Las dos caras de la moneda: una decisión providencial y el esfuerzo sepultado debajo de los escombros

Pablo Pascual

ppascual@lanueva.com

Técnico Superior en Comunicación Social, con 26 años de experiencia en la redacción del diario La Nueva. Trabajó en las secciones Deportes y La Región. Desde hace más de una década se desempeña en la sección Seguridad. Distinguido en 2017 con el Premio Adepa en la categoría Periodismo Judicial. 

Hay circunstancias que pueden cambiar una vida en solo un instante...para bien o mal.

Pero las que vivió hace una semana Eduardo Clair tuvieron al mismo tiempo las dos caras de la moneda.

Una decisión que adoptó en solo segundos evitó que se encontrara junto a otros trabajadores en la cancha 3 del club Estudiantes cuando el temporal de lluvia y viento derribó el gimnasio.

Pero por otro lado, el resultado del fenómeno meteorológico dejó sus equipos de iluminación y sonido, con los que se gana la vida desde hace una década, sepultados bajo los escombros.

“Estábamos armando la fiesta del club para unos 1.000 invitados y a eso de las 18.30 la banda que se iba a presentar me avisa que no iban a probar sonido, entonces les dije a los cinco chicos que trabajan conmigo que nos fuéramos a bañar y volviéramos más tarde. No lo hacemos muy seguido por tan poco tiempo, pero esta vez lo hicimos”, comentó Eduardo.

“Ya en mi casa, cuando me estaba terminando de duchar, siento que el viento pegaba en mi domicilio de una forma que nunca había visto y pasó lo que todos sabemos. Vino el temporal, arrasó con todo y se llevó puesta la cancha 3 de Estudiantes”, agregó.

Acerca de lo ocurrido admitió que “sabemos que hay gente que falleció y eso es tremendo. Está claro que la saqué barata, pero también provoca mucha tristeza la pérdida de 10 años de trabajo”.

Destrozos totales

Clair estimó en unos 60 millones de pesos el valor de los equipos que resultaron destrozados.

“Una de las consolas valía 10 millones, otra 6 millones y así podemos seguir contando. En la semana estuvimos casi un día entero entre los escombros viendo si podíamos recuperar algo.

Trabajamos con amoladora cortando fierros o paredes pero no pudimos salvar nada”.

Más adelante señaló que “tranquilamente nos agarraba adentro. Uno está agradecido de estar vivo. También es cierto que a uno como no le pasó nada mira para el costado y se queja por todo lo que perdió”.

Clair explicó que el temporal también lo afectó en “otros lados”.

“Además estábamos en Cerri, en la Fiesta Provincial de la Carne, y ahí me revolcó varios equipos. Fueron otros tipos de daños, porque no resultaron aplastados, pero también es durísimo. En el teatro Don Bosco, donde tengo la técnica, también se mojó todo”.

 “Esto que pasó me golpeó en distintos frentes y al mismo tiempo. No tiene antecedentes”, resumió.

“Afectó los lugares donde trabajaba, donde tenía mi capital, me lo destrozó todo. Me pegó por todos lados”, continuó.

Finalmente dijo que “hay cuatro o cinco familias que trabajan conmigo y ahora no sabemos qué vamos a hacer”.

Solidaridad

A través de sus redes sociales, Clair agradeció la predisposición de muchas personas ligadas a la actividad que se ofrecieron a colaborar con él.

"Quiero aprovechar para agradecer de corazón y de forma infinita los saludos, el apoyo y la ayuda directa de empresas del audio, técnicos amigos, colegas, DJ's y productores", manifestó en su cuenta de Facebook.

"Sin duda esto marcó mi vida para siempre. No existe la forma en que yo pueda agradecer semejante muestra de cariño. La palabra gracias no está preparada para esto", cerró.