Bahía Blanca | Miércoles, 08 de mayo

Bahía Blanca | Miércoles, 08 de mayo

Bahía Blanca | Miércoles, 08 de mayo

Bovinos en zonas áridas: ¿cómo debe ser el manejo para mejorar la eficiencia reproductiva?

El objetivo es obtener un ternero por vaca al año y un mayor peso al destete. El trabajo de investigadores del INTA La Rioja aportó que se puede lograr mayor facilidad en la sanidad de las vacas en la época de pre y postservicio.

Producción ganadera en el SOB. / Fotos: Rodrigo García y Pablo Presti-La Nueva.

Con porcentajes de preñez superiores al 85 %, un equipo de investigación del INTA La Rioja recomienda una estrategia para ordenar los rodeos en los sistemas de producción ganadera de regiones áridas y semiáridas.

Con una adecuada planificación forrajera, el servicio permite obtener un ternero por vaca al año y un mayor peso de los terneros al destete, lo que presume aumentar la eficiencia reproductiva.

Se trata del servicio estacionado, una estrategia utilizada en zonas de secano en épocas con mayor presencia de vegetación tanto en disponibilidad como en calidad, como suele ocurrir en primavera y en verano.

Esta práctica apunta a que el toro sirva a las hembras en una determinada época del año y deje al mayor número de vacas preñadas con el fin de tener los partos concentrados con más disponibilidad y calidad del forraje.

La Méd. Vet. Gabriela E. Brunello, investigadora del área de Producción Animal del INTA La Rioja, destacó que en los sistemas de cría que realizan el estacionamiento de servicio y cuentan con una adecuada planificación forrajera, el porcentaje de preñez es superior al 85 % con una cabeza de parición de más del 60 % y con pesos de los terneros al destete entre 150 a 180 kilos.

“Cuando el productor realiza este estacionamiento de servicio, además de contar con una planificación forrajera, debe disponer de un calendario sanitario y un plan de manejo del rodeo a los fines de tener un registro de la producción y una organización de la actividad productiva ganadera de su establecimiento”, explicó.

Méd. Vet. Gabriela E. Brunello, investigadora del área de Producción Animal del INTA La Rioja.

Las ventajas del servicio estacionado son:

—Mayor concentración de partos y cabeza de parición de los terneros en los meses de octubre, noviembre y diciembre, en donde se presentan las condiciones más óptimas en cuanto a oferta forrajera en los sistemas productivos de la región.

—Mayor peso de los terneros al destete y a edades homogéneas.

—Facilidad en el manejo sanitario, tanto en las vacas como en los terneros en la época de pre y postservicio.

Se recomienda poner en práctica esta estrategia en un momento determinado del año para que las vacas puedan parir en los meses con mayor disponibilidad y calidad del forraje; esto es, octubre, noviembre y diciembre.

Es necesario que las vacas se preñen en un intervalo de tiempo que no supere los 90 días después del parto.

Generalmente, estos 90 días de duración puede ir del 15 de enero al 15 de abril o del 1 de febrero al 1 de mayo.

En cuanto a los beneficios para el productor, la Méd. Vet. Brunello destacó que la práctica mejora la rentabilidad del establecimiento ganadero al poder vender lotes de terneros más homogéneos y con mayor peso al destete y, a su vez, permite llevar registros de la producción y una organización de la actividad productiva ganadera de su establecimiento, como lo es la aplicación de planes sanitarios, vacunas, antiparasitarios, caravaneo y castración, entre otras.

“También permite identificar los animales con problemas reproductivos, de tal manera que facilita el descarte de los mismos, y seleccionar los animales con características deseables para la reposición”, añadió.

Estrategias de manejo

Previo al servicio estacionado se debe considerar el peso, condición corporal, y realizar ecografías para evaluar el desarrollo genital y ciclicidad de vacas y vaquillonas.

También, desde el punto de vista sanitario, se recomienda vacunar para que las vacas tengan defensa inmunitaria. Las más utilizadas, por lo general, son contra la Diarrea Viral Bovina (BVD) y Rinotraqueitis Infecciosa Bovina (IBR).

Asimismo, mediante ecografía o palpación rectal se debe evaluar la ciclicidad de las hembras; es decir, la proporción de vacas con actividad sexual antes del servicio o si presentan algún problema que afecte la fertilidad, como la involución uterina o los ciclos estrales cortos.

El servicio en las vaquillonas se debe manejar de acuerdo al establecimiento y sus recursos.

Además de contar con una planificación forrajera, cuando el productor realiza el estacionamiento de servicio debe disponer de un calendario sanitario.

En el caso de realizar el servicio a los 15 meses de edad, se necesita una adecuada planificación de la recría desde el destete hasta la edad del servicio.

“Deben alcanzar un buen desarrollo corporal y genital con disponibilidad y calidad forrajera, suplementación nutricional durante la época de invierno y personal capacitado”, comentó.

“Antes del servicio, las vaquillonas deben alcanzar entre el 60 y 65 % del peso adulto”, sostuvo.

La proporción de toros es fundamental para el manejo del servicio. En el caso de establecimientos con potreros grandes, se utiliza un 5–10 % de toros y un 3 % en pasturas.

“En el caso de los toros, antes del servicio se recomienda una revisión clínico/genital una vez al año que observa en el animal como los ojos, dentición, aplomos, condición corporal y demás”, aseguró la Méd. Vet. Brunello.

“A su vez, mediante análisis sanguíneo, es importante conocer si el animal tiene alguna enfermedad infecciosa como, por ejemplo, IBR, DVB, Brucelosis, Leptospirosis y mediante raspaje prepucial para Tricomoniasis y Campylobacteriosis”, amplió.

Tratamiento hormonal

Otra estrategia de manejo reproductivo para mejorar la eficiencia en un servicio natural es la aplicación de un tratamiento hormonal para inducir el celo o la ovulación.
“La aplicación de esta técnica permite concentrar los celos durante la primera semana del servicio, logrando así aumentar la cabeza de parición”, sostuvo.

“Asimismo, provoca un estímulo para el desarrollo folicular, logrando disminuir el intervalo de anestro desde que las vacas paren hasta que vuelven a concebir durante el servicio”, aclaró la especialista.

Es importante, bajo las condiciones ambientales de la región, que al implementar esta práctica de manejo se evalúe y analice cada establecimiento productivo, sus limitantes tanto en infraestructura como alternativas de manejo sanitario, reproductivo, genético y nutricional, logrando hacer más eficiente y rentable el sistema ganadero para lograr el objetivo de un ternero por vaca por año.