje urbano que cautiva y sorprende.

La calle Pedro Hugony tiene un extenso y singular trazado en la planta urbana. No es simple seguir su desarrollo en un plano. Y en la variedad de barrios que cruza y sus cambios de dirección aparece una cortada, silenciosa y arbolada, entre Alberti y Miguel Azcuénaga, a pocos metros del Paseo de la Mujer.

En lo reducido de su recorrido la arquitectura y la naturaleza se funden para sorprender al caminante que mira y se conmueve.

Primero, una vivienda con una carpintería que maravilla, color bronce y de vidrios azulados, con herrajes dorados y una rejería ondulada propia del art decó, que son nubes que son mares.

En la puerta del garaje un llamador, elemento de otros tiempos que recuerda a otro existente en un robusto portón de madera de una casona de calle Soler.

A pocos pasos, un frente a puro estilo ferroviario, arquitectura inglesa, de ladrillo a la vista y el color verde aplicado a la carpintería.

En los pequeños frontis se ubican ventanas circulares, como los rosetones de las catedrales medievales, como los óculos de los edificios industriales buscando sacar el máximo provecho de la luz natural. Retirada de la línea municipal, la vivienda no ha recurrido a la reja ni al muro. Está abierta a la calle.

Llegando a Alberti una casa verde, de altos, con sus muros completamente envueltos por una enredadera, que sólo ha sido podada en coincidencia con las ventanas. Una protección natural, que privilegia el verde y la naturaleza antes que cuestiones de humedad y arañas.

Por último, en el corto paseo, una casa de esquina con un elemento particular, menor si se quiere, pero trascendente si se piensa en Mies van de Rohe cuando señala que “Dios está en los detalles”. Es una ventanita, mínima, con postigones blancos, un arco de medio punto y dos rombos perforados. Las bisagras evocan las usadas en la edad media, en los grandes portones. Un toque distinto, una delicadeza, un gesto.

Pedro Hugony, una calle que evoca al teniente que llevó un diario dando cuenta de los síntomas y la evolución que tenían los enfermos de cólera en la epidemia que asoló el fuerte bahiense en 1856. Esos apuntes sirvieron al médico José Penna como herramienta y guía para enfrentar una epidemia similar ocurrida años después en Buenos Aires. Hugony es también calle, la que trae su nombre con merecimiento al presente.